Cataluña investiga la muerte de dos mayores de 60 años vacunados con Astrazeneca

Dos hombres de más de 60 años han muerto en Cataluña poco después de recibir la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19 de Astrazeneca. El Departamento de Salud ha iniciado una investigación de los fallecimientos para determinar si están vinculados al fármaco, que ha provocado decenas de casos de trombosis en países como Alemania o Reino Unido.

Este miércoles, mismo día en que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) reconoció «posibles vínculos» entre la vacuna de Astrazeneca y casos «muy raros» de trombosis, murió un vecino de Tàrrega de 65 años horas después de haber recibido la primera dosis, informa el diario Segre, que cita fuentes de la Consejería que confirman la investigación del caso.

También se está investigando el fallecimiento de otro hombre de 63 años que murió al día siguiente de vacunarse con Astrazeneca en Cervera. Este caso, no obstante, involucra patologías previas reconocidas. Y Salud descarta por ahora conectar ambas defunciones a la vacuna de Astrazeneca, que en Cataluña ha sido administrada a casi 435.000 personas.

Las investigaciones tienen lugar un día después de que la EMA corrigiera su valoración sobre el riesgo de los efectos secundarios de esta vacuna. Este miércoles, el comité de farmacovigilancia de la EMA recomendó incluir la trombosis como efecto secundario «muy raro» de Astrazeneca, menos de un mes después de que la Agencia negase toda asociación.

«Efectos secundarios muy raros»

Tras el informe, la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunciaba la noche del miércoles que había acordado con la mayoría de las comunidades autónomas, en el marco del Consejo Interterritorial de Salud, limitar la vacuna ahora llamada Vaxzevria a los mayores de 60 años, pese a que la EMA no recomendó en ningún momento limitaciones de edad.

La mayoría de los casos de trombosis notificados en población vacunada con Astrazeneca ha sido en mujeres menores de 60 años. Los casos que investigan las autoridades catalanas, de confirmarse, serían ajenos a esa tendencia pero, como pasa en otros lugares, sí representarían una fracción mínima de incidencia, de en torno a un caso por cada 200.000 inmunizados.

«Estamos hablando de efectos secundarios muy raros; el riesgo de mortalidad de la Covid-19 es mucho más elevado«, señalaba este miércoles la directora ejecutiva de la EMA, Emer Cooke. Como ella, la mayoría de expertos pide tranquilidad a la población porque las notificaciones de incidencias han sido hasta ahora muy poco frecuentes.

«La protección que produce una vacuna es claramente superior«, afirmó este jueves Marcos López Hoyos, presidente de la Sociedad Española de Inmunología. «Ya que hay algunas evidencias por debajo de 60 años, deberíamos aprovechar y vacunar por encima de 65 años, que es la población que tiene más riesgo para que puedan protegerse de la Covid».