Arrimadas se lanza al cuerpo a cuerpo contra Pedro Sánchez
El Gobierno vende la retirada del control financiero a la Generalitat, decidida por Rajoy, como un "gesto" y Arrimadas le acusa de venderse al independentismo
“Es muy grave que la primera medida del Presidente del Gobierno no sea para beneficiar a los ciudadanos, sino al separatismo”. Así, en tromba, ha salido este viernes la líder de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, contra el Gobierno de Pedro Sánchez por el levantamiento parcial del control de las cuentas de la Generalitat, que puso como ejemplo de las “hipotecas que Sánchez ha firmado con partidos separatistas para llegar a cualquier precio al gobierno de España”.
Todo, pese a que se trata de una medida que fue decidida por el gobierno de Mariano Rajoy y que se aplicó ya de forma automática al acabar la aplicación del artículo 155 en Cataluña. Pese a ello, Arrimadas no dejó de insistir. “Ya nos hemos enterado a cambio de qué votaron a favor de la moción de censura, a cambio de que les dejaran vía libre para seguir gastándose el dinero de los catalanes en las ilegalidades de su procés”.
Celáa se lía
El lío tiene su origen en la rueda de prensa posterior a la primera reunión del Consejo de Ministros. En su debut ante la prensa tras la primera reunión del Ejecutivo, la ministra portavoz, Isabel Celáa, anunció el levantamiento de la supervisión financiera de la Generalitat, que vendió como una decisión del Consejo de Ministros y “un gesto de normalización política”.
Pero ese levantamiento es en realidad un automatismo vinculado a la retirada del 155, que dejó de estar vigente en cuanto el gobierno de Torra tomó posesión, el sábado pasado.
Control creciente
El Gobierno fiscaliza las cuentas de la Generalitat desde que el Govern empezó a recibir adelantos provenientes del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), en 2012, pero en noviembre de 2015, empezó a aplicarle un control reforzado que implicaba supervisar mensualmente las cuentas también por lo que se refiere a los gastos ordinarios.
En septiembre del año pasado, pocos días antes del 1-O, Hacienda aplicó medidas más estrictas, que a la práctica suponían asumir directamente los pagos de la Generalitat. Es decir, quitarle la llave de la caja. Esas medidas quedaron luego vinculadas al 155 al ser incorporadas al acuerdo del Senado para llevar a cabo la intervención de la Generalitat.
Acuerdo Rajoy-Sánchez
El mes pasado, Rajoy pactó con Sánchez renunciar a tomar ninguna medida para mantener la intervención financiera más allá de la vigencia del 155. Es decir, que a partir de la formación de un gobierno en Cataluña, se volvería al nivel de control aplicado en noviembre de 2015, el de la fiscalización global mensual. Se le devolvería la llave, aunque
Tampoco ayuda a evitar confusiones que en el momento de llegar a aquel acuerdo del mes pasado, PP y PSOE insistieran en que lo que hacían era mantener el control financiero de la Generalitat. Sobre todo, porque, sin que se haya dado ningún cambio respecto de lo allí acordado (mantener el control de 2015), este viernes la ministra portavoz vendió la moto al revés: como un levantamiento de la supervisión.
Arrimadas, a la suya
El embrollo lo acabó de armar la estrategia de Cs, que ya llevaba tiempo reprochándole al Gobierno de Rajoy falta de firmeza y vendiéndose como la única fuerza que no afloja frente al independentismo frente al independentismo. El partido naranja salta a la yugular de cualquier otro partido constitucionalista al primer titubeo de este frente al soberanismo. Y, al menos esta vez, poco le ha importado que el titubeo sea real o inventado.
“Es muy preocupante que mientras Torra sigue adelante con su plan ilegal, Sánchez le premie dejándole que use el dinero sin ningún tipo de control”, insistió Arrimadas. «No hay excusas». Algunos periodistas le hicieron ver el error, pero prefirió atrincherarse en el hecho de que era la portavoz del gobierno la que había hablado de “un gesto” hacia el independentismo. “Yo solo me remito a lo que ha anunciado el gobierno. Si no es así, que lo explique”.