Cataluña reabrirá la hostelería por la noche el 3 de mayo

El conseller del Interior, Miquel Sàmper, abre la puerta a ampliar el horario de la hostelería pero solo permitirá el consumo en las terrazas

El exconseller del Interior, Miquel Samper, llevó el informe sobre corrupción en el departamento de bomberos a la Fiscalía. EFE

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El retroceso de la pandemia de coronavirus ha permitido a Cataluña poner en marcha su plan de desescalada con medidas como la suspensión de los confinamientos perimetrales en las comarcas, sin embargo el efecto positivo de los indicadores epidemiológicos todavía no ha beneficiado a los hosteleros. Los bares y restaurantes siguen sujetos a un sistema de franjas horarias que les impide ofrecer su servicio por la noche. La Generalitat confía en levantar esta restricción a partir del 3 de mayo si la tendencia continúa siendo favorable.

El conseller de Interior, Miquel Sàmper, ha admitido que esa es la fecha que las autoridades sanitarias tienen sobre la mesa para dar un paso más adelante con su actual plan de medidas de contención de la Covid-19. Si los contagios siguen remitiendo, el Procicat podría optar por dar un mayor margen a los establecimientos hosteleros, que actualmente solo pueden operar entre las 7:30 y las 17:00 horas.

Después de varias semanas sujetos a restricciones, bares y restaurantes podrían volver a ofrecer el servicio de cenas. Eso sí, el conseller ha aclarado que solo se permitiría al aire libre en las terrazas. «Está claro que cuando la restauración comience por la noche estará fuera», ha expresado en una entrevista en TV3.

Sàmper considera que permitir la afluencia de los clientes en el interior podría suponer un riesgo epidemiológico en plena fase de recuperación, después de la cuarta oleada de contagios. «Si pudiéramos tener ventilación cruzada en toda la restauración, con velocidades de 12 litros por persona y segundo de renovación del aire, ya podría abrirse. Pero eso implica inversiones.

En todo caso, la decisión estará sujeta a la evolución epidemiológica de cada territorio. Por eso, a partir del 3 de mayo puede producirse la situación de que una comarca cuente con un plan de flexibilización de la hostelería más laxo que otra. A más de una semana para que se alcance la fecha marcada en rojo, el conseller no ha querido mojarse. «Ahora mismo es muy anticipado tomar esa decisión», ha expuesto.

El retraso del toque de queda beneficiará a la hostelería

La reapertura de la hostelería en el horario de noche vendrá acompañada previsiblemente de un retraso del toque de queda en un margen de una hora. Si la situación epidemiológica mejora, Cataluña pasará el límite de la movilidad a las 23.00 horas, lo que ofrecerá un pequeño margen extra a los bares y restaurantes en su camino hacia la nueva normalidad.

La terraza de un bar de Barcelona el 23 de noviembre de 2020, cuando la hostelería pudo reabrir tras un mes cerrada | EFE/MP/Archivo

La incógnita sigue puesta en el escenario en el que se encontrará la comunidad a partir del próximo 9 de mayo, cuando vencerá el actual estado de alarma después de seis meses de vigencia. La Generalitat tendrá que recurrir entonces a otras normas sanitarias para imponer medidas como el toque de queda o la suspensión de la movilidad, que requerirán un aval judicial si alguno de los sectores afectados las lleva a los tribunales.

A pesar del la incertidumbre que plantea el fin de esta mecanismos constitucional, el conseller del Interior se ha mostrado confiado en que la mejoría de la pandemia permita alcanzar un punto más beneficioso para no aplicar restricciones tan duras como en el último año. «El paradigma de ahora abro y ahora cierro no debería volver», ha reafirmado.

Cataluña no quiere repetir los errores del verano

Este plan tan cauteloso responde a una estrategia de la Generalitat para no tener que dar marcha atrás sobre la marcha con su desescalada, como le ha ocurrido en ocasiones anteriores. Samper ha insistido en «no caer en los errores del pasado verano» cuando se tomaron decisiones muy rápidas que acabaron desencadenando nuevas fases de rebrotes.

Lo mismo ocurrió a las puertas de las Navidades. El Gobierno de Cataluña estableció un plan de desescalada con un nivel de detalle y unos plazos mucho más cerrados que otras comunidades autónomas de su entorno. Sin embargo, el empeoramiento de los indicadores epidemiológicos, especialmente el índice que mide la velocidad de propagación de la enfermedad, obligó a cambiar todas las fechas marcadas para la hostelería, el comercio, la cultura o el deporte.

«Tenemos la esperanza de no tener episodios bruscos»

Miquel Sàmper
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Carlos Villar

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