Así son los «hooligans» que rodean a Puigdemont

"Son gente muy prepolítica, que sólo conciben Puigdemont o muerte", dicen de ellos

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No sólo Carles Puigdemont es un problema para explicarse el atasco en las negociaciones que mantienen Junts per Catalunya (JpC) y ERC en busca de un pacto de investidura y de gobierno. Los fieles a Puigdemont también se han convertido en una gran dificultad, ya que quienes tienen que tratar con ellos aseguran que son figuras muy poco acostumbras a la cesión y al acuerdo. Exceptúan, eso sí, a Elsa Artadi, a quien conceden capacidad para abordar los temas y buscar soluciones.

«Esta gente que rodea a Puigdemont es como llevar a la ANC (Asamblea Nacional Catalana) a hacer política. Son gente muy prepolítica, que prácticamente son de la idea: Puigdemont o muerte», describen los negociadores de ERC que han tomado contacto con el círculo del expresidente de la Generalitat. Voces de Junts per Catalunya, por su parte, confirman que «no están dotados con el don de la empatía», por buscar una expresión irónica y poco hiriente.

Los republicanos preferirían verse con las caras con los restos de Convergència que todavía tienen un papel en el Pdecat. «Con (Josep) Rull y con (Jordi) Turull hay más margen para hablar de todo, pero no van a dar ningún paso sin que antes lo dé Puigdemont», asumen en ERC para explicar el control de la situación que mantiene el expresidente de la Generalitat. Y, en tono desenfadado, añaden: «Si a cualquiera de los diputados del Pdecat (que representan un tercio del grupo de Junts per Catalunya) se les ocurre proponer en firme que Puigdemont dé un paso al lado, lo linchan ahí mismo».

Los fichajes de Puigdemont

Estas explicaciones ilustran con exactitud la situación creada en la política catalana. Puigdemont confeccionó en Bruselas una lista electoral prácticamente a su antojo. Comenzó a descolgar el teléfono y concretó más de 20 fichajes que su partido, el Pdecat, asumió disciplinadamente a la vista de que no tenía otra carta electoral que presentar que el presidente cesado.

El artefacto electoral de Puigdemont funcionó y el Pdecat no ha tenido más remedio que asumir la influencia de su líder pese a las discrepancias que mantiene respecto a sus planes. En los últimos días, destacados dirigentes del Pdecat como su coordinadora general, Marta Pascal, han defendido en público que los planes soberanistas de futuro deben ir pegados a la legalidad. Pascal se ha desmarcado de esta manera de Puigdemont, pero sus palabras también deben entenderse como un mensaje dirigido al Tribunal Supremo antes de comparecer ante el juez para evitar la cárcel.

A pesar de las diferencias que existen con Puigdemont, nadie reúne el valor suficiente para reclamarle que renuncie a sus aspiraciones. «Para dar un paso al lado, quiere mandar desde Bruselas. Pero eso es bastante surrealista. Que tenga un papel, que tenga una estructura bien armada en Bruselas, eso nos va bien a todos porque desde ahí puede denunciar la arbitrariedad, la injusticia y el autoritarismo del Gobierno hasta que decaiga el interés informativo. Ahora bien, de ahí a que entre por skype en el Consell Executiu hay un abismo. Primero, porque que no es operativo; segundo, porque es una locura; y tercero, porque es un delito: usurpación de funciones», opinan en ERC sobre sus planes.

 

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