Aznar, sobre gobernar con Vox: «No veo las ventajas de que Le Pen esté en el Gobierno»
El expresidente del Gobierno "no quiere, ni puede, ni debe" decidir sobre la formación de gobierno en Castilla y León, aunque cree que es el PP quien tiene la iniciativa para hacerlo: "Lo que le han dicho los ciudadanos es que 'no se trasmute en Vox, ni en el PSOE, ni en otra cosa'"
José María Aznar «no quiere, ni puede, ni debe» decirle a Alfonso Fernández Mañueco con quien debe formar gobierno en Castilla y León. El expresidente ha insistido en que su formación tiene «la responsabilidad» de construir un Ejecutivo autonómico con el partido que más le convenga, pese a que ha marcado muchas distancias con Vox.
Aunque el expresidente no ha querido entrar sobre si el PP debe o no pactar con Vox en la región que él presidió antes de dar el salto a la política nacional, ha definido a la formación de Santiago Abascal como «un partido que está a la derecha de la derecha»: «El referente de Vox es Le Pen y son otros movimientos en Europa».
«El PP es un partido constitucional, absolutamente europeo y europeísta», ha defendido Aznar en contraposición a Santiago Abascal. El expresidente, en alusión a Vox, ha llamado a engrosar a los partidos centrales: «Yo no veo las ventajas de la derecha radical, no veo las ventajas para España de que la señora Le Pen esté en el Gobierno».
En su conferencia en el Círculo Ecuestre de Barcelona, Aznar ha recordado que nada en política «es gratis»: «Tu puedes decir, por ejemplo: vaya cara de vicepresidente que se le está poniendo a este señor. Estás diciendo que quieres que sea vicepresidente de una cosa que te quieres cargar, porque quieren eliminar las autonomías».
«No se trasmute en Vox, ni el PSOE, ni en otra cosa»
A juicio del expresidente Aznar, los ciudadanos han dejado un mensaje claro al PP en Castilla y León a tenor de los resultados del 13-F: «Tenga usted el liderazgo en la formación del gobierno y conforme el gobierno más razonable. Lo que le han dicho es ‘no se trasmute en Vox, ni en el PSOE, ni en otra cosa'».
«Conviene recordar que el PP ha ganado a la izquierda, lo cual es importante porque escuchando algunos comentarios no está claro quién ha ganado», ha reiterado Aznar más allá de si era el resultado que su formación quería o no. «Sé por experiencia que no hay victorias amargas y dulces derrotas: hay victorias o derrotas».
Sobre el liderazgo de Pablo Casado, Aznar ha asegurado que cree que llegará a ser el próximo presidente del Gobierno, en un momento donde está cuestionado tanto dentro como fuera de la formación conservadora: «Yo creo que sí, y no solo que sí, sino que cuando lo sea será un buen presidente».
El presidente del Gobierno también ha asegurado sentirse preocupado por la fragmentación política, ante la irrupción de plataformas como ¡Soria Ya! o la Unión del Pueblo Leonés, y ha asegurado que España corre el riesgo de caer en la «cantonalización» a partir de reivindicaciones «cantonalistas» e «identitarias».
La pérdida de peso internacional de España
También, ha hecho referencia a cómo España ha perdido influencia internacional ante su papel subalterno en la OTAN por la crisis de Ucrania: «Llamaste a la deserción, tienes un país que tiene grandes problemas de desgarro, y cuando tienes a los comunistas y antiguos terroristas es muy difícil que se quiera sentar contigo el presidente de Estados Unidos».
«Hace unos años estabas sentado en la mesa donde se tomaban las decisiones, no quiere decir que tu palabra fuera la más influyente, sino que estabas sentado donde se tomaban las decisiones. Hoy no está, no porque no podría seguir estando, sino porque decidió marcharse. El presidente Biden llama a sus aliados, ¿y a quién llama? a Inglaterra, Alemania, Francia y Polonia«.
Sobre el desafío catalán: «No hay autogobierno para Cataluña sin España»
Aznar también se ha referido al desafío catalán, y ha defendido que la región vive en un «búnker melancólico» que está «fundamentado en la irrealidad», algo que ha calificado como «error»: «No hay autogobierno para Cataluña sin España, no hay Europa posible sin España. No es ni será posible la independencia política de Cataluña y, además, no es deseable».
El expresidente del Gobierno ha asegurado que «querer silenciar a una parte de la sociedad es la negación de la convivencia», en referencia a los que tratan de imponer políticas «al margen de la realidad social catalana», a la que ha definido como plural: «No estamos discutiendo hoy cómo se protege el catalán, estamos discutiendo si se quiere exterminar el castellano, que es distinto».
Tras defender la actuación del 1-O por parte del Estado –»hacía lo que tenía que hacer–, ha definido los desafíos del independentismo como parte del «terreno de la irrealidad»: «Cuando yo era presidente tenía problemas muy serios en País Vasco, y ahí había el consenso general de que aplicar la ley era un problema, y la ley no es un problema, es parte de la solución«.
Y sobre la Barcelona de Ada Colau también se ha referido el expresidente del Gobierno. José María Aznar ha ironizado con la decadencia económica de la capital catalana: «Yo no soy responsable de que Barcelona lleve a cabo políticas que la sitúen en la marginalidad. Una cosa es atraer inversiones y, otra, a okupas«.