Arrimadas se abraza al PP andaluz como tabla de salvación de Cs
El relato de la dirección nacional de Cs ha virado en apenas 72 horas de retractarse de todos los gobiernos autonómicos “regalados” a los populares a salvar la alianza con Juanma Moreno, “el único leal”, como tabla de salvación
“Hasta ahora el PP de Andalucía y Juanma Moreno han sido leales al pacto, no creo que vaya a hacer como Mañueco”. De esta forma y en una comparecencia en la que ha hecho balance del curso político desde su Jerez de la Frontera natal, Inés Arrimadas ha tratado de aplacar este miércoles el ruido generado por unas declaraciones el lunes a El País en las que se arrepentía de que Ciudadanos hubiera “regalado” al PP cuatro presidencias autonómicas en 2019, conclusión a la que llegó, ahora y más de dos años después, a raíz de la crisis iniciada por el popular Fernández Mañueco con la convocatoria electoral adelantada en Castilla y León y el cese de sus consejeros.
Y aunque esta suerte de retracto ha sido bien recibida en las filas populares –“el pacto funciona y hay que defenderlo con uñas y dientes”, ha llegado a admitir Arrimadas en declaraciones recogidas por Europa Press-, Ciudadanos ha vuelto a poner de manifiesto, por un lado, la errática hoja de ruta desde la abortada moción de censura en Murcia y, por otro, la dependencia del pacto andaluz como tabla de salvación para la supervivencia de la formación naranja a nivel nacional.
No en vano, a día de hoy el gobierno de Andalucía pasa por ser el único ejecutivo autonómico donde PP y Ciudadanos cogobiernan con placidez y buen entendimiento en toda España, una suerte de encapsulamiento frente a las tormentas sufridas a lo largo del último año en coaliciones del mismo signo en otras comunidades.
De hecho, no son comparables los casos de todos los cogobiernos PP-Cs, entre otras cosas porque fue en Andalucía donde Ciudadanos ejerció de partido bisagra y motor de la regeneración, aspectos fundacionales de la formación, cuando desalojó del poder al PSOE tras 37 años de poder omnímodo después de las elecciones de diciembre de 2018. Por el contrario, en el caso de los gobiernos de Murcia, Madrid y Castilla y León, la entrada de los naranjas en estos gobiernos autonómicos apuntaló al poder al PP tras décadas de gobiernos salpicados por los escándalos de Gürtel, Lezo y Púnica, en algunos casos.
En este sentido, Arrimadas ha hecho gala este lunes de ese cambio de rumbo propiciado por Ciudadanos tras las elecciones de 2018, que “en poco tiempo ha logrado demostrar que con otras políticas Andalucía puede dar otros resultados, que es lo que se merecen los andaluces” y ha expresado “la unidad que hay tanto de Cs como del PP en defender este acuerdo”.
Sea por el entusiasmo de llegar a San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, sea por la propia disposición personal de sus integrantes, lo cierto es que existe una cordialidad patente en el gobierno andaluz frente a los fracasados matrimonios de otras comunidades: en Murcia, el popular López Miras mantiene hoy el Gobierno gracias a tres tránsfugas de Ciudadanos; en Madrid, la formación ha desaparecido de la Asamblea tras la convocatoria electoral adelantada por Díaz Ayuso como respuesta a los movimientos de Murcia; y del fin del matrimonio PP-Cs en Castilla y León su hasta ahora vicepresidente, Francisco Igea, que volverá a encabezar la candidatura, se enteró por Twitter.
De ahí que no sean pocas las voces del PP andaluz que repiten que con semejante escenario y con unos sondeos que abocan a este partido prácticamente a la extinción en toda España, “conviene no tensar la relación porque son ellos quienes pierden más que nosotros”.
Aunque a la par son conscientes de que hay que mantenerlos con vida aunque sea artificial porque una desaparición fulminante de Ciudadanos podría abocar a una entrada de VOX en el Gobierno, nada cómoda para Moreno, que ha fabricado par sí mismo una tarjeta de presentación de dirigente moderado y dialogante. Con todo, a día de hoy, varios han sido los capítulos que ilustran la OPA hostil lanzada desde la dirección nacional del PP a Ciudadanos, una operación comandada por Teodoro García Egea y ejecutada por Fran Hervías, ex secretario de Organización de Rivera y hoy con despacho en Génova.
Algunos datos dan la medida de la caída en picado de Ciudadanos y cómo el PP podría beneficiarse de un trasvase de votos del centroderecha hacia sus siglas. De cara al próximo ciclo electoral, que arranca el 13 de febrero en Castilla y León, un sondeo de Sigma Dos para la televisión pública autonómica CyLTV hecho público hoy aboca a Ciudadanos a entrar en la cámara por los pelos con un diputado como máximo, frente a los 12 de 2019.
