Aragonès insiste en un referéndum pactado en el cuarto aniversario del 1-O
El presidente de la Generalitat elude las menciones a la vigencia del referéndum ilegal más allá de considerarse heredero de la efeméride independentista
Pere Aragonès ha aprovechado el cuarto aniversario del 1-O. Un discurso rebajado, donde se pone en valor la capacidad movilizadora del independentismo en una de sus efemérides más importantes, pero poniendo por delante su hoja de ruta: «El fin de la represión y el referéndum. Represión y amnistía».
«El 1-O representa un punto de inflexión en la historia de Cataluña y la reafirmación del pueblo de Cataluña en su soberanía y en defensa de la democracia. Es un punto de no-retorno. Una mayoría de ciudadanos de nuestro país salió a ejercer el derecho a voto, pasara lo que pasara. El día en que el pueblo catalán decidió que tenía derecho a decidir su futuro en las urnas».
El presidente de la Generalitat ha eludido cualquier referencia a la legitimidad del 1-O como punto de inflexión. Más allá de reconocer «la fuerza de la ciudadanía de Cataluña que hizo posible el éxito». Además, ha asegurado que el Govern es «heredero del referéndum del 1-O y se compromete a continuar el camino hacia la independencia«.
«Nos toca continuar, estirando aquella fuerza»
«Nos toca continuar, estirando aquella fuerza, aquella energía que lo podía todo para culminar el camino a partir de ahora. Y lo tenemos que hacer con todos los recursos que tengamos para culminar el camino a partir de ahora. Y lo tenemos que hacer con todos los recursos que tengamos».
Aragonès asegura que esa fuerza se traslada a su posición a favor de la mesa de diálogo, «forzando una negociación con el Estado Español. Pero no solo, sin renunciar a nada. Este Govern se declara orgulloso del referéndum del 1-O y se conjura a trabajar para hacer posible la culminación de la independencia».
Un independentismo dividido en el cuarto aniversario
Cataluña cumple cuatro años de la efeméride independentista, un referéndum que los partidos del Govern refrendaron en una propuesta de resolución del debate de política general del pasado jueves. Un texto donde aseguraban que solo una consulta acordada podía sustituir la vigencia del 1-O.
Un independentismo que llega más dividido que nunca a la efeméride. La CUP, Junts y ERC no atinan en conseguir una hoja de ruta conjunta. ERC está a favor de la mesa de diálogo, mientras que Junts recela de ella, y la CUP insiste en hacer un nuevo referéndum de autodeterminación de cara a 2025.