La inversión hotelera en Barcelona está estancada desde el 1-O
La crisis catalana paraliza las inversiones hoteleras en Barcelona y las cadenas se mantienen a la espera de la estabilidad política
La inversión hotelera en Barcelona está paralizada desde el 1 de octubre debido a la situación política en Cataluña y, aunque se han perdido inversiones, que se han desviado a ciudades como Madrid o Valencia, todavía se mantiene el interés por la ciudad a la espera de estabilidad.
Según explican fuentes de la consultora hotelera BRIC Consulting, los inversores continúan queriendo estar en Barcelona y en los últimos días parece que se está reactivando el mercado, aunque para ello se necesita que haya «estabilidad política».
La inversión hotelera paralizada en Barcelona se ha refugiado en otros activos más seguros que no dependen tanto de la afluencia turística, como el residencial, o se ha desviado hacia otras ciudades como Madrid, Valencia o Bilbao.
Algunos inversores, sin embargo, están a la expectativa de que se clarifique la situación y ahora hay activos por valor de más de 100 millones de euros a la espera de comprador, entre hoteles y apartamentos turísticos. «Hace unos meses no se hubiera visto un volumen de activos tan importante», porque se iban cerrando operaciones, señalan.
Muchos inversores estaban pendientes de ver cómo se desarrollaba el Mobile World Congress (MWC) y la «buena sensación» que ha dejado animará a reactivar el sector, ya que a los inversores no les preocupa tanto «quién gobierne como que no haya problemas en las calles», apuntan desde BRIC Consulting.
Desde 2016, el 80% de las inversiones hoteleras fueron de cadenas extranjeras
En las últimas semanas «se están haciendo algunas opciones de compra condicionadas y supeditadas a la estabilidad política», opciones de compra que suponen un pequeño desembolso a cambio de bloquear la operación durante un tiempo.
El parón del último trimestre impidió que 2017 fuera un año récord en cuanto a inversión hotelera en Barcelona, pese a lo que fue un «muy buen año», ya que se cerró con un inversión de 325 millones de euros, un 26,9% más que el año anterior, con una inversión por habitación de 273.000 euros y una rentabilidad esperada del 5%.
Antes de octubre, la situación en Barcelona venía marcada por los numerosos actores interesados en entrar o ampliar posiciones en la ciudad, la relativa facilidad de acceso a financiación asociada a la realidad y a las expectativas del negocio hotelero y, especialmente, por la imposibilidad durante los próximos años de promover nuevos establecimientos en ubicaciones atractivas.
Por todo ello, hoteles no necesariamente céntricos presentan «gran potencialidad para cadenas internacionales ya que cuentan con escasa o nula presencia en la ciudad», según BRIC Consulting. Durante el primer semestre de 2017 se registró una gran afluencia de capitales norteamericanos hacia el mercado europeo y el sector hotelero español y barcelonés no fue una excepción, ya que se estima que el 50% de las inversiones provienen de ese país.
Si el contexto político se estabiliza, inversores extranjeros y socimis locales serán los compradores más activos y el mayor número de operaciones no se corresponderá necesariamente con hoteles muy céntricos, pero sí necesitados de una importante inversión. Desde 2016, las principales operaciones se realizaron por fondos y cadenas extranjeras (un 80% de la inversión total), que prefieren las inversiones a largo plazo.