Aragonès abre la puerta a un gobierno en solitario si no consigue acuerdos
Esquerra Republicana inicia sus negociaciones con el resto de formaciones independentistas pero no descarta gobernar en minoría si no suma suficientes apoyos
Esquerra Republicana mantiene su apuesta por acercarse a las formaciones que secunden la amnistía de los políticos presos por el ‘procés’ y que apuesten por la autodeterminación. Sin embargo, si no son capaces de fraguar acuerdos estables ya han puesto sobre la mesa la posibilidad de gobernar en solitario en Cataluña, gracias a los apoyos externos del resto de fuerzas políticas.
El líder de los republicanos, Pere Aragonès, ha insistido en que los resultados electorales les permitirían poner en marcha un ejecutivo monocolor, aunque no sea su idea inicial. “ERC está preparada para gobernar el solitario, hay fórmulas, pero siempre es mejor compartir Gobierno”, ha señalado en una entrevista en TV3.
La posibilidad de formar un gobierno en minoría ha aparecido en medio de las negociaciones políticas para alcanzar una nueva coalición en Cataluña, que se han visto empañadas por los vetos cruzados de buena parte de los partidos que conforman el Parlament, como En Comú Podem y Junts per Catalunya. Unas líneas rojas que dificultan la aritmética para alcanzar una amplia mayoría.
En Comú Podem advierte sobre los peligros de un gobierno en minoría
La idea de un gobierno que no tenga una mayoría parlamentaria amplia para sacar adelante algunas de las políticas más importantes del próximo año como los presupuestos de la comunidad que se harán cargo de la recuperación económica no gusta ni a la oposición ni a los empresarios.
En Comú Podem ya ha mostrado sus discrepancias con esta fórmula que les condenaría a formar parte de la oposición en el Parlament. “No nos podemos permitir un gobierno en minoría que tenga que hacer malabares”, ha expresado la líder de los comunes, Jessica Albiach, en una entrevista en TVE.
La escisión de Podemos apuesta por formar una coalición junto con Esquerra y el Partido Socialista, que emule los acuerdos alcanzados a lo largo de la legislatura en el Congreso de los Diputados. Un escenario, a priori, difícil de lograr, debido a la negativa reiterada de los republicanos a pactar con Salvador Illa.
No son los únicos que han advertido sobre los riesgos de un ejecutivo monocolor. La patronal catalana Foment del Treball ya mostró ayer su oposición a un gobierno en minoría que no sea lo suficientemente estable y que pueda conducir a una repetición electoral en los próximos meses por la falta de acuerdos.
Esquerra inicia sus negociaciones con la CUP
Los resultados electorales han dado la iniciativa en las negociaciones a Esquerra Republicana que ya ha tendido la mano de forma decidida a algunas formaciones como la CUP o En Comú Podem, a quienes lleva tentando para sumar fuerzas desde que se dieron a conocer los resultados electorales. Sin embargo, los votos de ambas no garantizarían la mayoría absoluta de 68 escaños en la cámara catalana.
Los primeros contactos se producirán con la formación de Dolors Sabater que ha obtenido una representación de nueve escaños en el Parlament y que aspira a jugar un papel fundamental para facilitar la gobernabilidad. «Vamos a comenzar a hablar con ellos, si no es hoy será mañana”, ha recalcado Aragonès.
También llevan varias horas lanzando guiños a En Comú Podem que no forma parte del bloque independentista pero con los que comparten buena parte del programa social. “No sobran aliados, si están a favor de la libertad de los presos, aunque no sea con la amnistía, podemos hablar”, ha remarcado Aragonès.
Mucho más claro ha sido el portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián, que ya ha tejido varios acuerdos de calado a nivel estatal de la mano de Podemos como la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2021. “Me gustaría que los comunes estuvieran en el gobierno, sería casi imprescindible”, ha expresado.
La última posibilidad pasa por un acercamiento a Junts para revalidar la actual coalición de gobierno, pero esta vez con el liderazgo invertido. Aragonès no ha querido dar carpetazo a esta alianza y ha dejado en el aire cualquier contacto con sus grandes rivales en el plano independentista. “No quiero entrar en una campaña de reproches, tenemos que construir y no recordar las heridas del pasado. El Gobierno tiene que ser fuerte”, ha expresado.