Los cambios de Sánchez en el Congreso frenan las negociaciones con sus socios
Los socios de investidura de Sánchez ligan la estabilidad de la legislatura a alcanzar los compromisos exigidos con el PSOE
Tras la remodelación en el Gobierno, Pedro Sánchez prepara también cambios en el Grupo Parlamentario del Congreso y del Senado. La marcha a Moncloa del ‘hombre fuerte, de Sánchez en la Cámara Baja, Rafael Simancas, y la posible sustitución de Adriana Lastra como portavoz para dedicarse al partido, deja a los socios del PSOE desatendidos y molestos porque no se cumplen las promesas de legislatura que negociaron con los socialistas.
Según ha podido saber Economía Digital, PNV, Compromís, Bildu, Más País e, incluso, el socio de Gobierno, Unidas Podemos, han expresado su malestar a los socialistas en el Congreso porque «no hay comunicación», ni «negociaciones», «ni se están cumpliendo los compromisos adquiridos» con los socialistas.
Y es que en el PSOE están centrados en el nuevo cambios de caras que diseña Sánchez para afrontar los dos años que quedan de legislatura en ambas cámaras. Tal y como publicó ED, con la llegada del 40 Congreso Federal del PSOE, Sánchez acometerá cambios en los Grupos Parlamentarios y desde Ferraz insisten en que se realizarán en la misma línea que en la del Gobierno: «Mujeres y jóvenes» son la prioridad en estos momentos.
De confirmarse los planes de Sánchez, Adriana Lastra se dedicaría enteramente al partido cubriendo la baja del exsecretario de Organización, José Luis Ábalos. Lastra ya no sería portavoz del PSOE en el Congreso y en su lugar ya hay quien apuesta por situar a otra mujer al frente. También preocupa la vacante que deja Rafael Simancas en la secretaría general del grupo, a la que seguirá la configuración de una nueva dirección.
El nombre de Isaura Leal no es extraño entre los socialistas para sustituir a Simancas. La presidenta de la gestora de Madrid ya ha desempeñado numerosos papeles de confianza de Sánchez.
Lo normal es mantener cierto equilibrio territorial entre los diputados que conforman la dirección, como hasta ahora con cuatro secretarios y portavoces adjuntos, como el catalán y miembro del PSC José Zaragoza; el andaluz Felipe Sicilia, la castellonense Susana Ros y el gallego Guillermo Antonio Meijón.
El enfado de los socios de investidura
Pero, sin duda, además de estos cambios lo que más está llamando la atención estas semanas con el Congreso a punto de cerrar por vacaciones es el enfado que mantienen los socios de investidura con Sánchez y el PSOE, incluidos sus socios de coalición (Unidas Podemos).
Según ha podido saber ED, éstos reclaman al PSOE los compromisos a los que llegaron para apoyar la investidura de Pedro Sánchez y que todavía no se han cumplido, como la agenda vasca para el PNV, el conflicto catalán, la renovación del CGPJ, la Ley de Vivienda o las pensiones.
El detonante se enmarca en la «falta de diálogo» y «falta de negociación». «En Moncloa no descuelgan el teléfono para llamarnos», señalan desde Compromís. Una crítica que hacen extensiva en Bildu y también en el PNV con el lehendakari Iñigo Urkullu todavía dudando si asistirá este viernes a la Conferencia de Presidentes por este mismo problema.
Los socialistas ya tuvieron un aviso reciente con la ley sobre los interinos. Moncloa apoyó el ‘Icetazo’ con los apoyos más que justo y teniendo que negociar entre bambalinas con la norma a punto de votarse. El segundo ‘toque’ se lo dieron los socios de investidura a Sánchez en las ruedas de prensa que cada semana realizan los distintos portavoces en el Congreso.
Sánchez no cumple la agenda legislativa prometida
La urgencia en el cumplimiento de la agenda legislativa (reorganizada con la llegada de la pandemia y la posterior previsión de recuperación económica) se ha convertido en otro reclamo constante.
El Gobierno respondió a finales de la semana pasada. El nuevo ministro de Presidencia, Félix Bolaños, descolgó el teléfono y tomó las riendas de su antecesora en el cargo, la exvicepresidenta primera Carmen Calvo, para llevar a cabo una primera toma de contacto telefónico con los portavoces de todos los grupos parlamentarios de la oposición, con los que prevé reunirse a partir de septiembre, coincidiendo con el arranque del nuevo curso político.
La renovación de los órganos constitucionales con el PP será tarea casi imposible a partir de septiembre y en Moncloa son conscientes. La siguiente cuestión que marcará la agenda será Cataluña y, para ello, es necesario volver a engrasar las relaciones con ERC con una pega: la portavoz Adriana Lastra era la interlocutora favorita de los republicanos para estos menesteres y en el partido de Gabriel Rufián ya tiemblan por conocer quién será el nuevo interlocutor que les ponga Sánchez en el Congreso.
«Cada voto cuenta», destaca Iñigo Errejón para no desmerecer su estrategia sobre la salud mental, la ley mordaza que nunca llega y la negociación sobre la Ley de Vivienda. Una batalla, esta última, que Podemos está dando por la regulación del precio de los alquileres. Sin embargo, los morados también criticas que tras la marcha de Ábalos, la nueva ministra de Transportes, Raquel Sánchez, no haya contactado con ellos para una primera toma de contacto.
Tampoco llega para Podemos el proyecto de ley del Ingreso Mínimo Vital, una medida (aprobada hace un año vía real decreto) que incorporará previsiblemente mejoras ante el «mal funcionamiento» dada la elevada burocracia en los trámites necesarios para acceder a esta ayuda. Se fue Pablo Iglesias prometiendo estas reformas en la norma para que funcionase y los morados siguen hablando con Escrivá sobre el freno a la norma en la Cámara Baja.
En Podemos tampoco las tienen todas consigo por la ley del ‘sí es sí’. La norma llegará pronto al Congreso y los socialistas, tal y como publicó ED, ya advirtieron que podrían no votar a favor de las enmiendas que proponga Podemos para modificarla.
Y la ‘guinda’ del pastel que cabrea en general a todos los grupos se llama nuevo sistema de financiación autonómica. La propuesta del Ministerio de Hacienda sigue sin llegar mientras diputados como Joan Baldoví (Compromís) o Ferran Bel (PDeCAT) instan a encontrar una solución a este problema que genera desigualdad entre los territorios.
El cansancio de los socios de investidura de Sánchez podría hacer mella en el PSOE y en lo que queda de legislatura con leyes clave para los socialistas. Sus votos dependerán del grado de cumplimiento de todos los compromisos exigidos y de reforzar el diálogo con las fuerzas de izquierda que instan a trabajar los consensos «con tiempo».