Antonella Marty: «Podemos tiene unas raíces muy peligrosas para cualquier sistema»
La escritora y politóloga argentina coordina un nuevo libro 'El manual liberal' para hablar sobre liberalismo y aconseja a España a "estar vigilante" con el actual modelo del Gobierno de coalición
La argentina Antonella Marty (Rosario, 1992) es politóloga, escritora y conferenciante, además de directora de la Fundación Libertad y fellow de la Fundación Internacional para la Libertad de Madrid. Observadora, inteligente y valiente, Marty pronto aterrizará en España para hablarnos sobre el liberalismo, un concepto que plasma en el libro El manual liberal (Deusto) de la mano de importantes autores como Tom G.Palmer, Carlos Alberto Montaner, María Blanco o Mario y Álvaro Vargas Llosa.
Pregunta.- ¿Cree que Ciudadanos ha explicado bien en España lo que es ser liberal?
Respuesta.- El partido que mejor lo ha explicado es el Partido Libertario. Luego hay mucha gente valiosa dentro del Partido Popular como Isabel Díaz Ayuso o Javier Fernández-Lasquetty. Vox y Podemos son la antítesis del liberalismo.
P.- ¿Un liberal es de izquierdas o de derechas?
R.- No es de izquierdas ni de derechas. Se sitúa más allá de estas opciones, tal y como escribió Hayek o Ayn Rand. Es el único sistema que defiende que seas dueño de tu vida y que nadie decida por ti mismo. La gente vive mejor si apostamos por sociedades libres y abiertas progresando con el comercio y dejando atrás el nacionalismo.
P.- ¿Cómo conjuga ese discurso con que el Estado nos trate como a niños?
R.- Esa concepción paternalista es muy propia de los sistema populistas y se ve tanto en la derecha como en la izquierda. Esos gobiernos limitan a las personas hasta el punto de reducirlos a meros incompetentes. Tienen que recurrir a un gobierno que les da migajas, subsidios. Si la solución fueran los subsidios, Venezuela y Argentina serían los países más ricos del mundo. Se produce un círculo vicioso que no permite a la gente avanzar porque se cae en la idea de justicia social, es decir, quitarle a unos para dárselo a otros. A la gente hay que darle libertad para ser adulta y que pueda tener derechos de propiedad.
P.- Mario Vargas Llosa explica en el libro que la palabra liberal se ha vuelto una mala palabra
R.- En los 90 nos llamaban neoliberales y lo asociaban con el clientelismo que producen las concesiones de empresas públicas a amigos donde no se respetó el libre comercio. La gran victoria de la izquierda fue asociar esto al liberalismo, mientras que la derecha nos llama ‘liberprogres’. Son incongruencias y una falta de conocimiento absoluta. Creo que la palabra liberalismo se ha restituido gracias a los medios, asociaciones y personas brillantes que trabajan en favor de la libertad, no sólo económica sino en todas las áreas de la vida.
P.- ¿Qué fallos encuentra en el liberalismo?
R.- Precisamente, el que durante mucho tiempo se hablase solo de libertad económica y olvidásemos la parte humana. Se trata de un sistema para poder realizarte plenamente donde ni el Estado, ni la religión ni nadie más que tú sea dueño de tu propia vida. De ahí la idea de escribir este libro y defender la libertad moral, sexual, cultural…
«Podemos tiene unas raíces muy peligrosas para cualquier sistema»
P.- Un reciente informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) advierte de que la baja calidad institucional de España pone en riesgo la recuperación. ¿Cree que la llegada de Podemos al Gobierno ha tenido algo que ver?
R.- Claramente. La llegada de su modelo al Gobierno es muy peligrosa. Podemos tiene unas raíces muy peligrosas para cualquier sistema porque busca anular las instituciones que defienden la libertad y las ideas. Su idea de República aniquila todo eso. Ellos han aprendido de la revolución bolivariana que teje sus redes gracias al modelo cubano, un modelo soviético. El no haber hecho nada con Cuba también podría haber sido una consecuencia de que tengamos esos modelos, como en Venezuela o Argentina.
