Arranca la era Feijóo: enmienda a Casado, Andalucía en el puente de mando y pactos de Estado para frenar a Vox
El nuevo presidente del Partido Popular protagonizará una oposición sin rasgos de hiperventilación y en lo orgánico dará voz a los territorios con la ayuda de una nueva figura en la escena nacional, Elías Bendodo, el Javier Arenas de esta etapa
El XX Congreso del Partido Popular, celebrado en Sevilla, pasará a la historia por ser el primero en el que un muerto político, Pablo Casado, es testigo de su propio sepelio, pero no sólo desde el punto de vista de su carrera sino también un entierro, una enmienda a la totalidad, de todos los rasgos que han definido su estilo de oposición. El experimento de los juniors, ya se ha visto, ha dejado tras de sí la crisis interna más grave de toda su historia. Toca hacer política para adultos, toca contar con los territorios y entre ellos, neutralizado el conflicto en Madrid, Andalucía será protagonista, la primera prueba electoral de Alberto Núñez Feijóo en su camino hacia la Moncloa.
De este modo, a menos que lo expuesto en su primer discurso como presidente de los populares sea un espejismo, el gallego ha anunciado una política menos frentista que ha abonado el terreno para el auge de los populismos y el descrédito de las instituciones. Así, frente al cuerpo a cuerpo con el Gobierno de España que ha caracterizado al casadismo, Feijóo anuncia que tenderá la mano para consensuar pactos de Estado necesarios para sacar la política de la hiperventilación en la que anda instalada desde hace demasiado tiempo.
Frente a los mensajes irreflexivos y sin matices de su predecesor, Feijóo propondrá, dice, la palabra pausada y el tono sereno para buscar siempre el interés general. “Si yo dejo Galicia después de 13 años no es para enfrentarme a un juego”, opina el veterano político de 60 años, al que ya le pesa, eso confiesa, la responsabilidad del cargo: “Presidir el PP no es solo un honor, es un mandato; no es una tarea, es una obligación y un deber; no es un cargo, es una carga”.
Frente a los choques e imposiciones que protagonizó con los territorios Teodoro García Egea, extinto secretario general, el gallego es consciente que, estando en la oposición, el mayor activo que hoy por hoy tiene el PP son sus barones autonómicos, por lo que la unidad en el partido, en este momento indubitada, es innegociable y se garantizará tejiendo una Comité Ejecutivo, del que este domingo conoceremos más detalles y en el que está garantizado que habrá equilibrios territoriales. Este lunes, se celebrará en Génova 13 el primer comité de dirección y la puesta de largo de la nueva cúpula.
Equilibrios como el de neutralizar a Isabel Díaz Ayuso. En esta nueva etapa, la presidenta de la Comunidad de Madrid será tratada como una pieza en el tablero valiosa, mucho, pero sin que eso signifique que su ascendencia compita con la del nuevo líder del partido. De hecho, aunque su llegada al plenario fue la de una auténtica reina del pop, los ayusers se han multiplicado en el último mes, el tono de su discurso sorprendió, precisamente, por su contención. “El gallego le ha leído la cartilla”, maliciaban algunas voces en los pasillos.
Porque el suyo, al fin, es un estilo reconocible, el de un PP institucional, homologable a la derecha democristiana europea, que “ejercerá la oposición que le corresponda” –“no vamos a ser el PP que quieren los otros partidos sino el Gobierno por el que están esperando y quieren los españoles” pronunció en su discurso en referencia a Vox. Con esta carta de presentación, los suyos y también la prensa, observan su llegada con ansia.
Pero Feijóo es poco dado a las urgencias –su salto a la escena nacional se ha dilatado años- y a las imposiciones. No ha revelado todavía si quiere ser senador por designación autonómica para participar de los grandes debates en la Cámara Alta en donde se podrá medir con Pedro Sánchez. “Dadme al menos unos días de tregua”, rogó en el primer corrillo con periodistas que protagonizó, ya como presidente del PP, en el que estuvo acompañado del otro gran protagonista del Congreso, su anfitrión, Juanma Moreno, el barón al que, cuando renuncie a la presidencia de la Xunta de Galicia, “por mayo”, según reveló en esta conversación informal, cederá el cetro del barón con más peso dentro del PP.
El poder fáctico se reparte entre Galicia y Andalucía
Porque si hay otra lectura clara que arroja este cónclave es el peso decisivo que a partir de ahora tendrá Andalucía en Génova 13 con la designación del más estrecho colaborador de Juanma Moreno, Elías Bendodo, para que esté en el puente de mando del partido.
Pero que nadie se lleve a engaño, Feijóo ha nombrado a Elías Bendodo número 3, en el cargo de coordinador general, porque, literalmente no podía nombrarlo secretario general. Y esto por dos razones: la primera, porque sin acta como diputado en el Congreso, el gallego necesita un número 2 que sí tenga una voz en la Cámara Baja y ésa es Cuca Gamarra, que pese a haber pertenecido al núcleo duro de Casado fue de las primeras en girar sus ojos al gallego como salvador de esa crisis.”
Y, en segundo lugar, porque la secretaría general del PP obliga a una dedicación en exclusiva al partido incompatible con las tareas que tiene en Andalucía –es consejero de Presidencia y portavoz del Gobierno así como presidente del PP de Málaga- y con la responsabilidad de tener prietas las filas del partido en el momento en que Moreno pulse el botón de las elecciones. “Elías se come a Cuca en dos saltos y si no al tiempo”, ha sido uno de los muchos comentarios intercambiados este fin de semana en Sevilla.
Y es que nadie duda de que el estilo expansivo de Elías Bendodo se hará notar en Génova como lo ha sido en el Ejecutivo andaluz. En Andalucía, no es vicepresidente del Gobierno, cargo que ostenta Juan Marín (Ciudadanos) pero actúa como si lo fuera. En el partido, ocurrirá lo mismo. De hecho, Juanma Moreno ya ha confirmado que en el caso de que, tras las elecciones andaluzas, el PP revalide el Gobierno de la Junta, Bendodo se centrará en su tarea en la dirección nacional y abandonará Andalucía.
Hay que retrotaerse a la época de Javier Arenas, histórico dirigente del PP andaluz y ex ministro de Trabajo y Administraciones Públicas con José María Aznar, que llegó a ser secretario general desde 1999 a 2003, para encontrar un andaluz con tanto peso como el que tendrá a partir de ahora Bendodo en Génova.
Preguntado por la prensa sobre cuándo serán las elecciones andaluzas, el nuevo presidente del Partido Popular ha recordado que su convocatoria “es competencia exclusiva” del presidente andaluz, instalado a dia de hoy en la conveniencia de si convocar en junio o en octubre.
A preguntas de la prensa en este corrillo, Moreno pareció enfriar las posibilidades de adelanto electoral por dos razones: quiere que el efecto Feijóo se deje notar y pueda poner en marcha de nuevo el partido y por otro lado, espera que Vox resbale en su gestión en el Gobierno de Castilla y León. “A día de hoy mi único rival es Vox”, ha sostenido el presidente andaluz que, este sábado, era la viva imagen de la alegría. Si alguien no sabía que el PP gobernaba en Andalucía, ya se ha enterado. El eje Galicia-Andalucía está más engrasado que nunca.