Aragonès prioriza unos Presupuestos ‘independentistas’ e intensifica los contactos con la CUP
La Generalitat se aplica a fondo con la formación independentista radical a una semana de la presentación de las cuentas catalanas para 2022
El Govern no quiere dar por perdido el límite del 9 de noviembre para cerrar un acuerdo con la CUP, día en que el Consell Executiu aprobará los Presupuestos de 2022. El gabinete de Pere Aragonès ha intensificado sus contactos con los anticapitalistas, socio preferente para aprobar las cuentas, para lograr desencallar el pacto a última hora.
«Lo que les ofrecemos a la CUP es más de lo que el PSOE ofrece a ERC», han explicado fuentes de la consellería de Economía, controlada por Junts. Desde el departamento que dirige Jaume Giró creen que hay verdaderamente posibilidad de llegar a un acuerdo in extremis con la mayoría independentista, y no contempla alianza alguna con el PSC.
La última reunión entre el Govern y la CUP se ha producido este martes por la tarde en el Parlament. Jaume Giró y los anticapitalistas han aprovechado el pleno, donde el conseller de Economía debía comparecer, para desencallar un acuerdo que los antisistema llevan semanas repitiendo que es «muy difícil» que se produzca en los plazos que quiere la Generalitat.
La CUP quiere que ERC rompa con el PSOE
Pese a las discretas negociaciones, el silencio se impone entre los anticapitalistas. Nada más a añadir a las declaraciones de los últimos días. Los antisistema han exigido en una rueda de prensa este martes en el Parlament que la ERC rompa su alianza en Madrid con el PSOE y se comprometa a convocar un nuevo referéndum.
La diputada Eulàlia Reguant ha asegurado que la Generalitat debe ponerse a trabajar «para generar las condiciones para celebrar un nuevo referéndum», tras la abstención de ERC y el voto en contra de Junts en la propuesta que la CUP presentó en el Debate de Política General para forzar al Govern a comprometerse con un nuevo desafío al Estado.
«No vamos bien y estamos lejos», ha asegurado la diputada antisistema. Reguant se ha reafirmado en que es muy complicado que antes del 9 de noviembre se haya podido cerrar un acuerdo. La lejanía en las posturas y la estructura asamblearia de la formación retrasarán esta cuestión.
Los antisistema han trasladado al Govern algunas de las exigencias recogidas por las bases anticapitalistas. Entre ellas, el reclamo de 1.000M€ en vivienda, de los que la Generalitat solo tiene previsto presupuestar «cerca de 600 millones». También, los servicios de internacionalización del 061 y el 112, sobre los que la CUP preguntará en la sesión de control de este miércoles.
Aunque desde la consellería han asegurado que están haciendo todo lo posible para llegar al plazo, quitan hierro a la posibilidad de que el Govern apruebe las cuentas en su Consell Executiu sin los apoyos cerrados. Ponen el ejemplo del PSOE y Podemos, que buscan los apoyos de ERC, Bildu y PNV durante el proceso de tramitación parlamentaria.
El PSC desvincula las cuentas de Aragonès y Sánchez
Los socialistas son una posibilidad que desde Economía descartan. Una posición que ya ha reafirmado este martes la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, tras la rueda de prensa posterior al Consell Executiu. «No hablaré de planes B y planes C. Lo que está sobre la mesa es llegar a un acuerdo con la CUP”.
El PSC no ha dejado de ofrecerse como alternativa, pese a que ni desde Junts ni desde ERC se ha valorado en serio esta posibilidad. Los socialistas tienen un objetivo claro: conseguir que las cuentas de 2022 salgan sin el apoyo de la CUP –lo que dividiría al bloque independentista– y a la vez erigirse como oposición constructiva en plena reconstrucción pandémica.
Fuentes socialistas han reafirmado a Economía Digital que, aunque quizás como estrategia partidista puede restarles votos, es una necesidad que en Cataluña haya presupuestos. El grupo socialista, frente a algunas dudas iniciales al hecho de tener siempre la mano tendida, cierran filas con la estrategia que lleva Salvador Illa.
Respecto al efecto dominó entre las cuentas catalanas y las españolas, los socialistas insisten en desvincular ambas negociaciones. El PSC considera que las dos partidas son independientes, y que ERC compensa así entre su perfil más duro en Cataluña –donde lidia con Junts y la CUP– y su alma más pragmática en Madrid, como potencial muleta de Pedro Sánchez.