Alerta máxima en la región donde se busca a los presuntos autores de la matanza de ‘Charlie Hebdo’
El ministro del Interior confirma que hay nueve detenidos y que las víctimas han reconocido a Saïd Kouachi como uno de los autores del atentado
El norteste de Francia, la región que hace frontera con Bélgica, está en alerta máxima. El nivel de seguridad en la zona está por encima del escarlata, el color con el que este miércoles el Gobierno galo denotaba el blindaje y la premura en buscar y capturar a los hermanos Kouachi, los presuntos autores del atentado en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo, a quienes las radios de Estado Islámico y la rama nortafricana de Al Qaida ha nombrado «héroes» este jueves.
En ese departamento, Saïd Kouachi (34 años) y de su hermano Chérif (32 años) habrían abandonado el vehículo con el que consiguieron salir de París tras perpetrar la matanza y eludir a las fuerzas de seguridad de la República durante más de 24 horas. Un Renauld Clio claro que han abandonado «visiblemente» en una estación de tren, según Le Figaro, sin dejar nada dentro. En el primer vehículo que usaron a uno de los hermanos se le cayó un documento con el que le han podido identificar.
Dispositivo de más de 88.000 agentes
El dispositivo está formado por más de 88.000 miembros de distintos cuerpos de seguridad que se han desplegado por el territorio, ha informado el Ministerio del Interior. Otras 9.650 personas han sido movilizadas en Ile de France, París y su área metropolitana, por si los dos presuntos terroristas conseguían eludir de nuevo a las autoridades.
Los agentes vigilan especialmente una zona de casi 20 kilómetros entre las ciudades de Crépy-en-Valois, en la región de Oise, y el municipio de Longpont, que se encuentra en la vecina Aisne. Alertan a la ciudadanía de que los hermanos Kouachi, además de encapuchados, van fuertemente armados con kalachnikov y lanzacohetes.
Nueve detenidos
El ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, ha comparecido a media tarde del jueves para confirmar que hay nueve detenidos por el atentado a la revista satírica. Las autoridades han interrogado a más de 90 testigos, quienes habrían reconocido a Saïd Kouachi «en una fotografía» como uno de los atacantes a la publicación.
El ministro ha afirmado que Kouachi, «habitante de Reims» y «sin empleo», nunca «pudo ser condenado por la participación o colaboración en los asuntos de su hermano», un yihadista conocido por los servicios antiterroristas de la República.
Sin relación con el tiroteo de Montrouge
Cazeneuve también ha remarcado que las autoridades no han podido relacionar el asalto a Charlie Hebdo y el tiroteo de unos agentes en la localidad de Montrouge. «La sucesión de dos dramas de extrema violencia, dirigidos tanto contra la libertad de prensa como contra la policía, propician la condena del Estado republicano y reclamna una reacción de una extrema firmeza», ha añadido.
El Gobierno francés también intenta apaciguar los ánimos en el país tras una oleada de violencia en la que se enmarca tanto el tiroteo en Montrouge, donde ha fallecido una agente de policía y otro está herido de gravedad; como la explosión de un artefacto en un restaurante de kebab cercano a la mezquita de la localidad de Villefranche sur Saone o el ataque a varios centros de culto.
Concentraciones de rechazo
Los franceses han salido de nuevo a la calle este jueves para mostrar públicamente su rechazo al atentado, el más sanguinario de los últimos 40 años en el país vecino. Es la segunda jornada en la que las plazas de las principales ciudades del país se llenan de mensajes de solidaridad con las 12 víctimas mortales y los otros 11 heridos. Incluso la Tour Eiffel se ha apagado la noche de este jueves en señal de duelo.
Los partidos de izquierda han convocado una marcha republicana este sábado para condenar el atentado y a ella se ha unido el principal partido de derechas del país, UPM de Nicolas Sarkozy, y la formación Union des démocrates et indépendants (UDI).
La protesta no ha eludido la polémica. Front National, el partido de Marie Le Pen, ha denunciado que ha sido excluido de la marcha.