¿Catalunya quiere la secesión o abordar sus ‘agravios’?
El profesor de Princeton Peter Singer asegura que si Escocia o Catalunya son algún día independientes sólo lo serán “si el Reino Unido o España lo permiten”
El movimiento independentista catalán trata de que el máximo número de expertos y de dirigentes mundiales se interesen por el llamado “conflicto” entre Catalunya y España. El resultado de esa presión es muy desigual. Pero el interés existe. Y expertos, como el profesor de la Universitat de Princenton, Peter Singer, responden, pero en una línea nada favorable a los intereses de los soberanistas.
Singer, en un reciente artículo publicado en Project Syndicate, asegura que “si Escocia y Catalunya llegan a ser países independientes jamás, será sólo porque el Reino Unido y España lo permitan”. El argumento es que “todos los estados tienen interés en la estabilidad, por lo que resulta difícil imaginar que, a falta de violaciones graves, innegables y generalizadas de los derechos humanos, otros estados reconocieran a una región que, después de haber formado parte de un Estado durante muchos siglos, se declarara independiente sin la aquiescencia del país del que se separe”.
La idea de Singer es que, en realidad, no existe una voluntad mayoritaria de ser un país independiente, si no de resolver los problemas de todo tipo con el resto de España, en el caso de Catalunya, o con el Reino Unido, en el caso de Escocia.
Contribución económica desmesurada
Y Singer admite que la independencia de esos dos territorios generaría problemas en los dos estados. En el caso del Reino Unido, “la secesión de Escocia privaría al Reino Unido de los importantes ingresos debidos al petróleo del mar del Norte, de los que dependería en gran media la economía de una Escocia independiente”.
Y, respecto a Catalunya, “España podría sufrir también las consecuencias de la pérdida de la desproporcionada contribución de Catalunya a la economía española”.
Los Sudetes
Ahora bien, Singer insiste en que no basta con la voluntad de una parte mayoritaria de la población para ser un país independiente. Y hace referencia a la anexión de los Sudetes por parte de la Alemania nazi. Singer se pregunta: “Si se hubiera ofrecido un referéndum libre y justo a los alemanes de los Sudetes, una mayoría podría haber respaldado la unión con Alemania, pero, ¿se les habría concedido así el derecho a dejar el resto de Checoslovaquia indefenso contra su vecino hostil?”
Añade Singer que no es el caso del Reino Unido y de España, pero incide en los aspectos económicos que se recogían antes, y que afectarían a la integridad de los dos estados.
Entonces, ¿qué posibilidades tienen los dos nacionalismos? Para Singer, teniendo que cuenta que la Unión Europea no los aceptará como estados si, previamente el Reino Unido y España no los reconoce, la voluntad de los movimientos separatistas es otra.
Mas, desbordado
“El papel de un referéndum en una región que aspira a la secesión puede ser sólo una forma de persuasión dirigida al Gobierno del estado existente. Una gran participación que revelara una clara mayoría a favor de la independencia sería una forma de decir: ‘Ved lo importante que es para nosotros esta cuestión. Estamos tan insatisfechos con el status quo, que ahora la mayoría de nosotros somos partidarios de la secesión. Si queréis que nos quedemos, debéis abordar los agravios por los cuales una mayoría quiere marcharse’”
Y eso es lo que quería, precisamente, el President Artur Mas. El problema para él que la situación le ha superado, y una parte importante de se movimiento ya no desea, sólo, cambiar el status quo, y opta abiertamente por una independencia que no parece factible.