Aragonès blinda la mesa de diálogo con Sánchez frente al «tacticismo» de Junts
El presidente aprovecha su primer Debate de Política General para defender su "estrategia ganadora" y exige a Moncloa que ponga una contrapropuesta sobre la mesa
Pere Aragonès ha afrontado su primer Debate de Política General con un claro mensaje a Junts per Catalunya. «Abandonemos los gestos estériles, la crispación, la polémica interesada, el tacticismo», un aviso que llega tras los choques con su socio menor en las últimas semanas, después de la crisis de gobierno abierta por la mesa de diálogo y la detención de Puigdemont en Cerdeña.
El presidente catalán ha vendido un discurso renovador, donde «el siempre se ha hecho así» no tiene cabida, y sin «las caras de siempre». Aragonès ha prometido venir «a cambiar inercias», tanto en lo respectivo a la crisis catalana, como en la transformación económica y de «progreso» impulsada por el «gobierno republicano».
El mandatario catalán ha recordado que «el peso de los partidos ha cambiado», en referencia al cambio de hegemonía expresada en las urnas el 14-F. ERC es ahora el socio grande del independentismo, tras el descalabro electoral de Junts, aunque les lanza un mensaje de tranquilidad: «El objetivo se mantiene».
«Transformación, progreso, justicia social y democracia. No estamos aquí para hacer las cosas como siempre se han hecho. Estoy convencido de que encontraremos muchas resistencias, pero no tengo ninguna duda de que saldremos adelante», ha asegurado Aragonès, tras insistir en el que el referéndum es inevitable y que, «cuando sea posible», pedirá el sí.
«No hay atajos ni soluciones mágicas»
El presidente también ha reprendido a aquellos independentistas que miran con recelo a la mesa de diálogo, y les recuerda que solo hay una «estrategia ganadora»: «No hay atajos ni soluciones mágicas». «Estamos obligados a ser escépticos, pero a la vez, tenemos que ser exigentes y estamos obligados a trabajar con toda la determinación».
«No despreciemos lo que hemos conseguido: hacer que el Estado Español se siente en una mesa de negociación y comenzar a abordar el conflicto político desde el reconocimiento mutuo como sujetos políticos. Es una victoria en sí misma, porque es el reconocimiento explícito a ojos de todo el mundo de la existencia del conflicto político».
«Sumar, sumar y sumar», ha remarcado Aragonès, quien ha insistido en que su estrategia –la de sentarse frente a frente con el Gobierno de España– «aglutina a toda la sociedad catalana». «La delegación catalana representada por el Govern en la mesa representa a toda la sociedad y lleva a los grandes consensos de país».
Además, recuerda que el acuerdo que surja de la mesa de diálogo deberá ser votado por la ciudadanía de Cataluña, uno de los compromisos a los que se comprometieron ambos gobiernos, pese a que el PSOE rechaza de pleno que sea un consulta sobre la independencia: «Aquí están interpelados tanto independentistas como no-independentistas».
«Hay que forzar al Estado a mojarse»
Aragonès blinda su mesa pese a las críticas, ante todos aquellos actores que esperan su descarrilamiento: «Lo quiere la extrema derecha española, lo quiere el deep state, sectores del Partido Socialista, y hay gente en Cataluña que quizás también lo quiere. Hay que ser conscientes y no caer en trampas».
Las críticas también han ido contra el Gobierno, al que exige que se lo «tome en serio». Incluso, le advierte de las «tentaciones» de usar la situación actual para «dividir» al independentismo y hacer las «mínimas concesiones posibles: «O peor todavía, descolgarse públicamente con propuestas no-trabajadas en la negociación y que querrán distraer del fondo del conflicto».
El president, que ha vuelto a defender a capa y espada la amnistía y autodeterminación como la solución defendida por una supuesta mayoría de la sociedad catalana, ha recriminado a Moncloa que todavía no haya puesto sobre la mesa una contrapropuesta: «Hay que forzar al Estado a mojarse, a moverse y a presentar su propuesta».
Más allá de generalidades sobre la amnistía, Aragonès ha dedicado parte de su intervención a cerrar filas con Puigdemont. Ha lanzado un aviso al Estado, al asegurar que la detención del expresidente u otras causas judiciales abiertas –como los embargos del Tribunal de Cuentas– «no ayudan nada al proceso de resolución del conflicto político».
La renovación de la CCMA y la ley audiovisual
Aragonès también ha abordado uno de los retos pendientes en esta legislatura: la renovación de los órganos del Consell de l’Audiovisual de Catalunya y de la CCMA. Unos órganos que el propio president admite que están «caducados» y en una «situación precaria»: «Una renovación que nadie puede encallar porque es necesaria e imprescindible».
La ley audiovisual, que ha provocado el enfado de las fuerzas independentistas por eludir cuotas de producción en lenguas cooficiales, también ha merecido mención por parte de Aragonès: «Puede ser una estocada o una oportunidad para el catalán». Además, ha puesto en valor que la fuerza en Madrid ha permitido que se revise el borrador.
También, ha hecho suya la propuesta de Junts para legislar en Cataluña con su ley audiovisual propia, para adaptarse a las nuevas formas de consumo. Aragonès insiste en generar un Hub Audiovisual y del Videojuego, como fórmula para incentivar la producción en la lengua propia y, también, para estimular al sector en la región.
Sobre El Prat: «No aceptaremos imposiciones de ningún tipo»
Aragonès también ha arremetido contra el Gobierno por la ampliación de El Prat, que ha dejado a la CCAA sin una inversión de 1.700 millones de euros. «No aceptaremos imposiciones de ningún tipo. Apostaremos para que Cataluña disponga de un aeropuerto conectado directamente al mundo con vuelos intercontinentales».
«Queremos desarrollar un modelo aeroportuario conectando con la alta velocidad los aeropuertos de Reus y de Girona, un modelo que responda a las necesidades de la economía productiva, que respete la biodiversidad y el patrimonio natural». El president también ha reiterado que se traspase la gestión aeroportuaria de todos los aeródromos de Cataluña.
«Lamento que la posición del Gobierno del Estado haya estado en situar un ultimátum sobre el futuro aeroportuario catalán, impidiendo de esta manera que el futuro de los aeropuertos de Cataluña se pueda concretar de forma consensuada entre todas las administraciones del país. Seguiremos trabajando en nuestro propio modelo».