Barones del PSOE defienden a González ante el silencio de Sánchez
Fernández Vara, García Page y Susana Díaz dan la cara por Felipe, a quien Podemos quiere investigar por el GAL en el Congreso, mientras Sánchez enmudece
No se puede decir que Pedro Sánchez haya hecho una gran contribución para unir a la familia socialista porque el mayor referente del PSOE, Felipe González —atacado de sopetón por Podemos, PNV, ERC, JxCat, Bildu, CUP y BNG a raíz de unos papeles de la CIA que relacionan al histórico dirigente con los GAL—, no encuentra cobijo alguno por parte del presidente del Gobierno.
Así está González, abandonado por Sánchez. Y también por dirigentes del Partido Socialista de Euskadi (PSE), que incluso piden que «lo que ha hecho, que lo pague». Pero no por los barones del PSOE, que han optado por salir en defensa del expresidente, a la vista del desamparo de Moncloa y de los socialistas vascos.
Guillermo Fernández Vara (presidente de Extremadura), Emiliano García Page (presidente de Castilla La Mancha) y Susana Díaz (líder del PSOE en Andalucía) han querido salir en tromba para defender el legado de González [lean aquí a César Calderón], mientras Sánchez sigue a la suya, negándose a reaccionar incluso cuando Podemos —que, en principio, no veía nada nuevo en los papeles de la CIA— acabó por unirse este viernes al frente soberanista de acoso político a González.
González, los hermanos Marx y Almeida
La ofensiva política contra González, iniciada por Bildu, ha hallado el espeso silencio de Pedro Sánchez, enormemente distanciado del histórico dirigente del PSOE. Es público que Felipe no aprueba el gobierno de coalición con Podemos, al que incluso ha caricaturizado como «el camarote de los hermanos Marx».
«A veces sufro de esta dinámica que se parece mucho al camarote de los hermanos Marx, que cuando uno propone algo uno dice ‘y yo dos huevos duros más’. Eso no me gusta», ha expresado recientemente González, ofendido por la forma de gobernar de Sánchez y por la nula atención que presta a sus palabras.
Hasta tal punto ha llegado el divorcio entre Sánchez y González que el expresidente se permite elogiar, en contraste, al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida (PP), quien dedicó elogios durante la pandemia a quienes le precedieron en el cargo tras recibir sus consejos en un acto telemático.
A Felipe le gustaría recibir un trato semejante de parte de Sánchez, pero recibe exactamente lo contrario: la total indiferencia. Esta actitud del presidente del Gobierno ha acabado por molestar a los barones del PSOE e incluso a ministros de su gabinete, que han preferido arropar a Felipe en vez de permanecer callados ante el ataque de Podemos y de los soberanistas.
Barones 100% González
Fernández Vara, quizás el dirigente del PSOE actual que guarda una relación más estrecha con González, fue el más contundente: «Felipe no necesita que lo defiendan porque lo defienden su historia y su trayectoria. En la vida, los políticos somos la huella que dejamos en la vida de las personas. Y si ha habido alguien que ha dejado una profunda huella en la vida de las personas en este país se llama Felipe González Márquez».
Le secundó García Page, que consideró que en el fondo, quienes critican a González «llevan desde niños soñando con llegar a ser lo que fue él». Por momentos llegó a parecer que había fallecido el expresidente. Comprueben, si no, lo que dijo Susana Díaz, que expresó su «profundo respeto, reconocimiento y cariño» hacia González y lo definió como «el padre de la educación y la sanidad pública en España».
Ministros 100% González
También hay ministros a quienes no les duelen prendas en reconocer a Felipe. Como, por ejemplo, la titular de Defensa, Margarita Robles, que fue secretaria de Estado con el expresidente: «Es un personaje clave en la historia del país. Tuvo que hacer frente a años difíciles de terrorismo y puso en marcha los mayores adelantos en educación, sanidad, derechos y libertades».
No se quedó atrás el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, que dijo reconocerse en Felipe González y que avaló el conjunto de su «pasado presente y futuro», con «sus luces y sus sombras».
De Sánchez no hay palabras que coleccionar. De hecho, es más fácil buscar elogios del PP. Por ejemplo de su líder, Pablo Casado, que no ha dudado en expresar «el respeto» que le merece el antiguo presidente del Gobierno.