El empresario Alexander Dmitrenko, acusado de espía ruso y relacionado con Puigdemont, consigue la residencia española
Dmitrenko, afincado en Barcelona y muy integrado en la sociedad catalana, asegura haber visto a Puigdemont en una sola ocasión durante cinco minutos en Ginebra
El empresario ruso Alexander Dmitrenko afincado en Barcelona, acusado de ser espía ruso y de facilitar supuestos contactos con el Kremlin al entorno de Carles Puigdemont , ha obtenido la residencia permanente en España hasta 2032, según ha podido acreditar El Mundo.
Dmitrenko, muy integrado en la sociedad catalana, ha conseguido la residencia después de que las autoridades españolas le negaran la nacionalidad española alegando que es un espía ruso. Una acusación que siempre ha negado, asegurando que simplemente es un empresario que quiere promocionar las relaciones comerciales y culturales entre Rusia y Cataluña. De mientras, el empresario resta a la espera del recurso que presentó contra el Ministerio de Justicia por no concederle la nacionalidad.
La residencia española, junto con el visado de cuatro año que Estados Unidos le ha concedido a Alexander Dmitrenko, suponen un zarpazo para el antiguo jefe de gabinete de Puigdemont, Josep Lluís Alay, y para su abogado, Gonzalo Boye, que intentaban responsabilizar al empresario ruso de la polémica que se ha creado estas últimas semanas sobre las presuntas relaciones de Puigdemont y su entorno con el Kremlin para buscar apoyo al independentismo catalán.
En una entrevista reciente para la CadenaSer, el empresario ruso aseguró que solo vio al expresident de la Generalitat en una ocasión durante cinco minutos en Ginebra.
Por otro lado, En recientes entrevistas, Alay ha reconocido tres viajes a Moscú en 2019 y 2020 y la relación con diferentes personalidades rusas. No obstante, ha negado buscar el apoyo del Presidente ruso, Vladimir Putin, en el marco del independentismo catalán.
El 3 de septiembre de 2021, el jefe de la oficina de Puigdemont, afirmó en una entrevista para TV3 que «no era ningún delito hablar de cosas que pueden interesar de cara a una futura Cataluña independiente», según recoge el mismo diario. Ese mismo día, la oficina de Puigdemont emitió un comunicado afirmando que las actividades internacionales de Alay eran legales y tenían como objetivo la resolución del conflicto político entre Cataluña y España.
La apuesta del parlamento europeo por investigar el papel que ha tenido el Kremlin en el ‘procés’ y en el referendum ilegal del 1-0 de 2017 ha provocado que Alay negase todo tipo de apoyo ruso para afrontar el independentismo catalán, asegurando que sus gestiones en Rusia respondían a meras cuestionas académicas o al interés medios rusos en entrevistar a Puigdemont en vísperas de la sentencia del ‘procés’, en octubre de 2019. Si Bruselas acaba confirmando que si existe esta supuesta relación del nacionalismo catalán con el Kremlin, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea podría negarle a Puigdemont la inmunidad como eurodiputado, que le permitiría volver a España.
La guerra entre JUNTS y ERC
La polémica sobre las supuestas relaciones de Puigdemont y su entorno con el Kremlin desató una guerra entre Junts per Catalunya y ERC por las declaraciones del portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, en las que aseguraba que Puigdemont y su entorno se creían «señoritos que paseaban por Europa reuniéndose con gente equivocada porque se creían que eran James Bond».
Las declaraciones de Rufián no gustaron a los postconvergentes, que exigieron su desautorización en el Congreso por utilizar «un tono despectivo que no es propio de la política, en el fondo y en las formas», según señaló el presidente de Junts en el Parlament, Albert Batet. Ni la disculpa del portavoz republicano logró la paz entre los socios de gobierno.