Ayuso y la CEOE se lanzan a la yugular de Sánchez e Iglesias
La presidenta de la Comunidad de Madrid y la CEOE someten al Gobierno a una doble y contundente ofensiva, hartos de las "mentiras" y "manipulación"
El crédito que corresponde a todo gobierno para hacer frente a situaciones sobrevenidas también se agota. Pedro Sánchez lleva un mes afrontando la fatídica propagación del coronavirus sin tener que soportar grandes críticas ni de entidades ni de partidos políticos. El momento grave concedió a Sánchez algo semejante a un cheque en blanco, pero las cosas han comenzado a cambiar. No porque la pandemia haya dado tregua, sino porque hay actores (políticos y económicos) que se han hartado de hacer la vista gorda con las maniobras del gobierno de coalición de PSOE y Podemos.
Prometió el presidente del Gobierno, al poco de decretar el estado de alarma (14 de marzo), que no iba a polemizar «con ninguna administración ni con ningún adversario político». «Porque nuestro único enemigo es el enemigo de todos: el virus», decía Sánchez. Y siguió con más promesas de conciliación política y de llamadas a la unidad.
Pero la pandemia avanzó cruelmente, los muertos comenzaron a contarse por cientos cada día y los contagios por miles. Ninguna estadística abochorna tanto al Gobierno como la de los 20.000 sanitarios infectados, desprotegidos del material más elemental (mascarillas, batas), pero colocados en la primera línea frente a la covid-19.
¿Por qué no llega el material? Las comunidades intentaron buscarse la vida por su cuenta, pero el Gobierno había tomado la decisión de centralizar las compras para afrontar en mejores condiciones lo que era «un mercado super agresivo», en palabras de Sánchez. No iba a polemizar con ninguna administración el presidente, pero este jueves se despachó con la Comunidad de Madrid, gobernada por el PP, a quien acusó de no comprar material con antelación durante su intervención en el Congreso.
Ayuso enseña las uñas a Sánchez
La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, estalló mediante un duro comunicado. «Es un hecho contrastable que la Comunidad de Madrid sí fue previsora y tras numerosas gestiones, formalizó su primera compra de material el 4 de marzo. Falta a la verdad el presidente obviando deliberadamente que las Comunidades Autónomas no tuvimos capacidad para hacerlo durante los días en los que se ordenó una compra centralizada por su propio Gobierno».
«No solo eso, sino que, es público y evidente, que el Gobierno de España vetó la venta de mascarillas a las autonomías el pasado mes de marzo, argumentando que iba a hacer una compra centralizada que no se produjo hasta 23 días después», deploró Ayuso.
La presidenta madrileña, infectada por la covid-19, también recibió el ataque de Sánchez por no comparecer ante el parlamento autonómico, lo cual ofendió a Ayuso porque, para empezar, está «enferma y confinada», y para continuar porque «el reglamento de la Asamblea de Madrid no contempla salidas rápidas ante una situación excepcional como la que estamos viviendo».
Y la CEOE se las enseña a Iglesias
Pero no suelo el duelo entre Díaz Ayuso y Sánchez refleja hasta qué punto el Gobierno ha perdido el crédito para seguir a la suya con la crisis del coronavirus. Porque la CEOE, hasta ahora comedida, también se ha soltado aunque por razones muy diferentes y, en su caso, contra la figura del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias.
La gran patronal española también recurrió a palabras gruesas y acusó al Gobierno (en concreto, a los ministros de Podemos) de llevar a cabo una «manipulación interesada» con la implantación de un nuevo ingreso mínimo vital que llevó a la CEOE a anunciar un plantón este viernes a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
«En ningún momento se nos ha hecho partícipes de la negociación de un nuevo ingreso mínimo vital, ni se ha sometido a su discusión en el diálogo social, tal y como ha trascendido en medios de comunicación y redes sociales», subrayó. Hecho el desmentido, la CEOE despreció «la manipulación interesada y la deslealtad al diálogo social y a los empresarios españoles».
El crédito del Gobierno se va reduciendo.