¿Catalunya mal financiada? Tanto como Baviera o Baden-Württemberg
La financiación de las autonomías es caótica, pero Catalunya está casi en la media, como ocurre con las regiones más ricas de Alemania
Catalunya tiene problemas para financiarse. Tiene un gobierno autonómico, y competencias que debe atender para servir a sus ciudadanos. ¿Pero está mal financiada? La comunidad se sitúa en la media respecto al resto de autonomías, una situación similar a la que se produce en Alemania, en relación también a los länder más ricos.
¿Es sorprendente? Los datos los aporta el investigador del CSIC, Ángel de la Fuente, el responsable, junto con Ramón Barberán, de la Universidad de Zaragoza y Ezequiel Uriel, de la Universidad de Valencia, de calcular las balanzas fiscales tras el encargo del Ministerio de Hacienda que dirige Cristóbal Montoro. Pero son similares a los que ha aportado el Departament d’Economia de la Generalitat en los últimos años.
Principio de igualdad
La idea de De la Fuente, criticado por colegas académicos, al apostar siempre por el método de carga-beneficio, y no por el de flujo monetario, es que las autonomías, cuando se igualan con el modelo de financiación, deberían todas tender a 100, si 100 lo consideramos como una media. En un trabajo de enero de 2004 asegura que Catalunya “está básicamente en la media (99,6) que es donde deberíamos estar todos si nos tomásemos en serio el principio de igualdad que consagra la Constitución en lo que concierne al acceso a los servicios públicos de titularidad autonómica”.
¿Qué es lo que pasa? Que el resultado de ese modelo, modificado en varias ocasiones desde que se transfiriera por primera vez el 15% del IRPF a las autonomías, en 1993, es arbitrario, extraño, produce sorpresas curiosas. Pero Catalunya está en la media, aunque no estuvo siempre en esa posición, lo que se ha ido mejorando en los últimos años.
Ese 99,6 explica que Catalunya, respecto a la financiación media por habitante ajustado –se tiene en cuenta un baremo de factores en relación a tramos de edad, extensión del territorio o dispersión de la población– está prácticamente en la media con todo el resto de autonomías.
Extremadura o La Rioja
Pero hay cosas inexplicables. Con datos por ingresos tributarios de 2011, autonomías pobres como Extremadura, se sitúan muy por encima de la media, en 110. Otras, que están, de entrada, por encima de la media, aparecen después por delante de Catalunya, como ocurre con La Rioja, que alcanza el nivel 120.
Cuando se cruzan los datos de la capacidad fiscal de cada autonomía y su contribución y beneficio a través del modelo de financiación, se ven distorsiones poco comprensibles que se supone que el Gobierno de Mariano Rajoy quiere resolver ahora.
Los vascos, caso aparte
El cruce de esos datos permite ver que Catalunya pierde 20 puntos. Si su capacidad fiscal es de 120, se queda en 99,6. Madrid pierde 43, y bordea también la media de 100. Extremadura, en cambio, pasa de 73 a 110, ganando 37 puntos. Hay casos especialmente sangrantes, como el de Valencia, que con 92,4 se queda igual. (Ver gráfico).
En general hay determinadas autonomías como Asturias, La Rioja, Aragón, Cantabria, Catalunya, Baleares y Madrid con una capacidad fiscal superior a la media, aunque especialmente Madrid, Catalunya y Baleares. El resto está por debajo, y se beneficia más del sistema, como debe ser en un Estado redistributivo, pero con distorsiones difíciles de entender. Bajo el principio de ordinalidad, que defiende Catalunya, esa situación no se podría producir. Quien parte de una posición determinada, no puede quedar por debajo de la que se beneficia de esa redistribución.
Caso aparte son las comunidades forales, País Vasco y Navarra. De la Fuente detalla el hecho:
“La forma en la que el sistema foral se ha implementado en la práctica permite que dos de las comunidades más ricas del país no sólo no contribuyan prácticamente nada a la nivelación interregional sino que ni siquiera paguen la parte que les toca de los servicios comunes que la Administración central nos presta a todos, lo que les deja con niveles de financiación homogeneizada por habitante ajustado que multiplican casi por dos la media del territorio de régimen común”.
5% de déficit fiscal
Catalunya, por tanto, sufre un déficit fiscal, que, siguiendo el método carga-beneficio, es del 5% de su PIB. Ese porcentaje, con algunas décimas de variación, apareció en los estudios de la Generalitat, del Ministerio de Economía, y de estudios independientes en los que han colaborado Barberán y Uriel, financiados por la Fundación BBVA.
¿Es mucho, poco? De la Fuente establece una relación. Compara el déficit fiscal con la renta per capita de las autonomías. Catalunya está en 118,3 en renta per cápita, contando que la media es 100. Madrid está en 130. Este investigador del CSIC y profesor de la UAB, considera que, teniendo en cuenta esa renta per cápita, Catalunya no tiene un déficit fiscal escandaloso. “Tanto en términos de financiación como de saldo fiscal, Catalunya está básicamente donde le toca cuando la comparamos con otras regiones españolas y extranjeras con niveles de renta similares”.
Los alemanes, como España
Y ofrece la realidad de Alemania. No existe un límite a la solidaridad, ni un 4% ni un 5%, como el movimiento independentista asegura que ocurre desde hace años. Incluso circuló que el Tribunal Constitucional alemán lo había fijado en ese porcentaje. No hay nada de ello.
Con datos de 2008, los länder alemanes más similares a Catalunya son Baviera (BY), Baden-Württemberg (BW) y Hesse (HE). Sus índices de renta relativa son 111, 112 y 122 respectivamente. Debemos recordar que el de Catalunya es de 118. En cuanto a los índices de financiación de los tres länders son 96,2, 96,2 y 98,1 respectivamente, (Catalunya – 99,6). Es decir, pierden más posiciones que Catalunya, cuando se compara la capacidad fiscal con la financiación final por habitante. Baden Wüttemberg pierde 21 puntos, por los 19,9 que pierde Catalunya, por ejemplo.
Y en Alemania, a pesar de su seriedad, también pasan cosas extrañas (ver primer gráfico ). La Extremadura alemana es Mecklemburgo-Pomerania Occidental, (MV), que pasa de 55 de capacidad fiscal a 115, por encima de la media.