El órdago de Cataluña reconcilia a Feijóo con el PP pero agrava la crisis de Alejandro Fernández

Los populares catalanes reclamaban la "contundencia" sobre el modelo territorial de Feijóo que finalmente ha mostrado. "Es esperanzador", creen ahora, porque es "la única dirección posible"

Alberto Núñez Feijóo y Alejandro Fernández en una imagen de archivo. EFE/ Andreu Dalmau

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El reclamado modelo territorial que los cargos y barones exigían al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la contundencia con la que lo ha explicado ha conseguido lo que parecía complicado: tras un tira y afloja sobre la posiblidad de negociar o no con Junts un posible apoyo para la investidura, el líder popular se ha mostrado rotundo en la batalla que piensa dar al independentismo: por ahí, no.

El seísmo de considerar a Junts como un posible e hipotético aliado del partido no había alcanzado la superficie, pero sí se había dejado sentir en los cuadros del PP catalán, que, aunque no en solitario, eran quienes más se habían quejado de este cambio de postura. Y, así, Feijóo lo borró este lunes de un plumazo, asegurando que prefiere poder «mirar a los ojos» a sus votantes desde la oposición a «bajar la cabeza para entrar en la Moncloa», un camino este último que es «fácil de elegir» pero no considera que sea de recibo.

El mensaje, según ha podido testar ECONOMÍA DIGITAL tras consultar con distintas fuentes, ha sido recibido de buena gana. Otrora voces críticas con el presidente del PP lo han tiltado de «acertado y esperanzador», por esa vehemencia a la hora de defender una España «de libres e iguales». Pero no todos parecen haberlo vivido así, al menos públicamente: el líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, que se había mostrado muy crítico en las últimas semanas con comentarios públicos, ha excusado su presencia y ha considerado «oportuno» faltar a la cita para poder estar en un acto de celebración de la Diada.

Un desacuerdo que dura semanas

«Él hizo una afrenta en agosto a la dirección nacional, y que ahora no quiere dar la cara ante él [por Feijóo]», explican fuentes del partido en Cataluña cuando se le consulta en privado. Y nada hace presagiar un acercamiento, a tenor de lo que se respira en los cuadros de la formación catalana: Fernández ni siquiera acudió al acto del PP de inicio del curso político en la comunidad autonóma que lidera. «Esperará que se calme un poco las cosas: Alejandro es tímido, él o en Twitter o en el Parlament, donde todo está muy tasado, es donde se siente cómodo para expresarse», vaticina un compañero.

Más allá del problema entre direccones, a los miembros del partido sí que les ha convencido el llamamiento que Feijóo realizó ante la Junta Directiva Nacional. Ahí aludió a que «no hay consentimiento de los españoles para que España deje de ser una nación de libres e iguales», a su parecer, por lo que que utilizará «todos los instrumentos democráticos que las urnas» han puesto al alcance de su partido para frenarlo.

La clave, según expresó el presidente del PP, es que la respuesta al «desafío separatista» no puede ser un enfrentamiento dialéctico entre las sedes nacionales de los populares y los socialistas. «La responsabilidad de responder es colectiva, y tendrán que responder todas las instituciones a lo largo y ancho de España».

«Es la única salida posible»

Porque, a ojos de Feijóo, no se puede defender a la vez una ley de amnistía para las causas abiertas por el procés y el 1-O que el PSOE negocia con ERC y Junts y «la igualdad ante la ley». «Las dos cosas son incompatibles», y por eso cada uno de los representantes políticos de nuestro país «tendrán que posicionarse y decidir».

Un dirigente del PP catalán valora, en conversación con este periódico, que era la «única salida posible» tras el enredo con Junts y el llamamiento al «encaje territorial de Cataluña» que hizo Feijóo para matizar horas después por un presunto «error» a la hora de formular una respuesta. «No hay más dirección. Nuestros principios nos llevan por un camino, no hay más», insiste.

¿Por qué? A su entender, «lo que hay encima de la mesa», en referencia a las negociaciones sobre distintas cesiones del PSOE a los independentistas, comenzando por la amnistía, «es muy grave, en clave nacional y también catalana». «Aquí hay unos ciudadanos de primera y otros de segunda, y somos muchos, se vio en las urnas, los que no queremos ese privilegio».

«Esto es más grave que 2017»

Otro miembro de la dirección del PP catalán insiste en que «esto es más grave que 2017, institucionalmente es más grave». «La consulta no vinculante, como el Brexit o la de Québec, es un paso sin retorno», valora. «Si te sale que sí, no hay quien lo pare».

A eso, además, se le suma la crisis de Fernández y Feijóo. «El PP aquí tiene divisiones, famiilas de toda la vida, pero si no hay un consenso total es de que no podemos ahora abrir ningún melón de aproximación a Junts o cosas raras. Hay que ser duros con Junts y duros con Sánchez. La división del partido es más por las formas», explica la fuente.

«Nadie del PP catalán defiende la plurinacional, ni encaje, ni nada… quien ha sufrido el procés ya ha pasado por el catalanismo integrador, flexible… pero una vez rompe con la Constitución no hay nada que hablar», insiste. Y un dirigente catalán zanja: «Somos favorbales a no incendiar, a no echar gasolina en Cataluña. Al independentismo no se le sacia nunca, y ahora estaba muerto. Alejandro [Fernández] habló por sí».

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