Por su parte, en Andalucía el sondeo más optimista, el del Centro de Estudios Andaluces de la Consejería de Presidencia, dibuja un resultado de 7 y los menos cocinados una horquilla de 0-3. Con semejantes vaticinios, hay dirigentes y diputados de Ciudadanos que, en privado, ya andan ofreciéndose al PP, como ha aireado el propio Hervías en su cuenta de Twitter. En Ciudadanos ni los sondeos ni las lealtades juegan a favor últimamente.
Malestar en las filas naranjas
Más allá del enfado en el PP, el malestar por las declaraciones de Arrimadas también se ha generado en las filas naranjas por diferentes razones. Por un lado, entre los críticos con la actual dirección nacional censuran que la actual líder de Ciudadanos “demonice ahora esos pactos cuando pudo disentir de ellos en público, porque pertenecía a la Ejecutiva del partido”. “Del fiasco de los resultados de Cataluña tras haber arrasado y de la desaparición en Madrid, ¿también tiene la culpa Albert?”, se pregunta retóricamente una fuente de Cs que prefiere permanecer en el anonimato.
A estas críticas se suma la corrección realizada por el vicepresidente andaluz Juan Marín, menos airada en las formas pero no menos contundente, cuando a las pocas horas enmendó a su coordinadora general con un sonoro “no nos equivocamos”, en un acto público y durante una entrevista en Onda Cero. Según el líder regional de Ciudadanos, recién elegido de nuevo por la militancia para encabezar la lista naranja para la próxima convocatoria electoral, en el caso de Andalucía “se negoció bien y funciona a la perfección, con una gestión que está poniendo a la comunidad como motor económico de España».
E insistió en que, a diferencia de las evidentes diferencias entre Ayuso-Aguado o Mañueco-Igea, su relación con el popular Juanma Moreno es de “confianza y normalidad” por lo que se “agotará la legislatura”.
Un aspecto en el que ha insistido este miércoles Arrimadas durante su comparecencia. “Se va a agotar la legislatura porque el próximo semestre hay leyes importantes para Andalucía y una cuestión fundamental como son los fondos europeos. Hay muchos proyectos y tanto PP como Cs están convencidos de acabar la legislatura y después de eso, ojalá se pueda reeditar ese gobierno, que tiene mucho recorrido”. Un ojalá que denota sin caretas posibles la falta de certidumbre de los naranjas en su futuro.
Ciudadanos, crónica de una rectificación
Sin embargo, la crónica reciente de Ciudadanos, al menos en lo que se refiere a Andalucía, es la de una rectificación constante de posicionamientos, tanto por parte de Inés Arrimadas como de Juan Marín, aunque la mayoría de las veces se escuden en la falta de contexto con el que la prensa suele reproducir unas declaraciones que torpedean la relación con sus socios.
Ocurrió cuando en el pasado puente de la Constitución Inés Arrimadas abrió la puerta a una candidatura conjunta con el PP en las próximas elecciones andaluzas como tabla de salvación del partido naranja, planteamiento rechazado de plano por Génova. Ocurrió asimismo cuando se filtró un audio grabado en el marco de una reunión del grupo parlamentario en Andalucía en el que Marín rehusaba llegar a acuerdos con el PSOE para la aprobación del presupuesto –“sería estúpido aprobar un presupuesto en año electoral”- que dilapidaba de un plumazo el relato público del Gobierno de Juanma Moreno de agotar la legislatura con unas cuentas actualizadas. Marín trató de quitar hierro a esas declaraciones y, como recompensa, fue recibido como invitado de excepción en el Congreso regional del PP, celebrado en la misma semana de esta crisis.
Y aunque la cita con las urnas en Andalucía no será antes de junio, según ha repetido varias veces Juanma Moreno espantando la insistencia de Génova, el presidente andaluz fía la caducidad de la legislatura, y por tanto de la supervivencia de Cs, al momento en que la agenda legislativa se bloquee, cosa que hasta ahora no ha ocurrido pese a que el Gobierno no recibió el respaldo de Vox ni de PSOE para la Ley de Presupuestos. En los últimos plenos de año se han aprobado el decreto de simplificación administrativa, la ley de tasas o la creación de la agencia TRADE como integración de otras cuatro, entre otras normas.
Con qué acierto va a afrontar Ciudadanos estos seis meses es todavía un misterio, si es que a día de hoy el partido naranja cuenta con alguna estrategia clara y no una simple batalla por la supervivencia personal de los cargos.