Los convergentes del Palau protegen a su extesorero
Los convergentes Jaume Camps y Ángel Colom evitan comprometer a su partido en la financiación ilegal a través del Palau de la Música
Jaume Camps y Ángel Colom son dos históricos políticos catalanes que han mantenido peligrosas relaciones con Fèlix Millet. En su declaración de este lunes en el juicio por el expolio del Palau de la Música, los dos históricos de la política, vinculados a Convergència, se las ingeniaron para evitar perjudicar a su partido.
Además de diputado convergente, Camps fue durante años abogado de cabecera de Millet (de 1979 a 2009) y asesor jurídico de Ferrovial, la constructora acusada de pagar comisiones ilegales a CDC por la adjudicación de obra pública a través del Palau de la Música. Camps aseguró que en las reuniones en las que estuvo presente nunca se trató de las supuestas mordidas.
El exdiputado indicó que asistió en 2003 a reuniones entre Millet y Pedro Buenaventura, directivo de Ferrovial imputado en esta causa. No obstante, Camps insistió en que únicamente se trataron de las obras que se estaban ejecutando en el Palau de la Música. Según su declaración, su papel era de mediador entre las dos partes –“árbitro y amigable componedor”, precisó- en relación a las obras internas del Palau por la amistad que mantenía tanto con Millet como con Ferrovial.
Jaume Camps: el abogado de Millet y de Ferrovial tira balones fuera
Camps llegó a figurar como imputado en el caso Palau pero los presuntos delitos prescribieron. Negó la mayor parte de las reuniones con Millet y Buenaventura que le atribuyó el fiscal Emilio Sánchez Ulled.
Colom cogió el dinero porque Millet era un “mecenas”
Colom reconoció que recibió un cheque firmado por Millet por un importe de 12,5 millones de pesetas (75.000 euros). Aseguró que destinó este dinero a pagar las deudas del extinto Partit per la Independència (PI), que él mismo lideró antes de integrarse a Convergència (CDC). En cambio, no precisó quién le aconsejó que fuera a ver a Millet –“unos militantes”, se limitó a decir- ni por qué el expresidente del Palau de la Música le extendió el talón sin más.
Colom aseguró que estaba convencido que este dinero lo aportaba Millet de su propio bolsillo, como “mecenas” catalanista, y que nunca supo que correspondía a fondos del Palau de la Música. Por este motivo, dijo que decidió devolver el importe a plazos y que, en la actualidad, ya ha reingresado la mitad del importe. Indicó que algunos exmilitantes del PI le han ayudado.
Para justificar el pago, Millet aportó un supuesto convenio entre la Fundació Palau de la Música y la Fundació Espai Catalunya, una entidad impulsada por Colom aunque nunca se llegó a constituir formalmente. Colom indicó que no firmó ningún convenio, que suponía que Millet falseó el documento para justificar la entrega al del dinero.
Colom no desveló ninguna de las incógnitas: quién le dijo que fuera a ver a Millet y por qué este le dio 12.500 euros para pagar las deudas de un partido liquidado.
Como curiosidad, la presidenta del tribunal, Montserrat Comas, el preguntó cuál era su presión; “Soy maestro”, respondió quién fue secretario general de ERC, presidente del PI y, hasta hace poco, máximo responsable de la Fundació Nous Catalans, otro de las entidades en la órbita de Convergència.