Anna Grau: «Los indultos han enviado mensajes confusos a las instituciones europeas»
Economía Digital entrevista a la número 2 de Ciudadanos en el Parlament: "El PSC está blanqueando al independentismo"
Anna Grau (Girona, 1967) es política y periodista. Licenciada en Periodismo por la UAB, ha desarrollado una dilatada carrera profesional en diferentes medios de comunicación. Su andadura comenzó como delegada en Madrid del diario Avui, principal cabecera de la prensa catalanista, para luego ser corresponsal en Nueva York con ABC. Ha sido colaboradora habitual de varios programas de TVE, Telemadrid, LaSexta, la Cadena SER. Entró en Cs tras la debacle de Albert Rivera, y como diputada en el Parlament el pasado 14-F. En dichas elecciones, su partido pasó de los 36 a 6 parlamentarios. De perfil incisivo, ha sido una de las ‘plumillas’ más críticas con el nacionalismo catalán.
Algunos de sus detractores la han encasillado como una diputada polémica, ¿por qué?
Sinceramente, no tengo ni idea, y ya me ha ocurrido como periodista: Quizás el problema no soy yo, sino que la política catalana ha llegado a unos extremos de degradación y de tergiversación de la normalidad que llamar a las cosas por su nombre se interpreta como una provocación. Como por ejemplo, exigir algo tan simple como que se cumpla el reglamento interno del Parlament y que la presidenta no use su tribuna para decir lo que buenamente se le ocurre, que no tiene nada que ver con su función. Es muy difícil no ser polémico cuando hay una especie de ley del silencio donde estás conmigo o estás contra mí.
Ha mencionado concretamente a Laura Borràs, con la que su grupo ha tenido varios encontronazos…
Es un tema de búsqueda del espectáculo. Laura Borràs sabe que tiene un recorrido limitado y que tarde o temprano la justicia seguirá su curso. Ella se defiende de esta situación montando todos los pollos que puede. En Cs le plantamos cara: no buscamos la confrontación por la confrontación, pero para atrás ni para tomar impulso. Si a mí cuando era periodista no me achantaba que me llamaran «puta, borracha, anticatalana» y otras lindezas, no lo voy a hacer ahora que, por suerte, el decoro parlamentario impide llegar a estos extremos.
Sobre el escenario político actual, ¿se equivoca Cs siendo tan beligerante con el PSC si aspira a situarse en el eje central del constitucionalismo?
¿Usted cree que la solución a lo que está pasando es todavía echar más gasolina al fuego? Si a día de hoy, alguien se cree que por parte del bloque nacionalista-independentista, y para ser más explícitos, procesista, habrá renuncias… Si algo nos ha enseñado el Govern y los partidos que dan apoyo al Govern es que están más sectarios que nunca, más agresivos que nunca. Y ante eso, no creo que bajarse los pantalones sea una opción. Entiendo que quien lo hace busca cambios de cromos y réditos políticos, pero si vas a hacer política, entonces yo no veo ninguna razón.
Por ejemplo, mejorar la situación política en Cataluña, intentando que el apaciguamiento dé al independentismo una pista de aterrizaje…
La política de apaciguamiento que hemos hecho en los últimos 13 años nos ha llevado donde nos ha llevado. El PSOE y el PP se han caracterizado por, a la hora de la verdad, no llegar hasta el final de lo que dicen. Lo estamos viendo con los indultos, el PSOE dijo: «¡No les vamos a indultar!». Y no solo lo han hecho, sino que esconden la mano. Y no solo con eso, con los avales a personas que han malversado, aunque confiamos en los tribunales de justicia. No hay derecho de que los catalanes paguemos dos veces dinero nuestro que se ha usado para hacer propaganda procesista en el exterior, y otras cosas.
¿Entonces?
Hace mucho tiempo que recurrentemente sale este disco rayado, el del apaciguamiento, el de la reconciliación. Los hechos demuestran que no solo no llevan a una mayor concordia, sino todo lo contrario. Renunciar a proclamar unilateralmente la independencia se hizo –como reconoció Junqueras– porque no tienen quórum, no tienen mayoría para hacer eso. Es como si yo renuncio a volar como Superman: una cosa que sé perfectamente que no voy a poder hacer. Lo que tendrían es que renunciar a usar el procés como maquinaria de ingeniería social, de avasallamiento civil, como una máquina de machaque y destrucción de cualquiera que les lleve la contraria, la manera en que se reparte la publicidad institucional en medios. Incluso, tengo la sensación de que pagamos con nuestros impuestos a los mismos trolls que a mí me insultan.
«Tengo la sensación de que pagamos con nuestros impuestos al mismo troll que a mí s como si yo renuncio a volar como Superman: una cosa que sé perfectamente que no voy a poder hacer»
Pero los indultos pueden servir para desarmar el discurso de que «España estado opresor», ese discurso victimista del independentismo
El problema no es tanto el indulto, que es legal y es una potestad que el Gobierno puede dar de muchas maneras, sino que se han hecho tres cosas muy mal. Primero, engañar. Decir que no los ibas a dar cuando los has acabado dando. Segundo, enviar mensajes confusos a las instituciones europeas. En lugar de contrarrestar esa propaganda independentista en la que España es un estado opresor, franquista, donde hay presos políticos, no lo haces y encima das el mensaje que les vas a indultar. Y tercero, si se les quería indultar se tendría que haber buscado un consenso con otras fuerzas políticas, y que se exigiera a los independentistas un acto de desagravio, que pidieran perdón por lo sucedido en 2017. Y nada de eso, solo hay que ver las declaraciones de los indultados cuando han pisado la calle.
