Cataluña abre la puerta a acabar con la mascarilla en las próximas semanas
El secretario general de Salud Pública, Marc Ramentol, adelanta esta hipótesis si se logra avanzar lo suficiente en la campaña de vacunación
El avance de la campaña de vacunación ha insuflado una dosis de optimismo al Gobierno de Cataluña. Después de la relajación de las restricciones que ha provocado el final del estado de alarma, la Conselleria de Sanidad ya estudia dar un paso más adelante para acabar con otras medidas de prevención sanitaria habituales, como el uso de la mascarilla, en determinadas situaciones. Los cambios se debatirán en las próximas semanas pero estarán sujetos a la situación epidemiológica de la región.
El secretario general de Salud Pública, Marc Ramentol, ha adelantado este domingo los planes del departamento para flexibilizar este tipo de restricciones a medida que la comunidad autónoma se acerque al objetivo de la inmunidad colectiva este verano, cuando el 70% de la población debería quedar vacunada. «Dependiendo de los conocimientos adquiridos en otros países y de la evolución de la pandemia, sin duda será un debate que tendremos sobre la mesa en las próximas semanas», ha expresado en una entrevista en Rac1.
Para poder plantear cualquier escenario de este tipo, Cataluña debería haber logrado rebajar antes sus datos epidemiológicos. Aunque la comunidad autónoma ha encadenado varias semanas consecutivas con una notable mejoría desde la tercera oleada de contagios, sus cifras todavía no muestran una clara mejoría. La presión hospitalaria, por ejemplo, ha vuelto a repuntar este domingo hasta alcanzar los 1.115 pacientes ingresados y los 403 enfermos críticos en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
Los datos que hacen soñar a la Conselleria de Sanidad con ofrecer nuevas libertades a los ciudadanos son los que ofrecen indicadores como el riesgo de rebrote o la velocidad de propagación del virus que no han parado de caer. Eso sí, la incidencia acumulada todavía es de 191 casos por cada 100.000 habitantes. Lejos de marcas como la de la Comunidad Valenciana o las Islas Baleares que han rebajado el umbral de riesgo de los 50.
Ramentol ha explicado que para poner en marcha una medida como el levantamiento de las mascarillas observarán primero su aplicación en otras potencias del mundo. Una de las primeras en rebajarla fue Israel que hace ya un mes retiró su condición de obligatoria en los espacios al aire libre, tras haber alcanzado la inmunidad de rebaño con su campaña de vacunación. Un escenario parecido al que ha logrado Estados Unidos, que permitirá a todos los vacunados desprenderse de esta protección.
Cataluña espera vacunar a un tercio de los mayores de 50 la próxima semana
A la vista de la estrategia adoptada por Israel y Estados Unidos, parece que la vacunación masiva será un requisito imprescindible para empezar a desprendernos de la mascarilla. Cataluña ha logrado inmunizar ya a más de 2,4 millones de personas con la primera dosis del fármaco, lo que representa el 36,3% de la población mayor de 16 años. Pero el dato aún está lejos del 70% que marca la inmunidad general.
La tarea radica fundamentalmente ahora en proteger a las personas de entre 50 y 59 años, el último grupo demográfico en sumarse a la campaña de inmunización. Ramentol confía en que al menos un tercio de los ciudadanos de este franja de edad haya podido recibir un pinchazo cuando termine la semana que viene. Hasta la fecha se ha alcanzado un porcentaje del 22,9%.
Una vez que se haya acabado con ellos, el secretario de Salud Pública ya piensa en sumar a la estrategia a los mayores de 40 años, el siguiente de acuerdo al riesgo para la salud que representa la edad. Lo que no considera prioritario por el momento es la inmunización de los adolescentes, a no ser que se trata de jóvenes con otras patologías de salud grave.
El resto de la campaña estará condicionada por las decisiones que se tomen en el seno de la Comisión de Salud Pública, como qué vacuna reciben los menores de 60 años que ya cuentan con una dosis de Astrazeneca.