Los ‘antivacunas’ flaquean por el pasaporte covid: las primeras dosis se disparan a 100.000 por semana
El volumen de nuevos vacunados protagoniza una escalada en las últimas tres semanas, conforme los gobiernos autonómicos han ido restringiendo el acceso a bares, restaurantes o gimnasios
La entrada en escena del pasaporte covid en las comunidades autónomas ha despertado la campaña de vacunación entre los ciudadanos que se habían negado a inmunizarse. El ritmo de administración de primeras dosis no ha parado de crecer en las últimos días hasta rozar un volumen de 100.000 nuevas inyecciones a la semana.
Los datos que maneja el Ministerio de Sanidad han revelado que en los últimos siete días han pasado por los centros sanitarios o los vacunódromos 98.445 personas para recibir la primera dosis del fármaco, a pesar que hace tres meses que la estrategia nacional se abrió ya a todos los colectivos demográficos, incluidos los adolescentes.
Esta realidad contrasta con la tendencia de la vacunación que se había producido hasta la fecha. En la semana anterior, se contabilizaron apenas 83.678 nuevos participantes en la estrategia de inmunización, mientras que en los siete días precedentes todavía era más bajo el número: 66.940 personas. El recuento semanal casi se ha doblado con respecto a hace 15 días.
Esta escalada coincide con las primeras fechas en las que los gobiernos autonómicos comenzaron a poner sobre la mesa el uso del certificado de vacunación para acceder a diferentes servicios públicos como bares, restaurantes, gimnasios o residencias de la comunidad. Desde entonces, 14 autonomías han dado ya el paso de implantarlo (Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Aragón, Baleares, País Vasco, Galicia, Murcia, Navarra Canarias, Castilla y León y Cantabria).
España no impondrá la vacunación obligatoria a los 3,7 millones de opositores
Con este nuevo escenario sobre la mesa, todavía quedan 3,74 millones de españoles que han rechazado presentarse a la vacunación y que siguen teniendo la puerta abierta de los centros sanitarios. El porcentaje de antivacunas representa apenas el 8,9% de la población diana en el país, lo que supone uno de los más bajos de Europa, junto con Portugal.
El éxito de la campaña ha permitido al Gobierno mantener como voluntaria la vacunación, a pesar de que la Unión Europea ya está estudiando fórmulas para obligar a los negacionistas a inmunizarse en los territorios más golpeados por la sexta oleada de coronavirus. Países como Austria ya han anunciado que forzarán a sus ciudadanos a inyectarse el fármaco.
La receta del Ministerio de Sanidad para combatir el impacto de esta nueva variante pasa por un esfuerzo mediático para que se cumplan las medidas que todavía siguen vigentes como el uso de la mascarilla en los interiores, e incluso en las zonas exteriores cuando se produzcan aglomeraciones. Un escenario muy habitual en las compras del Puente de la Constitución en las grandes ciudades.
La campaña de refuerzo coge velocidad de crucero antes de Navidad
Los esfuerzos de Sanidad se centran ahora en dos caballos de batalla: captar a los negacionistas que han evitado vacunarse y administrar la tercera dosis a los colectivos de más riesgo. El objetivo está finado en vacunara todos los mayores de 60 años antes de que se produzcan las celebraciones navideñas, que pueden representar un importante foco de expansión del virus.
«No vamos a parar de inocular dosis de refuerzo a quienes sabemos que lo necesitan y también a otros colectivos», ha ratificado este viernes la ministra de Sanidad, Carolina Darias, tras la celebración del Consejo de Ministros Extraordinario.
La última actualización del Ministerio de Sanidad ha revelado que hay ya 5.289.000 personas que han recibido la tercera dosis del fármaco. Solo en la última semana, han decidido sumarse a la campaña de refuerzo 1.1 millones, lo que recuerda a los datos de alto volumen que se registraron a mediados del verano, cuando se abrió la estrategia al conjunto de adultos.
La campaña de vacunación se ha dirigido hasta ahora a las personas con déficits inmunitarios, como los pacientes oncológicos o los que han recibido un trasplante de órganos, así como a los colectivos más mayores. Pero ahora Sanidad también quiere incorporar a los ciudadanos que se han vacunado con la inyección monodosis de Johnson & Johnson.
Originalmente, solo se les citó para una inyección ya que las particularidades del preparado de la farmacéutica Janssen era suficiente para generar una respuesta inmune. Pero ahora el Gobierno aspira a dar un mayor refuerzo. El 30,8% de los españoles que recibieron la versión monodosis ya cuentan con otra adicional. En este caso, de Pfizer o Moderna.