CiU dejará abiertos los pactos municipales hasta el 27S
La dirección de Convergència cree que aguantará en todo el territorio con la incertidumbre de la alcaldía de Barcelona
Pueden pasar cosas que las encuestas no detectan. Y de eso CiU tiene alguna experiencia, porque ya le ocurrió en las autonómicas de noviembre de 2012, cuando el President Artur Mas se dejó 12 diputados, de los 62 con los que contaba.
Pero lo que la dirección de Convergència percibe es que las elecciones municipales del 24 de mayo no supondrán un terremoto político. Sí existe la convicción de que se perderá algo de peso territorial, porque en 2011 se alcanzó un enorme poder. Y si existe un claro temor a que CiU no pueda mantener la alcaldía de Barcelona. Por todo ello, y porque toda la política catalana gira alrededor de la agenda soberanista, CiU no culminará los pactos municipales a toda velocidad, y esperará a conocer lo que suceda en las elecciones al Parlament del 27 de septiembre.
Del 13 de junio al 27 de septiembre
La idea es que, una vez se constituyan los consistorios, el 13 de junio, con la elección de los alcaldes, se pueda demorar la formación de los equipos de gobierno si se precisa un acuerdo entre diferentes grupos políticos.
Aunque CiU y ERC establecieron un acuerdo, que se ultimó con una entrevista en enero entre el President Artur Mas y el presidente de ERC, Oriol Junqueras, según el cual las dos fuerzas políticas se apoyarían mutuamente para establecer pactos municipales de forma preferente, las direcciones de las dos fuerzas políticas saben que habrá acuerdos de todo tipo.
Todo pendiente de Trias
El territorio ofrece peculiaridades que obligarán a negociaciones duras, y a acuerdos que, a priori, no serían «naturales».
Y la incógnita al enrevesado mapa catalán sólo se podrá despejar tras las elecciones al Parlament. Según un dirigente de Convergència, «las elecciones municipales demostrarán que CiU ha hecho los deberes y que se aguantará en todo el territorio salvo alguna sorpresa, que siempre se da».
Pero lo que preocupa, y lo que realmente marcará el futuro de la política catalana es el resultado de Barcelona. «Si Xavier Trias no es alcalde, por diversas razones, el mismo proceso soberanista se complicará mucho», admiten las mismas fuentes convergentes.
Acuerdo con PSC y ERC
Una de las ideas que ha comenzado a tener peso entre los cuadros y dirigentes de CiU es que Trias pueda pactar con el PSC y con ERC. La suma de Trias, Jaume Collboni y Alfred Bosch podría otorgar los 21 concejales necesarios para la mayoría absoluta.
Trias, desde la alcaldía, vería con buenos ojos ese acuerdo, que dejará a Barcelona en Comú, la candidatura que dirige Ada Colau, en la oposición. ¿Pero formaría Trias un equipo de gobierno municipal con Collboni y Bosch? El objetivo, en estos momentos, es «esperar lo que suceda el 27 de septiembre». Porque si lo hace de forma inmediata, el reto es ‘vender’ ese acuerdo a un electorado soberanista al que, al mismo tiempo, se le ha presentado a los socialistas como el demonio que iba en contra del «procés».
Mas, con poco margen
Esa decisión deja a Mas con poco margen. Es decir, si los resultados son un desastre, y eso implica que Trias quedaría en segunda posición, con pocas posibilidades de ser alcalde, Mas tendría la tentación, porque así se lo piden algunos dirigentes de CDC, de no convocar las elecciones del 27S.
Pero si todo acaba «más o menos como ahora, como en 2011», las mismas elecciones autonómicas deberán servir para completar mayorías y dibujar un nuevo mapa político en Cataluña.
En juego está el mapa territorial, las diputaciones provinciales y los consejos comarcales. Con el ascenso de nuevos partidos, como las candidaturas auspiciadas por Podemos, o de Ciudadanos, CiU quiere asegurarse que mantiene las riendas del poder municipal.
La hegemonía de CiU
CiU logró en 2011 mayorías en 29 de las 40 capitales de comarca, y arrebató ciudades a su adversario de siempre, el PSC, como Girona, Mataró, Manresa o la más importante, Barcelona.
En 31 de esas capitales de comarca obtuvo las alcaldías, por seis del PSC y sólo 3 de ERC. Los socialistas se quedaron con el área metropolitana, Lleida y Tarragona. Ahora habrá un cierto trasvase de poder, según se admite en CDC, hacia Esquerra, pero no de forma tan intensa como para provocar un terremoto.
Pese a todo, «se deberá esperar al 27S».