«Las élites españolas nunca han apostado por un gobierno no nacionalista en Cataluña»
Economía Digital entrevista al presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, donde insiste en que el constitucionalismo tiene que dar la batalla para ganar en las urnas
El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández (Tarragona, 1976) tiene claro que el constitucionalismo se debe de reagrupar en torno al Partido Popular para derrotar al independentismo.
«El constitucionalismo tiene que tener voluntad de ganar». Esa es la próxima batalla que se tiene que dar frente al nacionalismo, según el hombre fuerte de Pablo Casado en Cataluña. «Las élites españolas nunca se han marcado como objetivo un gobierno no nacionalista en Cataluña. Siempre se han marcado el ‘pasteleo’ con los gobiernos nacionalistas de turno y así no se ha ido a ningún sitio», explica.
Para Fernández, lo principal es que sólo desde la Constitución se hallará una fórmula de convivencia en Cataluña porque «no podemos estar votando estatutos cada dos días», destaca.
Economía Digital entrevista a uno de los diputados más temidos por el independentismo porque «a veces, la ironía es la mejor manera de retratar a unos adversarios políticos que han hecho mucho daño pero que a la vez tienen un punto cómico».
Pregunta.- ¿Qué le parece que el Gobierno critique la decisión del TC sobre el estado de alarma?
Respuesta.- Es grave porque al final pasa a ser a una estrategia de deslegitimación de las instituciones democráticas españolas que sólo estaban aplicando en el caso del proceso separatista, pero vemos que ya forma parte de una estrategia global y da la sensación de que este intento de desprestigio del Poder Judicial forma parte de una estrategia perfectamente premeditada.
P.- ¿Cómo valora el fallo del Constitucional?
R.- El fallo nos marca una jurisprudencia sobre lo que se debe y no se debe hacer, como sucedió con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut de Cataluña. También es una mala noticia, sobre todo, para Pedro Sánchez porque limita sus planes perversos con la Ley de Seguridad Nacional. El TC le deja claro lo que no puede hacer y se va a tener que guardar sus aspiraciones semiautoritarias.
P.- ¿Qué clarifica la Ley de Pandemias del PP?
R.- La clave de esta propuesta es evitar los agujeros negros que ha habido como, por ejemplo, la colaboración entre gobiernos autonómicos y el gobierno central. No ha funcionado adecuadamente.
Nosotros planteamos la necesidad de adaptar nuestra legislación a escenarios que hasta ahora era inimaginables, pero que requieren de un cuerpo legislativo para estar a la altura de las circunstancias por si se vuelven a producir situaciones excepcionales. Esperemos que no sea así, pero tenemos que estar prevenidos.
Sobre los indultos: «Sánchez quiere pasar página de un asunto que en el fondo le avergüenza»
P.- ¿Cómo interpreta que Sánchez cese al ministro que tramitó los indultos?
R.- Afortunadamente, y de cara a mi propia salud mental, no estoy en el cerebro de Pedro Sánchez. Sin embargo, creo que hay una especia de ‘excusatio non petita, accusatio manifesta’. Es decir, está reconociendo que quiere autoenmendarse y pasar página de un asunto que en el fondo le avergüenza. De ahí que haya fulminado también al adalid de la mesa de diálogo, como es Miquel Iceta. El reconocimiento de esta política estaba siendo un desastre para Sánchez.
P.- El PSC dice ahora que es legal el mecanismo que plantea la Generalitat para pagar las fianzas del Tribunal de Cuentas
R.- Es tan legal como que alguien condujera sin seguro, tuviera un accidente y a posteriori exigiera que el pueblo le cubriera su prudencia y los costes de la irresponsabilidad que ha cometido. Es cierto que las empresas pueden tener mecanismos que puedan prevenir determinadas situaciones, pero jamás se han hecho a posteriori de cometer un supuesto delito, ni a medida para 34 personas. Es un atentico escándalo. Quien cometa un delito que se pague su abogado y la fianza de su bolsillo.
P.-¿Cuál es el papel de Salvador Illa y del PSC en Cataluña?
R.- El papel del PSC en Cataluña es un papelón histórico. Es un partido que ha tenido oportunidades de sumarse al constitucionalismo y por desgracia siempre ha preferido el papel de muñidor de acuerdos con el separatismo. Al final han acabado perjudicando gravemente a Cataluña.
