Catalunya, ¿y ahora qué?
Rajoy se aferra a la defensa de la Constitución y se inicia un proceso de choque institucional con el Govern de Artur Mas sin apenas salidas
Pregunta encadenada. Mas encadenado a la pregunta. Y una fecha, el 9 de noviembre de 2014. Pregunta para iniciados en la ciencia política, pero muy simple para los convencidos de antemano. ¿Quiere que Catalunya sea un Estado (“con mayúscula”, según Artur Mas)?, ¿sí o no? Y si lo desea, ¿Quiere un estado independiente?
El president Artur Mas tiene la pregunta y la fecha, y ha logrado que la suscriba Esquerra Republicana e ICV-EUiA, junto con la CUP. Se trata, se asegura, de una pregunta “inclusiva”, porque puede contentar a los federalistas, si responden afirmativamente a la primera pregunta, pero no a la segunda, y a los independentistas, si contestan a favor de las dos. ¿Pero qué efectividad tendrá? ¿Qué quiere lograr Mas con ese acuerdo?
Una fuente de la dirección del PSC, ausente voluntariamente de la huída hacia adelante de Mas, asegura que no hay tales propuestas en la pregunta. «La primera es la pregunta de CiU, la segunda de ERC, ¿dónde está la de los federalistas?». Pero ICV se ha dado por satisfecha.
El cartesianismo francés
Existe una valoración aceptada por la opinión publicada sobre la figura de Mas. Es “pulido, limpio, cartesiano, ordenado, porque estudió –se recuerda– en la escuela francesa”. Y se entiende que todo eso es positivo. Siguiendo ese esquema, Mas se había comprometido a ofrecer una pregunta y una fecha, porque adelantó las elecciones autonómicas en noviembre de 2012 con el latiguillo del “derecho a decidir”.
Ha cumplido, por tanto. Pero los políticos tienen entre manos otras cosas. Deben saber interpretar, leer los partidos, como se dice en el argot futbolístico. Y saber reaccionar, rectificar, dar pasos atrás y negociar. ¿Lo ha hecho?
Mas no lo ha hecho. Como no lo hizo cuando, tras acceder a la Generalitat tras las elecciones de noviembre de 2010, tomó como una de sus primeras decisiones la supresión total del impuesto de Sucesiones, cuando los ingresos de la Generalitat caían de forma estrepitosa. Pero Mas arguyó que se había comprometido con sus electores a suprimir el impuesto. Ahora lo recupera, forzado por el apoyo necesario de Esquerra Republicana. Pero es sintomático de sus principios.
Mas y Rajoy, dos mundos
Mas cumple. A diferencia de Mariano Rajoy que renunció a su programa electoral, forzado por la situación económica, y para evitar que España entrara en una situación de quiebra y fuera rescatada por las autoridades europeas, como Portugal, Grecia o Irlanda.
¿Quién de los dos se ha equivocado?
La cuestión es que se inicia un proceso de choque institucional, y con un horizonte de un año. Un largo año, el de 2014, en el que aflorará una gran tensión.
El jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, aseguró este mismo jueves que no permitirá la convocatoria de la consulta que ha acordado Artur Mas. No lo permitirá. «No puedo, ni quiero”, precisó. No puede autorizarla porque se pone en juego la soberanía del pueblo español. Es la ley. ¿Se puede negociar?, si, pero no será sobre la consulta.
La cuestión europea
Rajoy contestó acompañado por Herman Van Rompuy, el presidente del Consejo Europeo, con quien preparó la cumbre europea de la próxima semana en la que se discutirá –con la posición firme y dura de Alemania en contra– cómo se puede acelerar la unión bancaria, que podría beneficiar a países como España, y, por tanto a Catalunya, para salir reforzados de la crisis económica, que, entre otras cosas, ha facilitado y acelerado el proceso soberanista catalán.
Van Rompuy, belga, aseguró con mucho tacto que una Catalunya independiente no podría seguir en la Unión Europea, y que debería pedir el reingreso más tarde, pero con el permiso, por unanimidad, de los países miembros. Y esa es la realidad en estos momentos.
Pero Mas ha seguido adelante. Tiene la consulta, pactada en los últimos días con Esquerra Republicana, que ahora no tendrá muchas excusas para entrar a formar parte del Govern. Se comprometió a ello.