Estamos atormentados por un sistema socialista que no nos deja innovar, crear o ni siquiera tener una empresa, parece que cuando quieres emprender te castigan. Ese es el modelo que buscan aplicar el PSOE y Podemos. Cuando entendamos esto y acabemos con los gobiernos paternalistas avanzaremos hacia los modelos exitosos.
P.- Llegados a estos modelos, ¿Cómo devolvemos la calidad institucional y democrática?
R.- Buena pregunta. Este es el gran desafío de Latinoamérica que no hemos sabido hacer. Cuando se pasa cierto límite, a veces, no hay retorno y esto es muy peligroso porque es difícil sacar a los populistas del poder. Me alegra que en Madrid lo hayan entendido y tengan un oasis de libertad frente a la mala gestión del Gobierno central. Estas cosas nos hacen ver a los individuos la importancia de tener seguridad jurídica porque te lleva a una economía donde la gente quiere invertir. Sabes que no va a venir el Chávez de turno con el famoso ‘exprópiese’. En España se tienen que cuidar de esto.
«El socialismo es el modelo más destructor porque anula el interés personal»
P.- ¿Podría suponer la victoria de Ayuso un cambio de ciclo en España?
R.- Sí, esto marca un momento clave. Su triunfo ha sido una respuesta ante la mala gestión que ha hecho el Gobierno. Madrid ha marcado un precedente tras haber introducido en campaña el lema ‘libertad o comunismo’. El liberalismo se enfrenta a dos ramas del colectivismo.
Por un lado, esa derecha que pretende imponer una moralidad a través del Estado, que se dicen liberales en lo económico y en la práctica no lo son. Aquí incluiría a Vox, Viktor Orbán, Bolsonaro o a Donald Trump con sus guerras arancelarias. Mientras que por la izquierda, lo único que buscan es aniquilar la propiedad privada y el Estado de Derecho. Pienso que España está despertando. Está empezando a mover la arena política respecto a esto.
P.- ¿Qué lecciones nos ha dado la pandemia y cuál es el camino a seguir ahora?
R.- Las grandes lecciones es que nunca más tenemos que ceder la libertad a cabio de ninguna promesa de salud, seguridad ni caer en el engaño populista ni paternalista. Hemos cedido la libertad donde aparecen estos caudillos como Alberto Fernández en Argentina que promueven una política restrictiva.
Necesitamos sociedades abiertas y dar libertad al sector privado para trabajar. Estamos viendo gente que solo pide trabajar, que no quiere subsidios ni ayuda. Pide un trabajo y eso es una gran lección.
También con la vacunación hemos tenido una gran lección. En muchos países hemos tenido que ver cómo se ha vacunado a los amigos del Gobierno colándoles y no les tocaba. En Argentina, el ministro de Salud tuvo que dimitir.
El socialismo es el modelo más destructor que puede existir en la civilización porque anula el interés personal y crea sociedades donde la gente se estanca y hace que se vuelva siempre al pasado. El socialismo siempre es involución. No hay medicina, hay control de precios y esto es volver al pasado. Tenemos que fijarnos en los modelos que aplican los países exitosos.
P.- ¿Se refiere al modelo nórdico?
R.- Sí, ese que lo asocian al modelo socialista y nada tiene que ver. Los países nórdicos son lideres en calidad de Estado de Derecho, en libertades individuales y de pensamiento, también contra la corrupción y en transparencia. Estados Unidos también demostró la gran importancia que tiene el capitalismo, con libre mercado e instituciones sólidas se puede salir y progresar.
P.- ¿Qué fecha de caducidad le da al populismo?
R.- Thomas Jefferson dijo que el precio de la libertad es la eterna vigilancia. Siempre se puede volver a caer. Los populistas siempre están en alerta porque es su negocio. Dicen que están para ayudar a la gente, pero luego no viven de la manera que piensan.
No hay más que ver los discursos de Chávez contra la riqueza y terminó con una fortuna millonaria. De Pablo Iglesias ni hablemos. Se llenan la boca hablando del capitalismo y los ves disfrutando de sus grandes bondades. Monedero, Errejón, Iglesias son unos grandes hipócritas que necesitan de la pobreza de los demás para poder enriquecerse a costa de un mensaje épico y mesiánico, el que les sirve a todos los populistas de turno. España tiene que estar vigilante.