Borrell vs Quim Torra: el TSJC decanta el pulso por las «embajadas»
Josep Borrell vence en su pugna contra las "embajadas" catalanas que, según el TSJC, exceden las competencias de la Generalitat
Josep Borrell se ha anotado un tanto en su tiempo de descuento como ministro de Asuntos Exteriores en funciones. El socialista comenzará la próxima semana su nueva faceta como vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante para la Política Exterior y de Seguridad, pero en su despedida ha celebrado el éxito obtenido en su pugna contra las «embajadas» de Quim Torra, uno de los asuntos en los que profundizó en los últimos meses.
El departamento de Borrell –quien esta semana ha bromeado con que durante año y medio ha sido «ministro de Exteriores y de asuntos catalanes»– ha recibido el visto bueno del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a la petición que envió para suspender cautelarmente los decretos en los que la Generalitat aprobó la creación de tres nuevas delegaciones en Argentina, México y Túnez, que han quedado en suspenso.
Exteriores impugnó la apertura de las llamadas «embajadas» catalanas al entender que su fin es promover las tesis del independentismo, y el TSJC le ha dado la razón. El Govern de Torra hizo caso omiso de la impugnación de Borrell, pues el consejero catalán de Acción Exterior, Alfred Bosch (ERC), anunció los nombramientos de las delegaciones el pasado mes de octubre. Bosch advirtió a Borrell de que «no nos dejaremos cohibir».
En su fallo, la sala del TSJC razona que la puesta en marcha de estas delegaciones puede provocar «interferencias en la política exterior del Estado, perturbando su contenido, y confusión en terceros estados y organizaciones». Supone una victoria para Exteriores, tras la derrota del pasado mes de julio, cuando el mismo tribunal descartó paralizar provisionalmente la actividad de las delegaciones ya activas en Alemania, Suiza y Reino Unido.
«La política exterior corresponde al Estado»
No se puede ignorar la «dimesión política» que se atribuye a las delegaciones catalanes en el extranjero tanto en los decretos impugnados como en las manifestaciones públicas de los responsables del Govern, según el TSJC. Los decretos atribuyen a las «embajadas» la función de promover y coordinar las «relaciones bilaterales» con los cuerpos consulares de otros países, lo que podría entrar en contradicción con la doctrina constitucional.
Esta es una competencia exclusiva del Estado, añade la sala, por lo que serían «difíciles de reparar» los «daños» que pudieran producirse como consecuencia de la «merma de la confianza ocasionada en las relaciones internacionales por la actuación exterior de la Generalitat de Catalunya al margen de la política exterior que corresponde al Estado».
Ahora, el Tribunal Constitucional tiene pendiente de resolver un recurso promovido por el Gobierno frente a la Generalitat contra la aprobación del plan estratégico de acción exterior y de relaciones con la Unión Europea impulsado por el Govern, que fue suspendido a raíz de la impugnación. Bosch ha transmitido, en relación a esto, que su departamento no cambiará «ni una coma» del plan de acción exterior.
De esta forma, la lucha contra las delegaciones del Govern en el extranjero que acometió Borrell desde sus inicios como ministro de Exteriores se encamina bien. El político catalán, que abandona el cargo para asumir la diplomacia europea, pasa ahora el testigo a la ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, que asumirá temporalmente su puesto mientras se conforma un nuevo gabinete.