Trámite en el Congreso
Los pasos están claros, aunque el final sea todavía más previsible. Los diputados en el Congreso de CiU, ERC e ICV, liderados por Josep Antoni Duran Lleida, Alfred Bosch y Joan Coscubiela –ex sindicalista, lo que introduce el interrogante sobre el papel que están teniendo los sindicatos CCOO y UGT en el proceso– presentarán una proposicion de ley para reclamar al Gobierno que transfiera, a través del artículo 150.2 de la Constitución, la posibilidad de convocar un referéndum en Catalunya.
Le darán apoyo sólo algunos partidos del grupo mixto, y el PNV.
¿Y los vascos, dónde están?
El nacionalismo vasco, muy callado en los últimos meses, ha levantado, curiosamente, la cabeza. Su portavoz, Aitor Esteban, señaló una evidencia desde la óptica nacionalista: “Cuando hay razones objetivas profundas y sentimientos persistentes, afloran una y otra vez”, en relación a las peticiones del independentismo catalán. Pero son prudentes, aunque esperen agazapados a ver qué suerte tendrán los catalanes.
Pero la iniciativa no tiene ninguna posibilidad de éxito. Tanto el PP como el PSOE, en boca de Alfredo Pérez Rubalcaba, señalaron que no permitirán la consulta. Rubalcaba insistió, además, en que Mas “está llevando a Catalunya a un callejón sin salida”.
Por tanto, ¿Y ahora qué?
Mas, gana tiempo y se planta en 2015
Mas ha logrado un gran éxito a corto plazo. Gana tiempo. Y lo necesita. La próxima semana CiU, junto a ERC, aprobará los presupuestos de 2014 en el Parlament. La consulta sería dentro de un año. Así que a correr y a intentar negociar, angustiado por el día a día de las finanzas de la Generalitat, vigiladas por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.
Y si las cosas se tuercen, Mas podría prorrogar esos presupuestos y llegar, aunque fuera muy magullado, a 2015. Y después…No lo sabe. Ni él ni sus más estrechos colaboradores. Pero ya se encontrará algún camino.
Fuentes conocedoras de la reunión entre Rubalcaba y Mas en el Palau de la Generalitat, de hace escasos meses, explican que el líder del PSOE le preguntó a Mas sobre ese posible plan B, y que salió muy preocupado porque Mas no le supo decir nada.
Las movilizaciones en la calle
Ese es el guión. El problema para Mas, y también para Mariano Rajoy, es que hay más actores. La Asamblea Nacional Catalana, que preside Carme Forcadell, ya ha anunciado que habrá movilizaciones para acompañar la consulta. Y el próximo 11 de septiembre se podría convocar una manifestación todavía superior a la Diada de 2011 y la Via Catalana de 2012. Esa presión será constante. Esquerra Republicana ha organizado un acto para este domingo que será multitudinario.
Por tanto, Mas puede ser el responsable de una gran frustración colectiva.
Los no encuentros entre Mas y Rajoy
El periodista Fernando Ònega, gallego como Rajoy, nostálgico, es cierto, de las complicidades que se crearon en la transición –él es el autor del famoso discurso de Suárez del Puedo prometer y prometo de la campaña electoral de la UCD de 1977– asegura que el presidente del Gobierno ha cometido un error, y es el de no visitar periódicamente Catalunya, con encuentros bilaterales con Artur Mas. En Barcelona, y en Madrid. «Yo lo haría», precisa.
Rajoy no ha mostrado ningún signo, todavía, de rectificar, y buscar ese acercamiento que el presidente de la patronal Foment, Joaquim Gay de Montellà defendía este mismo jueves en Madrid, en el Club Siglo XXI, abonando el pacto fiscal como una –no la única– de las soluciones.
Sigan el balón de rugby
La incertidumbre, por tanto, es ahora total. Como en el rugby, –y ahora ese deporte está llamado a ser una de las referencias, tras el fallecimiento de Nelson Mandela– Mas ha preferido la “patada a seguir”.
El balón ovalado corre hacia el 9 de noviembre de 2014. Pero nadie está en disposición de atraparlo antes.
Mas estudió en una escuela francesa. Es cartesiano…Y prometió una consulta, aunque sepa que no puede convocarla.
¿Le pedirán responsabilidades los catalanes o jugarán el partido hasta el final?