El coronavirus da una tregua a Lleida que libera camas en hospitales
La Generalitat permite a la empresa frutícola cerrada por positivos de coronavirus reabrir con un máximo de 20 personas
Las drásticas medidas de confinamiento fruto de la tardanza en la actuación contra el brote de Lleida han permitido una caida importante de contagios. La situación, mucho mejor que un mes atrás cuando la comarca del Segrià se tuvo que reconfinar para frenar la transmisión comunitaria, ha permitido cerrar plantas de coronavirus en hospitales.
El último de ellos, el Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida. El centro hospitalario ilerdano ha cerrado una de las tres plantas dedicadas a la atención de pancientes con Covid-19 al descender el número de ingresos en los últimos días. Este se une al Santa María, que también pudo cerrar la semana pasada una planta Covid-19, aunque tiene otra para esta patología.
El Departamento de Salud ha informado de que en Lleida hay 67 pacientes de coronavirus ingresados en hospitales públicos de la ciudad, 14 de ellos en la UCI. En cuanto al número total de positivos en la provincia, según Salud hay 9.460 desde el inicio de la pandemia, 64 registrados en las últimas horas.
Reapertura de la frutícola
Además, Salud Pública ha autorizado la reapertura de la empresa frutícola de Aitona (Lleida), que cerró la semana pasada porque permitía a 19 positivos de coronavirus que trabajasen pese a encontrarse en baja médica. Según ha confimardo la consellería a EFE, en las últimas horas se ha llevado a cabo un «levantamiento parcial cautelar» en la empresa, cuyo cierre se dictó tras una inspección de Trabajo.
Las mismas fuentes han explicado que por el momento solo podrán trabajar en la empresa un máximo de 20 personas. Los trabajadores autorizados para volver a su puesto de trabajo llevarán a cabo «tareas esenciales» de administración y almacén.
El cese de la actividad de la empresa frutícola se debió a «una falta de colaboración ante unos hechos graves», después de que los responsables de la misma se negaran en un primer momento a realizar los PCR a sus trabajadores, y después, les permitieran trabajar con un resultado positivo. Del total de la plantilla de 190 empleados, 90 aceptaron someterse a una prueba y un 42% dio positivo.