¿Cree qué se podrá sacar algo positivo de la mesa de diálogo?
Soy casi tan optimista como Laura Borràs y por razones opuestas, pero vamos, la mesa de diálogo es es una ilusión óptica, es otro trampantojo, no es otra cosa que los trileros de las Ramblas del «¿Dónde está, dónde está la bolita?» No sirve para dialogar: el gobierno catalán y el español tienen múltiples espacios donde hablar entre ministros y consejeros.
«La mesa de diálogo es es una ilusión óptica, es otro trampantojo, no es otra cosa que los trileros de las Ramblas»
Lo que tampoco parece invitar al optimismo es la situación de Ciudadanos, algunas encuestas dejan al partido al borde del 3% de voto y fuera del Congreso. ¿Qué ha fallado para que se desdibujen y hayan perdido la fuerza de años atrás?
Yo a las encuestas no les doy mucha credibilidad, ni a las del CIS ni a las del ZAS, porque son muy opinables y en España se usan mucho como arma política. Ciudadanos ha vivido un proceso delicado, está en una situación de post-parto de un mal resultado electoral, aunque somos el único partido donde el líder ha dimitido. No veo yo a nadie en el PP catalán dimitir por los malos resultados en las elecciones catalanas, y a Pedro Sánchez lo tuvieron que echar del PSOE. Cs es un partido que respeta sus procesos internos, que no pasa por ciertas cosas, y eso a veces se paga caro. Pero la prueba viva de que tengo fe en este proyecto es que he llegado después de todo esto, y no me he ido. Y para mí es muy evidente que, sin nosotros, Cataluña se va la porra. Estamos fiscalizando al Govern, y eso no lo está haciendo ningún otro partido.
«No veo yo a nadie en el PP catalán dimitir por los malos resultados en las elecciones catalanas, y a Pedro Sánchez lo tuvieron que echar del PSOE»
¿El PSC, el PP o Vox?
El Partido Socialista está, perdóneme que le diga, blanqueando al independentismo. Vox pega muchos gritos pero luego no hace los deberes, y el PP no está ni se espera.
¿Y no creen que el hacerse grandes en Madrid a costa de ocupar el espacio de la derecha les ha podido desdibujar en su papel en Cataluña? Al final, nacieron como una escisión no-nacionalista del PSC
Déjeme que le diga que no nace como una escisión nacionalista del del Partido Socialista. Nace como con un grito de alerta y de angustia ante la actitud, la dejadez, tanto de socialistas como de populares en Cataluña ante el tema nacionalista. Sobre lo que usted comenta, yo no estaba, yo me sumo al proyecto de Cs y, personalmente, me siento más cómoda con el papel que tenemos ahora en la política española que con el que teníamos hace uno tiempo. Aunque para mí lo prioritario es, como comprenderá, Cataluña.
¿Le han sorprendido bajas como la de Lorena Roldán, Marilén Barceló o Jean Castel, entre otros?
No me siento cómoda comentando situaciones personales que no conozco de fondo. Si una persona considera que debe abandonar el partido dignamente, mientras no se lleve el acta y no mercadee, de mis labios no saldrá una crítica.
Pero es evidente que ha habido una fuga de votantes al PP, Lorena Roldán es ahora diputada por ese partido
Esto es como cuando tienes pareja. Si alguien se va con otra, pues bien ido está. A mí me interesan las personas fieles y comprometidas. Si a la primera de cambio te vas con la vecina de enfrente, pues con la vecina de enfrente tienes que estar. Que te vaya bonito.
«Si a la primera de cambio te vas con la vecina de enfrente, pues con la vecina de enfrente tienes que estar. Que te vaya bonito»
Sobre el alejamiento de Albert Rivera y su acercamiento al PP, no participó en los actos de aniversario de partido ni en Madrid ni Barcelona. ¿Está siendo desleal con Inés Arrimadas?
Si la señora Arrimadas no tiene queja, yo no tengo nada que decir. Ella le conoce más que yo, y a ella le consta que ha dejado la política y que no quiere volver. Así que si ella no tiene queja, no la voy a tener yo.
Dada la situación actual del partido, ¿se tambalea el liderazgo de Inés Arrimadas?
No veo alternativa al liderazgo de Arrimadas. Es absurdo no hacer autocrítica, los resultados son los que son, pero tampoco se trata de un ajuste de cuentas. Inés es una mujer muy valiente, la más valiente de Cataluña y de toda España. Y han sido muy injustos con ella. Cuando ella se va a Madrid, no se va a liderar el proyecto, se va para allá con un pie puesto en Barcelona. Y luego le viene una situación sobrevenida, acosada por la OPA más hostil que se ha vivido en la historia de la democracia de este país desde la UCD.
«Ciudadanos ha sufrido la OPA más hostil que se ha vivido en la historia de la democracia de este país desde la UCD»
Usted es periodista. TV3 ha recibido muchas críticas por su parcialidad y se ha puesto en cuestión su misión de servicio público. ¿Hay que cerrarla?
Habría que abrirla. Yo como periodista veo que TV3 da trabajo a miles de personas en el mundo de la comunicación, en un momento donde no es fácil encontrar trabajo en este sector. Fue un gran esfuerzo: una televisión propia, distinta, moderna y yo lamentaría que todo ese esfuerzo teme en nada. El problema está en que se ha convertido en la Niña del Exorcista, bajando por la escalera, girando la cabeza y gritando «¡Puta España! ¡Puta España!».