¿Qué son las denominadas Arcas de Noé?
El modelo ha surtido éxito en China para evitar nuevos contagios, por lo que España se plantea seguir ese camino para vencer a la enfermedad
España, según el Gobierno, está en condiciones de doblegar en los próximos días la curva de contagios, tras semanas de incansable lucha de los sanitarios para salvar el mayor número de vidas y hacer frente a la epidemia de coronavirus. Por eso el Ejecutivo se plantea ahora aplicar las llamadas Arcas de Noé, que se usaron con éxito en China.
¿En qué consisten? El país asiático decidió separar a los ciudadanos graves de los leves. Mientras los primeros se fueron a hospitales, los segundos fueron aislados junto a los asintomáticos en lo que se llamó Arcas de Noé, pequeños espacios donde se les separa para que no queden expuestos y puedan contagiar a más gente.
El ejecutivo de Pedro Sánchez ya piensa en replicar este modelo, aunque en lugar de crear nuevos hospitales, muchos dueños de hoteles se ofrecen para que sus negocios puedan convertirse en lugar donde trasladar enfermos o también pacientes que hayan superado el virus y así cubrir un mayor número de personas.
Muchos establecimientos hoteleros, cerrados por la crisis sanitaria, han decidido tomar esta medida ante la falta de perspectivas económicas. El Gobierno ya ha pedido a las autonomías que envíen una relación con los espacios que podrían acondicionar para este propósito.
Pasaje del Génesis
El nombre se extrae del pasaje del Génesis –en el Antiguo Testamento— sobre el Arca de Noé, donde el elegido por Dios salvaguarda a una pareja de cada especie antes de que envíe su diluvio contra la humanidad. De la misma forma que a aquella embarcación se le atribuye la salvación de la catástrofe en la tradición cristiana, a este sistema también contra la enfermedad.
China ha amanecido sin contagios nuevos por el coronavirus, y va volviendo poco a poco a la normalidad. España parece que empieza a ralentizar la curva, tiene casi 150.000 casos confirmados y casi 14.000 decesos por le enfermedad de forma oficial, aunque The Economist sospecha que podrían ser muchos más.