Casado busca diferenciarse de Vox para subir en las encuestas
Los de Pablo Casado se ponen las pilas esta semana y elaboran un plan sencillo: diferenciarse de Vox y no cerrarse al centro
Vox afianza su crecimiento a costa de la crisis del PP, según las últimas encuestas publicadas. El acercamiento del partido de Santiago Abascal a Isabel Díaz Ayuso no es bien visto por Génova. Barones autonómicos del PP advirtieron la semana pasada que la estrategia de Vox con Ayuso asfixia a sus comunidades y a la dirección nacional. Los de Pablo Casado se ponen las pilas esta semana y elaboran un plan sencillo: diferenciarse de Vox y no cerrarse al centro.
El enfrentamiento abierto entre el líder del PP y la presidenta de la Comunidad de Madrid ha facilitado que el partido se deje dos escaños y más de 150.000 votos en un mes, según la última encuesta de NC Report publicada por La Razón con respecto a su anterior sondeo.
Con estos datos, la alianza del PP y Vox se mantiene en la mayoría absoluta, dentro de la horquilla de 175-178 escaños. Los de Abascal son conscientes y han decidido aprovechar el tirón escenificando su buena sintonía con Díaz Ayuso tras el pacto alcanzado para la aprobación de los presupuestos autonómicos de la Comunidad de Madrid, los primeros de la dirigente popular.
Los de Vox se muestran encantados con este enlace en la Comunidad mientras rechazan pactar las cuentas públicas del Ayuntamiento con José Luis Martínez Almeida o con Juanma Moreno en Andalucía. Aunque las cosas también podrían cambiar para Madrid con un primer enfrentamiento este jueves, donde Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio encaran una semana clave en las negociaciones para cambiar las leyes LGTBI.
Vox registró una propuesta hace semanas en sustitución de las actuales leyes LGTBI aprobadas por el Gobierno de Cristina Cifuentes, sin haber alcanzado todavía un acuerdo con el PP al respecto. El partido Isabel Díaz Ayuso decidirá este jueves con su voto si permite dar trámite a la propuesta o, por el contrario, la bloquea. En el PP avanzan con pies de plomo y en Génova tienen claro que «Vox nos quita votos».
Frente a esto, los populares se han puesto las pilas estos días y según ha podido saber Economía Digital, el partido apuesta por dar pasos nítidos hacia una estrategia de «clara diferenciación con los de Abascal» y «sin cerrarse al centro».
Defenderse de los ataques
En primer lugar, los de Pablo Casado apuestan por no quedarse callados y responder ante los ataques de Vox, «ya sea en sede parlamentario o en donde sea», responden fuentes del PP. Los populares pretenden hacer ver que los de Abascal solo juegan al «desgaste del PP» tras acusarlos de no querer pactar los Presupuestos ni en Andalucía, ni en el consistorio madrileño.
El primer en utilizar esta técnica ha sido el alcalde de Madrid. Almeida respondió a un anuncio del secretario general de Vox, Javier Ortega-Smith, afirmando que no se reunirá con él por sus «trapicheos» con «comunistas», simulando un «traductor de Google» con un mensaje claro: «No voy a hacer lo mismo que ha hecho Rocío Monasterio en la Comunidad de Madrid porque los madrileños me dan exactamente igual».
En Andalucía apuestan por seguir la misma técnica y ya denuncian la «pinza de PSOE y Vox» para «desestabilizar el gobierno». Un argumento que el partido no descarta emplear en Castilla y León y Murcia si los de Abascal se niegan a aprobar las cuentas autonómicas.
Diferenciarse de Vox: los viajes de Abascal y Casado
Pero si hay algo con lo que están contentos en el PP es por el viaje realizado por Santiago Abascal a Brasil para apoyar durante tres días al presidente Jair Bolsonaro.
La sintonía de la izquierda con Latinoamérica y la puja entre PSOE y Podemos por ver cuantas veces se reúnen sus dirigentes con el Papa Francisco, lo hemos podido ver esta semana con Yolanda Díaz, no es exclusiva de la izquierda. De hecho y conforme se acerquen las elecciones, vamos a ver la pujanza por liderar la izquierda y la derecha en forma de viajes y con visitas muy bien escogidas para la foto.
