Catalunya soporta la mayor presión fiscal de España

El Colegio de Economistas alerta sobre la huida de las rentas más altas

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Madrid se va. O va a su aire. La primera afirmación es el titulo de un artículo periodístico del ex president Pasqual Maragall antes de acceder a la presidencia de la Generalitat. Lo publicó en febrero de 2001. Posteriormente, publicó una segunda parte, Madrid se ha ido, en julio de 2003, meses antes de acceder a la Generalitat.

En el primero, Maragall aseguraba lo siguiente: “Se tiene desde la periferia la sensación de que Madrid se va de España. Que juega otra liga, la liga mundial de ciudades. Tenemos la impresión de que Madrid se mide con Miami, con Buenos Aires, con Sâo Paulo. Que ya no le interesamos. Que España, para Madrid, es ahora tan sólo el lugar donde ir a buscar pequeñas y medianas empresas en venta para mejorar posiciones, sector por sector, antes de dar el salto al otro lado del charco”.

Las circunstancias son otras. La crisis económica ha podido cambiar las cosas. Pero Madrid, en cualquier caso, sigue jugando su propia liga. Y, respecto a la fiscalidad, es la comunidad que aplica los tributos más bajos. En el otro lado está Catalunya, con la mayor presión fiscal de España.

Rentas altas

El Colegio de Economistas de Catalunya, ha alertado del riesgo de que catalanes con rentas altas o altos directivos de empresas –con capacidad en función de sus situaciones personales de influir sobre el traslado de las compañías– puedan decir basta, y decidir situar sus residencias fiscales en Madrid para evitar pagar tanto por impuestos como el IRPF o el de Patrimonio.

¿Esa alerta está basada en la realidad? ¿Existen casos concretos? El presidente de la comisión de asesores fiscales del Colegio de Economistas catalán, Nacho Cornet, aseguró este jueves que tiene constancia de que los despachos de asesores fiscales catalanes han recibido muchas consultas de personas decididas a cambiar de domicilio. Pero no precisó cuántas, ni si, realmente, esas personas cambiarían sólo por un motivo tributario.

El decano del órgano colegiado, Joan B. Casas, indicó que no es tan fácil ese traslado a Madrid. La ley obliga a residir al menos 183 días en una comunidad para beneficiarse de su fiscalidad. Pero, “a medio plazo” sí podría haber un riesgo de “competencia” por parte de Madrid.

¿Por qué Madrid?

Ese debate surge, de nuevo, tras la publicación del estudio Panorama de la fiscalidad autonómica del Consejo General de Colegios de Economistas, que arroja una fotografía amplia de lo que se ha hecho en materia fiscal, y que da fe del argumento que defendía Pasqual Maragall sobre Madrid.

“Sería bueno analizar por qué Madrid puede dar unos beneficios fiscales y Catalunya no”, se preguntó Casas. Para responder a ello habría que analizar la estructura de los presupuestos de cada comunidad y el nivel del estado de bienestar que se desea prestar, al margen de la demografía de cada comunidad. Pero hay un componente político en el que el Colegio de Economistas no ha querido entrar. De momento.

Catalunya, un IRPF del 56%

Catalunya lidera la presión fiscal en España en el Impuesto de Patrimonio, porque su mínimo exento es de 500.000 euros, por los 700.000 del resto de España. También lidera la presión respecto al IRPF, con un tipo marginal del 56%. Esa diferencia, sin embargo, como demuestra el estudio, sólo la notan las rentas más altas.

Respecto al Impuesto de Sucesiones, no obstante, es de las comunidades donde menos se paga. Pero justo hasta ahora. El Govern de Artur Mas, tras su acuerdo con ERC, ha decidido recuperar el impuesto, ante la situación de desesperación de las arcas públicas. Pero lidera la presión sobre el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, con el 1,5%.

Y, respecto a los tributos propios, aquellos que son de competencia exclusiva de las comunidades, como el canon del agua, por ejemplo, Catalunya vuelve a ser la primera. Hasta el 2,9% de sus ingresos provienen de estos tributos, casi un punto porcentual más que en el resto de comunidades.

Aquí se deberá añadir el impuesto sobre gases contaminantes de los aviones, que está en una fase muy embrionaria, pero que se pretende aplicar o el tributo sobre las bebidas refrescantes, o el impuesto sobre el transporte por carretera, que está regulado, sin embargo, por la Unión Europea.

Competencia fiscal contraproducente

El documento de los colegios de economistas va en la línea del que ha presentado recientemente el consejo asesor del Govern de CiU, el Carec, que preside Salvador Alemany. La idea es que una excesiva competencia fiscal es contraproducente, y que las comunidades que reciben más recursos de los que aportan no deberían jugar con la fiscalidad, bajando tipos de determinados tributos.

¿Pero en un estado federal lo que ocurre no sería lo lógico? El estudio refleja que Madrid tiene un tipo máximo del IRPF del 51,9%, que tiene un 100% de bonificación en el impuesto de Patrimonio; y bajos tipos en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y de Actos Jurídicos Documentados, el 1%. Catalunya busca una mayor recaudación por la mayoría de tributos; pero también lo hace Andalucía y Asturias, las tres con mayor presión fiscal. Cantabria legisla para conseguir determinadas deducciones en diferentes colectivos y para favorecer inversiones; y la Rioja intenta seguir a Madrid. Cornet asegura que, de hecho, España, fiscalmente, es ya un estado federal.

Costes de gestión

¿Y conviene esa disparidad? La conclusión es que no, porque todos esos tributos pueden conducir a una cierta inseguridad jurídica. El documento se refiere a que existe una enorme legislación autonómica sobre fiscalidad, que, en realidad, tiene un impacto recaudatorio limitado. Se trata de un sinfín de deducciones sobre casuísticas múltiples.

Y, en concreto, sobre los impuestos propios, se asegura que “los costes de gestión superan la recaudación que se obtiene”. Pero a pesar de ello, se afirma que las comunidades “no dejan de crear nuevos impuestos, y de modificar los ya establecidos”.

Para el economista Valentí Pich, presidente del Consejo General de Economistas de España, todo ello “es imposible de gestionar”.

En todo caso, pese a los reproches, y a la actual situación de crisis, que provoca que las autonomías busquen recursos como sea, el estudio refleja una realidad: Madrid se ha ido, como pronosticó Pasqual Maragall.

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