La ANC admite que la guerra de Ucrania es «un riesgo» para lograr apoyos a la secesión
Paluzie reconoce en una conferencia que la vinculación entre conflictos territoriales y violencia perjudican a la causa catalana, y llama a una "defensa clásica" de la autodeterminación desde un "nacionalismo integrador"
La Assemblea Nacional Catalana (ANC), uno de los entes dentro del independentismo que más promociona la causa en el exterior y con más alianzas con la actual Generalitat de Cataluña, acepta que la guerra de Ucrania entraña un «riesgo» en su estrategia de internacionalizar el procés. «En un momento inicial, nos ha podido perjudicar», reconoce su líder, Elisenda Paluzie.
La presidenta de la organización independentista que coordina las manifestaciones de la Diada detalla que el escenario internacional recrudece las posibilidades de recabar apoyos exteriores, y ha ejemplificado con la guerra de Ucrania. Más allá del drama humanitario –que ha condenado–, insiste en que esto vincula a los «conflictos territoriales» con la violencia.
«Es verdad que asociar los procesos de autodeterminación o los conflictos territoriales a limpiezas étnicas, violencia o guerras no es el escenario para el caso catalán, que tiene unas características muy diferentes», comenta Paluzie en la charla online Cataluña y la defensa del derecho de autodeterminación: el frente internacional.
La líder de la ANC defiende que la posición del independentismo tiene que basarse en la «defensa clásica» del derecho de autodeterminación, basado en un «nacionalismo integrador», que se apoye también en las «razones históricas fundamentadas»: «No solo tenemos derecho por la historia, sino que también tenemos las mayorías».
Paluzie: «El 1-O hicimos las cosas muy bien»
Además, cree que el independentismo sufre una pérdida de ventaja, conseguida tras el referéndum ilegal: «El 1-O hicimos las cosas muy bien y teníamos a la opinión pública a nuestro favor, que mayoritariamente se sensibilizó y se dio a conocer de la mejor manera posible: una gente que ha decidido hacer un referéndum para votar y una policía que les está pegando».
«El gran error fue que no mantuvimos esta actitud, de ir haciendo pasos rápidamente aguantando la posición y acompañando a las decisiones políticas de desobediencia civil no-violenta, de la resistencia de la población, no haber aguantado la posición, porque entonces esta opinión pública la habríamos podido incrementar», prosigue la líder de la organización independentista durante el coloquio.
Además, ha asegurado que el mantenerse de forma firme hubiera permitido recabar más apoyos: «Si Estado hubiera respondido con más violencia, ya había muchos gobiernos que primero el 1-O ya lo hicieron de forma discreta, y que probablemente lo habrían hecho de forma más pública, si esto hubiera continuado».
La supuesta ‘presión militar’ de España
En la charla, el exsecretario general del Diplocat, Albert Royo, defiende que España ha incrementado su presencia militar en las Repúblicas Bálticas –Lituania, Letonia y Estonia– en la operación que la OTAN lleva a cabo para el control del espacio aéreo «para hacer frente a posibles incursiones de aviones rusos» para silenciar pronunciamientos favorables, según sus palabras utilizadas.
Royo asegura que varios dirigentes de estos países se pronunciaron a favor de la autodeterminación catalana, que sus posiciones «tenían muy buena acogida», y cita una entrevista a la Agencia Catalana de Noticias. En dicha pieza informativa, el primer ministro de Lituania, Algirdas Butkevicius, aseguró que estaba contento de que las naciones bálticas «inspiraran» a Cataluña.
«Por primera vez, el Gobierno español envía aviones, y después tropas y material armamentístico, y esto ha ido in crescendo y ha cortado en seco cualquier tipo de apoyo explícito», añade el ex dirigente de la Generalitat independentista. Además, cree que esto explica que España esté tan implicada en el despliegue defensivo de la OTAN en estos países, «que se pueden sentir amenazados por parte de Rusia».