Andorra condena a Arantxa Sánchez Vicario por acusar a su familia de robarla
La mejor tenista española de todos los tiempos tendrá que pagar las costas del juicio en Andorra en la que acusó a su padre y a su exabogado Bonaventura Castellanos de expoliar sus bienes
Arantxa Sánchez Vicario tendrá que pagar las costas del juicio en Andorra en el que denunciaba a sus padres y a su exabogado Bonaventura Castellanos de robarla. Arantxa denunció a su familia y en Barcelona y en Andorra para pedirle que le devolvieran el dinero que supuestamente había desaparecido de sus cuentas. Pero la justicia no le ha dado la razón.
Tanto el juzgado de Barcelona como el de Andorra han rechazado sus demandas. Además, el Tribunal de Corts de Andorra, el máximo tribunal del país, ha dado la razón a su entorno y ha condenado a Arantxa a pagar a su exabogado las costas del juicio, según consta en el auto al que ha tenido acceso este diario.
La mejor tenista española de todos los tiempos ganó 17 millones de dólares, según Prize Money, y se calcula que obtuvo otros 13 millones en patrocinios, para un total de 30 millones de dólares. Pero Arantxa asegura que ganó 45 millones y que su padre y su exabogados crearon una estructura financiera para robarle su dinero.
Piso recuperado
Arantxa Sánchez Vicario llegó a un acuerdo extrajudicial con sus padres para que le devolvieran uno de los pisos que la tenista les había dejado para el disfrute de verano. La excampeona del tenis internacional quería echar a sus padres de casa pero, finalmente, aceptó dejar a sus progenitores en su piso de la avenida Diagonal en Barcelona pero exigió la devolución de la residencia de S’Agaró.
La devolución de la vivienda ha llegado estos días y Arantxa ha sumado el piso a su patrimonio inmobiliario que constaba de 17 propiedades en el momento del juicio contra sus padres y del libro en el que relataba todo su drama. Desde entonces, la tenista se ha desecho de su casa en Esplugues y ha adquirido un piso de lujo en Miami, según asegura su entorno íntimo.
El archivo de la denuncia de Arantxa Sánchez Vicario contra sus padres y su abogado asegura que las estructuras financieras creadas por su exasesor Bonaventura Castellanos estaban destinadas a preservar la fortuna de la tenista y no a desaparecerla, como denunció Arantxa.
Disputa familiar
Arantxa nunca ha gestionado su patrimonio, explican desde su entorno íntimo. Durante sus días de gloria, la fortuna fue gestionada por su padre. Hoy, esa tarea ha recaído en su marido, Pep Santacana, a quien su familia nunca aceptó. Sus declaraciones en los juzgados dan fe de que nunca se ha dedicado a gestionar su patrimonio y ha confiado en terceros para esas labores.
El origen del conflicto familiar se remonta en una inversión realizada por el padre de Arantxa, Emilio Sánchez, que invirtió 2,2 millones de dólares de Arantxa en la estadounidense estafa piramidal de Madoff.
El 13 de febrero del 2006, el padre retiró del Banco de Luxemburgo 3,5 millones de euros de una cuenta que servía de contraaval a un depósito del Banc Sabadell para hacer frente a una posible sanción de Hacienda. Emilio asegura que no se percató, pero ese movimiento desencadenó una demanda del Banco de Luxemburgo a Arantxa que terminaría por costarle dos millones de euros en intereses.
Ese movimiento financiero es el que hoy trae de cabeza a Arantxa, que aún arrastra las consecuencias de su deuda con Hacienda. El entorno de la familia asegura que el padre, hoy aquejado de alzhéimer, cometió errores en la gestión del patrimonio de Arantxa pero aseguran que jamás tuvieron la intención de robarla ni mucho menos de derrochar su dinero.
El detonante
Pero el deterioro de la relación de Arantxa con el resto de la familia tiene un detonante: su marido, José Santacana. Carismático y de trato amable, supo ganarse el amor de Arantxa muy rápidamente.
«Trabajaba con el subastero Guindulain y le pedía prestados coches de lujo, Ferrari y Porsche, para ir a buscar a Arantxa al aeropuerto con un ramo de flores. La conquistó enseguida», explica un investigador contratado por los padres para averiguar el pasado empresarial del entonces pretendiente.
Hoy Santacana es el que gestiona la fortuna de su mujer y podría estar detrás de toda la ofensiva de Arantxa contra su familia que ha acabado sin buenos resultados para la tenista. Hasta ahora, sólo ha recuperado el piso de verano de sus padres en S’Agaró. El proceso ha sido duro y tortuoso para la mejor de las tenistas españolas de todos los tiempos. Tanto, que ha decidido alejarse en Miami, en un nuevo entorno, alejada de las querellas y de la familia a quien ahora no quiere ver.