Así obró Sergi Alsina para controlar Indústria
El propietario de Alta Partners y Oriol Pujol Ferrusola consiguieron hacerse con el control político del departamento liderado por Mena e implicaron a Artur Mas en sus tejemanejes
Sergi Alsina pasó de ser el compañero de aula de Oriol Pujol Ferrusola en Iese a convertirse en la persona que se encargaba de gestionar los grandes procesos industriales en Cataluña entre finales de 2010 y principios de 2012. Y eso, en plena crisis, implicaba marcar los tempos de las grandes desinversiones que se aprobaron en esa época. ¿Cómo consiguió hacerse con el control de Indústria?
La documentación judicial que se va acumulando en el caso ITV demuestra cómo poco a poco Alsina consigue desplazar al entonces consejero de Empresa, Xavier Mena (que venía de Esade), y a sus máximos responsables de Indústria y Ocupació, Joan Sureda y Ramon Bonastre, hasta hacerse junto a Oriol Pujol con el control político en estas operaciones, por las que cobraban presuntamente dádivas.
Mena ‘pasó’ de la deslocalización de Yamaha
La carta blanca que tenía el empresario en la Generalitat llegaba al punto de que Mena declinó asistir a una reunión clave en la que Alsina le iba a relatar cuál era la propuesta para solucionar uno de los conflictos laborales que marcó la primera legislatura de Mas: la deslocalización de Yamaha.
«Oriol, hecha la presentación a Sureda y Bonastre. Mena ha preferido no venir…La conclusión final de Sureda es que se trata de un proyecto industrial muy sólido», afirmaba Alsina a Pujol Ferrusola en un mensaje de texto enviado el 21 de noviembre de 2011. Pocas horas después, se anunció que el grupo de logística aragonés Sesé se quedaba con los activos industriales y los 370 empleados de Yamaha Motor España. En la misma conversación el empresario carga contra el ex consejero y las múltiples metidas de pata que marcaron su gestión: «Ojo que Mena no haga alguna declaración que dé fuerza a los sindicatos».
Implicación de Artur Mas
Alsina y Pujol también involucraron al presidente de la Generalitat, Artur Mas, en sus gestiones. El entonces jefe del grupo parlamentario de CiU informó al presidente en varias ocasiones del trabajo que realizaba su antiguo compañero de aula en Indústria. Le pidió su intervención para convencer a varios empresarios de que quedarse con activos industriales era un buen negocio.
El Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) ha intervenido, entre otras, una conversación de enero de 2011 en la que «Oriol explica que Artur Mas le relató la conversación que tuvieron [con el propietario de Cirsa, Manuel Lao], demostrándole el interés que tenían como Gobierno de que esta operación se materializase». Finalmente, el grupo de juego se quedó con la factoría y parte de la plantilla que Sharp tenía en Sant Cugat del Vallès (Barcelona).
Alsina elige quién va a las reuniones
Fue el hijo del ex presidente de la Generalitat quien se ocupó de informar periódicamente al President del estado de las negociaciones con varias multinacionales que querían abandonar el país. En ningún momento participaron los responsables políticos de Indústria. Alsina llega a relatar cómo Sureda declina que «le explique con detalle» la deslocalización de Sharp. Su gran objetivo era «ayudar como lo había hecho parando movimientos en la consejería» y «coordinar la comunicación a los medios para favorecer al máximo».
Las conversaciones intervenidas a ambos demuestran cómo en esa etapa el consejero del ramo se enteraba de las operaciones cuando estaban cerradas y de ellas sólo conocía los grandes rasgos.
¿Desvío de 699.000 euros?
La justicia investiga los presuntos cobros y otras prebendas que tanto Alsina como Pujol Ferrusola habrían obtenido con estas operaciones. La sala en que se instruye la causa, Instrucción 9 de Barcelona, ha detectado facturas de la esposa de Pujol, Anna Vidal, al empresario entre 2005 y 2012. Cree que son falsas y que su objetivo final era que el matrimonio se llevase su parte del pastel en las operaciones.
Ascienden a 699.725 euros a lo largo de los siete años en que ambos colaboraron.