| Los partidos, ante el nuevo curso

Arrimadas se vuelca con Marín y rompe con el Gobierno para evitar el naufragio de Cs

Las metas de Cs para evitar el naufragio son claras: salvar la estructura territorial, intentar diferenciarse del PP en el Congreso y aguantar la subida de Vox

Inés Arrimadas y Juan Marín.

Inés Arrimadas y Ciudadanos ligan buena parte de su futuro al de Juan Marín en Andalucía. Foto: EFE

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Ciudadanos comienza a ponerse las pilas para el nuevo curso. Su objetivo principal es mantenerse a toda costa en las instituciones para evitar su desaparición dentro de dos años, en los próximos comicios.

Para ello, el partido apuesta fuerte por Andalucía, ante un posible adelanto electoral y por rechazar, de primeras, las cuentas públicas que prepara el Gobierno para evitar volver a caer de lleno en la red de los socialistas y los independentistas.

Inés Arrimadas también se tendrá que enfrentar a la oposición dentro de su propio partido. Los críticos aumentan y las fugas son constantes en la mayoría de las federaciones.

‘Operación Marín’

Antes de que termine agosto, Cs se ha puesto las pilas en Andalucía culminando su estructura orgánica para sumar juntos e intentar salvar el partido ante los próximos comicios.

Las numerosas dimisiones y salidas del partido dan por hecho que la formación se encuentra a la deriva y el principal objetivo de Juan Marín es conservar su presencia en el Parlamento regional y ser definitivos, de nuevo, para formar Gobierno con el PP de su amigo Juanma Moreno.

Inés Arrimadas y Ciudadanos ligan buena parte de su futuro al de Juan Marín en Andalucía.
Inés Arrimadas y Ciudadanos ligan buena parte de su futuro al de Juan Marín en Andalucía. Foto: EFE

Marín ha conseguido de tener la indiferencia de Arrimadas a ganarse su confianza para revalidar su puesto y que sea la cara visible de Cs en Andalucía.

Las fuentes consultadas aseguran que a la líder naranja «no le ha quedado otra», ya que Marín tiene el control absoluta de la federación. Como gran conocedor también estaba de acuerdo en que había que realizar una serie de acuerdos como Pedro Sánchez hace cuando se rodea solamente de fieles.

En este caso, los naranjas culminan en agosto esta ‘purga’ para tratar de salvar la formación del incendio interno. La salida de Sergio Romero ha sido de las más sonadas por algunos roces mantenidos con los dirigentes, dio paso a un equipo de la máxima confianza de Marín. Junto a Romero la salida del diputado Fran Carrillo también ha dolido en el entorno de Albert Rivera.

Las fuentes consultadas insisten en que los nuevos nombramientos «han sido consensuados» y cuentan con el apoyo de Marín y también la venia de Arrimadas para recomponer el partido.

La principal consigna en la que se va a centrar la federación es en marcar distancias con el PP, tras llegar al convencimiento de que sus socios rentabilizan mucho mejor los logros del Ejecutivo del cambio en Andalucía. Muchos en el partido avanzan que si Moreno cumple su palabra y agota la legislatura hasta noviembre, serán meses ganados para tratar de seguir remontando Cs.

Rechazar los PGE

El otro fuego interno que se prepara en las filas naranjas es el de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). El año pasado, media España vio cómo Pedro Sánchez le hacía ‘la envolvente’ a Arrimadas, mientras pactaba con los independentistas y sacaba a Cs a última hora de la ecuación. Todos los vieron menos Inés Arrimadas.

Con este bagaje y tras la fracasada moción de censura en Murcia, los naranjas no quieren saber nada del PSOE ni de Pedro Sánchez, por el momento. Inés Arrimadas se esfuerza estos días por definir a su partido como «una alternativa plural» intentando explicar lo que es el liberalismo y lo que éste representa.

Así, defendió en una entrevista, concedida a Europa Press, que Cs ocupa un espacio político que no representa ningún otro partido en España, por lo que recomienda al PP que no actúe con «soberbia» y comprenda que ambos deben «colaborar» para poder «sacar al sanchismo del Gobierno» tras las próximas elecciones generales.

Hay que demostrar que enfrente del Ejecutivo de Pedro Sánchez hay «una España plural, constitucionalista, integrada por gente de diferente ideología», incluidos «muchos socialistas que ven cómo Sánchez ha violado todos los principios del PSOE».

De ahí que los naranjas no se vuelvan a prestar de primeras a aprobar los PGE para 2022 de Pedro Sánchez añadiendo que ya lo intentaron pero «el presidente escogió la senda del separatismo».

La marca que se han puesto en el Congreso es plantear debates y reformas «que España necesita para solucionar los problemas de la ciudadanía», sin dar más detalles sobre qué iniciativas trabajan o liderarán de cara al próximo curso.

Lidiar con los críticos

No hay peor drama en política que tener que batallar también con los tuyos, sino que se lo digan a Pedro Sánchez. Arrimadas no se debe de olvidar que los críticos existen en Cs y cada vez más. A la corriente llamada de los Renovadores se suman otros dirigentes de primera línea, cansados de que se desprecien sus ideas y se les ningunee.

Todos estos aseguran que la líder de los naranjas «está perjudicando al partido». Amparados en la época de Rivera, cuando ‘ antes, todo esto era campo’ señalan que «Inés es más un problema que una solución» y debería «ser lo suficiente generosa para da un paso al lado».

La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante su intervención este sábado en Madrid en la primera Convención política de la formación naranja. EFE/Fernando Alvarado
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, durante su intervención en la primera Convención política. Foto: EFE/Fernando Alvarado

Cs celebró una convención el mes pasado de la que casi nada se habló. Los críticos buscaban cambios de caras y de los estatutos, mientras la organización les dio eslóganes.

El exdiputado de Cs en el Parlamento de Cataluña, Antonio Espinosa, ya avanzó que «en una situación de crisis profunda como la que nos encontramos, una convención es sencillamente un acto de maquillaje que no va a servir para remontar. No se afrontan los problemas de Cs en la organización o en la estrategia que nos ha llevado a haber perdido la credibilidad de la sociedad española«.

Según Espinosa, son necesarios cambios institucionales y una remodelación profunda de la dirección: «Cada día que pasa Inés Arrimadas es más un problema que una solución. Si queremos salvar Cs, Inés tendría que convocar una Asamblea dónde afiliados vuelvan a tener la última palabra. Si quiere continuar, que se legitime, pero creemos que debería dimitir y seguir de diputada en el Congreso, porque en estos momentos ya está perjudicando al partido más de lo que le beneficia», zanjó.

El partido no está cohesionado, a tenor de las críticas, dimisiones y fugas de la formación, y lo más difícil ahora será la remontada a contracorriente.

Cs priorizará su estructura territorial, con el ejemplo de Podemos en su memoria reciente, y tratar de mantener la debilidad diferenciándose del PP y aguantando la subida de Vox. Se vuelve a escuchar la canción del Dúo Dinámico que marcó la pandemia: ‘Resistiré’.

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