Casado inicia el cambio de ciclo con el rearme ideológico del PP
Casado marca la pauta a los suyos: "A partir de octubre hay que generar la verdadera alternativa a Sánchez para llegar a la Moncloa"
El PP busca volver a ser el partido de la ‘beautiful people’ donde gobernaban con mayoría absoluta y tenían poder en todos los estamentos, incluido el Poder Judicial. Pablo Casado ya ha pasado por su particular desierto: derrotar a los pesos pesados del partido, Soraya y Cospedal, para quedarse de líder solo con cientos de evasivas de empresarios y ‘cerebros’ que no quisieron remangarse y ponerse en primera fila junto a él a predicar que otra alternativa a Pedro Sánchez es posible.
En este tiempo, los acontecimientos han dado un giro de 180 grados. Empresarios y figuras de renombre están hartos del ‘Sanchismo’ y, ahora sí, le tienden la mano para ayudar. Los populares están convencidos del cambio de ciclo que desde hace meses les llevan mostrando sus encuestas internas y que Isabel Díaz Ayuso plasmó en Madrid.
El trabajo más intenso en Génova desde hace tiempo es llevar a Pablo Casado a La Moncloa. La principal tarea del PP a la vuelta de vacaciones es el rearme ideológico del partido. Todo tiene que salir bien y en este año, ante un posible adelanto electoral en 2022. Los populares no lo descartan.
La Convención Nacional tiene dos grandes objetivos: reafirmar a Pablo Casado como líder indiscutible del partido y evidenciar un cierre de filas total hacia su figura -para entonces estará prácticamente completada la renovación orgánica y territorial- y ratificar el proyecto ideológico del «nuevo» PP con la definición de un programa electoral que será «alternativo», «abierto» y mucho más «inclusivo», según definen fuentes conocedoras de los detalles de la convención.
Unir a las ‘tres derechas’
La idea del PP es plantear una convención política a la americana, con una duración de cuatro días y con una proyección que trascienda a lo político, con la participación de perfiles de la sociedad civil y de economistas o empresarios para abordar temas «muy amplios», que irán desde la reforma de la Justicia hasta el cambio climático.
Asimismo, se tocarán asuntos peliagudos entre las distintas sensibilidades del partido como es el aborto, el feminismo, los populismos o la maternidad subrogada. También se abordará el deseo de unir ‘tres derechas’ en torno a las siglas del PP.
«Vamos a definir posicionamientos» que, aseguran, no se quedarán en una mesa redonda sin más, sino que se plasmarán sobre el papel mediante leyes y diversas iniciativas. «De octubre saldremos con una agenda muy marcada» y, sobre todo, «transversal», una de las palabras más repetidas en la cúpula del PP y que, curiosamente, también recalcan en el PSOE.
Fuentes del entorno de Pablo Casado trasladan a ED la «ilusión» que ha puesto para una cita en la que presentará un proyecto propio y en la que pretende erigirse como «referente internacional y como alternativa real a Pedro Sánchez», señalan fuentes del partido.
La práctica absorción de Ciudadanos y la captación de activos liberales en la batalla electoral madrileña han sido sólo el principio del proyecto de reunificación del centroderecha y de la ‘refundación’ definitiva que se espera para el próximo otoño.
La única alternativa
En el argumentario de los populares se puede leer constantemente que el partido necesita ser «la única alternativa» al ‘Sanchismo’ y para conseguirlo, oposición férrea a Pedro Sánchez y a sus socios. De ahí la creación de una oficina económica para vigilar el cumplimiento de la gestión de los fondos europeos.
El PP usará una herramienta informática para fiscalizar al céntimo cómo se adjudican los fondos europeos. Los populares seguirán denunciando que el Ejecutivo haya rechazado en diversas ocasiones todo elemento de transparencia, seguimiento y control, tanto a través del Congreso como de cualquier otro mecanismo, al igual que la consulta a las comunidades autónomas, pese a ser algo que está dentro del reglamento de la gestión de los fondos.
Los populares no se creen que el Ejecutivo tenga la capacidad de gestionar tan rápido el reparto para que España pueda absorber los fondos en un tiempo tan limitado. El Plan tiene «objetivos muy ambiciosos» y «muchas debilidades», destacan fuentes del partido.
Desde el PP también estarán pendientes a partir de septiembre del cumplimiento de los objetivos para recibir todos los fondos. En concreto, explican que la evaluación por parte de Bruselas es continuada y que de no cumplirse los objetivos, los fondos pueden ser retirados.
Así, si transcurridos 18 meses desde la decisión de ejecución no hay avances en los hitos, la prefinanciación puede ser retirada, según el PP, que ha subrayado que el Estado miembro tendrá que explicar dos veces al año para justificar el desembolso y si la evaluación dice que no se han cumplido los objetivos, se suspenderá el pago total o parte de este.
El PP ha dejado claro que va a velar por la ejecución y, sobre todo, por salvaguardar los principios de sostenibilidad a largo plazo y de recuperación económica de España, así como de debida diligencia en la asignación de los fondos con «transparencia, acuerdo y trabajando codo con codo con todos los sectores».
Abocado a pactar con Vox
Entre los deberes para el nuevo curso, los populares también tienen en mente diferenciarse y ganar el voto perdido hacia Vox. Todos los partidos seguirán en ‘modo elecciones’ y en el PP no son menos. La relación con el partido de Santiago Abascal es mínima e inexistente entre sus líderes.
La vigilancia mutua se estrecha en la izquierda, Podemos y PSOE, pero también en la derecha, entre PP y Vox. Los de Abascal buscan que su perfil no se diluya y también han convocado su Vistalegre, que ahora se llamará Viva 21, para «abrir una nueva etapa» y «dar un paso más allá», según explica el partido.
En el PP, algunos ya dan por hecho, que Vox tendrá que ser el cooperador necesario para gobernar y desbancar al PSOE. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha, donde gobierna el socialista Emiliano García-Page y tiene como jefe de la oposición a Paco Núñez, presidente del PP de la región. Este ha reconocido que mantiene conversaciones con Vox para llegar a acuerdos, aunque ese diálogo lo quiere practicar con todos los partidos.
En el PP consideran que Vox «ha tocado techo» y «a partir de ahora, lo normal será que baje», recalca un presidente autonómico. Los populares aspiran a reconquistar a aquellos ciudadanos que se pasaron a Vox para recuperar el voto fugado y aunar a aquellos socialistas que huyen del ‘Sanchismo’ y que buscan un proyecto de centro. Aseguran que la hoja de ruta que salga de la Convención «lo explicará todo».