Campaña de boicot de Junts al Parlament: impedirá que se puedan reunir las comisiones

El partido de Laura Borràs responde al llamado de la presidenta del Parlament, y se negará a asistir o a convocar estos órganos para impedir que puedan celebrarse

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Junts per Catalunya ha acudido al llamado hecho por Laura Borràs para paralizar la actividad parlamentaria ante la decisión de la Junta Electoral Central (JEC) de quitarle el acta de diputado a Pau Juvillà. La presidenta del Parlament ha pedido que de desconvoquen todas las comisiones. Dicho y hecho, el partido de Carles Puigdemont ya está manos a la obra para ejecutar la parálisis forzosa.

La estrategia del partido independentista pasa por hacer valer su representatividad en el Parlament –32 diputados– y una representación proporcional en las comisiones para frenarlas. ¿Cómo? Negándose a convocar aquellas que ellos presiden y dejando vacíos sus escaños, para impedir así sumar quórum suficiente como para que puedan llevarse a cabo.

«Aquellas comisiones que presidimos no se convocarán y, en las otras, no asistiremos y, por tanto, no habrá quórum», ha afirmado la portavoz de Junts, Mónica Sales. Pese al ataque a la soberanía del Parlament que supone esta acción, que pone en riesgo los derechos de los 135 parlamentarios, insisten en que es lo correcto.

«Una decisión inaudita, esperpéntica y que nos avergüenza»

El PSC ya les ha advertido: convocarán todas las comisiones que ellos presidan y no dudarán en acudir a la justicia si es necesario para salvaguardar a la propia cámara catalana. “Nos da igual que la suspensión dure tres horas, cinco días o una semana. Es una decisión inaudita, esperpéntica y que nos avergüenza”, ha defendido la portavoz socialista Alicia Romero.

Pero ni lo inaudito de la situación, ni tampoco la amenaza de querella frena a Junts: «Los partidos del 155 no tienen ninguna autoridad para criticar esta decisión. Cerraron un Parlament y cesaron a un Govern escogido democráticamente. Ahora persiguen al independentismo y en cualquier momento reprimirán otra causa que cuestione el status quo del Estado».

Y la actividad parlamentaria está en riesgo. Si Borràs consigue que su llamado a frenar la Cámara catalana tenga seguimiento, dejarían de celebrarse 13 comisiones legislativas, 2 comisiones de estudio, 2 ponencias de ley y el pleno de la semana que viene, donde se produce el control a los consellers y al Govern.

Y mientras asegura que le mantiene el acta a Pau Juvillà, la CUP ya ha movido ficha para proponer sustituirlo en la mesa del Parlament por el diputado Carles Riera. El diputado, que justifica su ausencia por una cuestión médica grave, seguirá como diputado raso, y es ahí donde se pretende defender su acta.

Juvillà dejará de cobrar el sueldo

Pero desde el Parlament ya se le ha comunicado que dejará de cobrar su sueldo como parlamentario. Mientras Borràs anima con timidez a cerrar la Cámara catalana, los engranajes del órgano legislativo ya han empezado a despojar al diputado anticapitalista de sus derechos como parlamentario.

El objetivo inicial era hacer un ‘cerrojazo’ oficioso, pero un aviso del letrado mayor del Parlament les ha hecho retroceder en sus planteamientos. El responsable jurídico de la Cámara ha advertido que la decisión de cerrar el órgano legislativo autonómico podría suponer un “ilícito penal”.

Borràs ha calificado este martes la inhabilitación como de “extrema gravedad” y ha apostado por “defender los derechos de los electos y de sus electores”. La presidenta del Parlament ha lamentado que el “burofax” del pasado jueves no se esperó a saber si el Tribunal Supremo dicta medidas cautelares contra su decisión.

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