Así, el líder del PP escenificó entre el pasado martes hasta el viernes una agenda presidencialista reuniéndose con tres presidentes, Luis Lacalle (Uruguay), Mario Abdo Benítez (Paraguay) y Sebastián Piñera (Chile); un expresidente, Mauricio Macri (Argentina); y el jefe del Gobierno de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta.
La mayoría de expertos consultados coinciden en que las imágenes no son escogidas al azar y que la intención de Casado es impulsar una alianza «moderada» en Latinoamérica. Es aquí con motivo de una entrevista al diario argentino La Nación, donde Casado ha dejado abierta la opción de un gran pacto de gobierno con el PSOE, pero con la condición de que Pedro Sánchez quede al margen.
Se trata de un paso importante para el Partido Popular, ya que se aleja de los postulados que, a su juicio, considera populistas para volver a plantear la unión de los principales partidos y, si le saliera bien la jugada porque sumase, retirar a Pedro Sánchez del liderazgo del PSOE. Algo «casi imposible», según relatan la mayoría de analistas consultados.
Casado se amparó en que Vox «se ha definido como partido populista» y, por lo tanto, «no es una etiqueta que les moleste», al tiempo que subrayó que él espera «no tener que gobernar» con el partido de Santiago Abascal sino que quiere hacerlo en solitario. Con este medio paso atrás y de un día para otro, el líder del PP terminó por asumir que gobernaría con Abascal «si los números le obligan».
Por su parte, Abascal continúa sumando interlocutores internacionales a su espacio a los ya conocidos como Viktor Orbán, Mateusz Morawiecki o Giorgia Meloni.
Abascal mostró estos últimos tres días su apoyo y sintonía con el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, «con el objeto de abordar la ofensiva del Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla contra la democracia, la soberanía y el Estado de Derecho», señala la formación en un comunicado.
El líder de Vox también ha visitado México en verano, Perú, Colombia, Honduras y Chile, entre otros, para sumar aliados potenciales en la Iberosfera, Latinoamérica.
A nadie se le escapa que tanto PP como Vox critican la deriva totalitaria de Venezuela, Cuba y Nicaragua y atacan al Gobierno por la extraña relación diplomática que mantiene el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero con los mandatarios de estos países. Pero los intereses no son los mismos, tal y como las dos formaciones explican a través de las redes sociales con ligeros ataques.
En el PP se frotan ahora las manos por la «Cumbre de Patriotas» anunciada por Abascal en España para el mes de enero, donde la presencia de los mandatarios de Hungría y de Polonia está asegurada.
Para los populares significa «la exhibición del antieuropeísmo del que hace gala Vox» con partidos invitados como la Agrupación Nacional francesa de Marine Le Pen de marcado carácter antieuropeo. «Nosotros defendemos a ultranza un proyecto europeísta y de país totalmente diferente al de Vox», señalan fuentes del PP.
Objetivo: subir en las encuestas
Con este escenario como telón de fondo, los de Pablo Casado harán frente a la estrategia desplegada por Vox para subir en las encuestas de cara al próximo año. «La responsabilidad es nuestra. Cada vez que surgen enfrentamiento internos les damos votos», señala un barón autonómico popular.
Ahora y tras las «embestidas», según califican, de Vox en Andalucía y en el consistorio madrileño, las miradas están puestas en Castilla y León. La situación no es mucho mejor, donde el único parlamentario de Vox ha presentado enmienda a la totalidad a los presupuestos de Alfonso Fernández Mañueco.
La aprobación de las cuentas en la comunidad corre serio peligro, tal y como apuntó Economía Digital, por la ruptura del grupo parlamentario de Ciudadanos y la fragmentación política que lleva al barón del PP en la región a tener que negociar con regionalistas como Por Ávila o Unión del Pueblo Leonés (UPL).
Como en Andalucía, Vox exige a Mañueco que adelante las elecciones -las urnas podrían abrirse en primavera- y reiteran la ruptura con el PP en la región al acusar al presidente autonómico de ser una «marioneta de la izquierda». «Estamos preparados para todo. Para lo que pueda pasar en todos los territorios, para bien y para mal», recalcan desde la dirección nacional del PP. Los de Pablo Casado se ponen las pilas para evitar el desgaste diferenciándose de Vox y sin alejarse del centro.