Aragonès no convence ni a sus socios de Junts con sus recetas contra la crisis catalana
Junts y la CUP se adelantan al debate para escenificar su desencanto con la hoja de ruta defendida a capa y espada por el 'president'
Aragonès no convence ni a Junts, ni a la CUP. Los socios de Govern y parlamentarios se han quedado con un mal sabor de boca tras el discurso del president. «No ha estado ni convincente, ni concreto», han lamentado los anticapitalistas a través de un comunicado. El partido de Puigdemont tampoco está contento, le han faltado menciones a la confrontación.
El president ha blindado su apuesta por la mesa de diálogo, pese a un mes de crisis en el seno del Govern. Autoexclusiones de Junts vestidas de vetos políticos de Moncloa, a las que Aragonès ha intentado dar la vuelta. “Abandonemos los gestos estériles, la crispación, la polémica interesada, el tacticismo”.
«El tren del diálogo» parece no haber recogido nuevos pasajeros en este Debate de Política General. Mónica Sales, en una breve rueda de prensa tras la comparecencia de Aragonès, no ha desaprovechado la ocasión para arremeter contra el president por no reflejar suficientemente el acuerdo de investidura: han echado en falta menciones a la «confrontación» con España.
«Sumar, sumar y sumar»
Tampoco se plantean sortear el veto de Aragonès a sus miembros propuestos para la mesa de diálogo. Sales ha asegurado que se incorporarán a este órgano cuando se acepte que sus nombres –entre los que están los indultados Jordi Turull y Josep Rull, así como la diputada de Madrid, Míriam Nogueras– puedan sentarse frente a los ministros del Gobierno.
Aragonès ha sido muy claro. El mandatario catalán ha recordado que «el peso de los partidos ha cambiado». Ahora, por primera vez en el procés, la batuta la lleva ERC. «No estamos aquí para hacer las cosas como siempre se han hecho», ha defendido el president tras insistir en «cambiar inercias» sin «las caras de siempre».
“Sumar, sumar y sumar”, ha remarcado Aragonès, quien ha insistido en que su estrategia –la de sentarse frente a frente con el Gobierno de España– “aglutina a toda la sociedad catalana”. “La delegación catalana representada por el Govern en la mesa representa a toda la sociedad y lleva a los grandes consensos de país”.
La CUP no da tregua con el referéndum
La CUP tampoco le ha comprado la intervención inicial. Aunque la formación anticapitalista no ha querido anticiparse a su intervención de este miércoles en el Debate de Política General, sí que han emitido un breve comunicado. Lamentan la «confusión» que genera el discurso, algo que ven lejos de la realidad.
«El president confunde lo que querría que pasara con lo que está pasando realmente: el Estado nunca se sentará a negociar sobre aquello que impugna su propia naturaleza: la autodeterminación de los pueblos. Por eso, hay que fijar un nuevo referéndum y trabajar, desde el conjunto del independentismo, para generar condiciones para hacerlo posible y efectivo».
Los anticapitalistas no dan tregua. Pese a comprometerse durante dos años a dar apoyo a la mesa de diálogo, no han parado de escenificar su desacuerdo y a presionar para que ponga punto y final. Lo hicieron con una manifestación frente a la Generalitat el día de la primera reunión –que fracasó estrepitosamente–, y lo hacen ahora con la exigencia de un nuevo referéndum.
El PSC, sobre Aragonès: «Aburrido y decepcionante»
Tampoco al otro lado de la mesa de diálogo están contentos con el discurso de Pere Aragonès. «Aburrido y decepcionante» son algunos de los adjetivos con los que la portavoz del PSC en el Parlament, Alicia Romero, ha definido el discurso. “He visto a un presidente que habla a la mitad de los catalanes, que no habla para todos y todas».
Un discurso que no ha escatimado en exigencias al PSOE para que asuma los postulados de «amnistía y autodeterminación» que predican desde la Generalitat. Unas exigencias que desde el PSC ven como una «imposición», y un discurso que, a ojos de los socialistas, alimenta más incógnitas de las que resuelve.