Salvador Illa ha logrado muchísimos votos del constitucionalismo, pero los ha utilizado para acercarse de nuevo al separatismo. Es la historia del PSC. En campaña, Illa no dijo que iba a haber indultos, ni acuerdos, ni mesa de negociación con ERC, si lo dice hubiera sacado menos votos que yo.
P.- ¿Habrá nuevos presupuestos catalanes?
R.- Lo normal y lo deseable es que los hubiera, pero van a estar marcados por la agenda de la CUP, con lo cual no sé si es muy deseable. Veremos si tienen la capacidad para llegar a esos acuerdos. Si vuelven a ser unos presupuestos condicionados por la CUP serán otro desastre con más impuestos, destrucción de empleo y unas prioridades de gasto totalmente alejadas del mundo occidental.
P.- ¿Existe alguna posibilidad de renovar los órganos constitucionales con el PSOE?
R.- Si el PSOE respondiera al mandato constitucional y al poder que debe tener el poder legislativo en el equilibrio y la garantía del orden constitucional podría ser, pero hace tiempo que Pedro Sánchez ya sostiene, se le escapó en una entrevista en Italia, que los acuerdos con el PP no están en su agenda.
Mientras insistan en meter caballos de Troya en los órganos de la Justicia que tengan como misión destruir el orden constitucional, el PP no se sumará a eso. El PP no ha cambiado, ha defendido la misma postura que en el pasado le permitía llegar a acuerdos con el PSOE sin problema. El que ha cambiado de postura y ha roto el tipo de acuerdo al que se llegaba ha sido el PSOE.
P.- Volviendo al Tribunal de Cuentas, ¿Cómo ve que el Govern quiera pagar las fianzas con los fondos al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA)?
R.- El PSOE y Pedro Sánchez aseguraron que los indultos iban a traer distensión y reconciliación y lo que han traído es un aumento de la tensión verbal por parte de Pere Aragonès y que se recochineen diciendo que lo van a volver a hacer y, de hecho, esto de hacerlo a cargo del FLA demuestra que tienen intención de volver a hacerlo todo porque por desgracia ya habían pagado con dinero del FLA cosas que luego se han visto en los tribunales de Justicia.
«Una sociedad moderna no puede estar votando estatutos constitucionales cada dos días»
P.- ¿Cómo vería un nuevo Estatut votado en referéndum?
R.- Una sociedad occidental moderna no puede estar votando estatutos constitucionales cada dos días. Creo que el Estatuto de Cataluña, que puede gustar más o menos, una vez que hay una sentencia del Constitucional que marca su legalidad desde hace una década está vigente. No podemos volver a abrir ese melón porque no va a traer nada nuevo.
P.- ¿Cuál es a solución del PP al llamado conflicto catalán?
R.- La Constitución. Si algo demuestran los últimos 300 años de la historia de España es que el período más largo de prosperidad es el que trae la Constitución. La solución está en la Carta Magna y no fuera y también en sus propios mecanismos de reforma y no en los que no estén.
Si hemos sido capaces de construir un mecanismo que funciona y que ha funcionado 40 años, ¿por qué tenemos que destruirlo y volver a otros que no solo no han funcionado, sino que han acabado como el rosario de la aurora? Volvamos al origen para hacer algo contemporáneo y distinto, pero siempre volviendo a lo que mejor nos trajo nuestra historia reciente.
P.- ¿Qué va a pasar con Puigdemont?
R.- Tengo la sensación de que le van a hacer una reforma del delito de sedición a medida para que pueda volver en loor de multitudes.
P.- ¿Y qué hará el PP?
R.- Lo que hemos hecho siempre, con todos los mecanismos políticos, sociales y legales, oponernos a una decisión de esas características, evidentemente.
P.- El PSC achaca al PP una sensación de bucle por la recogida de firmas del Estatut y ahora por los indultos, ¿Cómo puede el PP romper este bucle? ¿Tiene el constitucionalismo que encontrar nuevas fórmulas?
R.- Es muy importante no confundir la anécdota con la categoría. Creo que las firmas son una anécdota al lado de lo realmente importante y es que el Estatut se redacta en el marco del Pacto del Tinell que es un acuerdo que se redacta con la clara voluntad de romper el espíritu constitucional de que las grandes decisiones de España las teníamos que tomar entre todos.
El Estatuto nace ya con la mala voluntad política de romper la Transición. Lo importante no eran las firmas, sino el recurso ante el TC porque una de las cosas inconstitucionales que llevaba ese Estatut es la desaparición de la justicia española
de Cataluña y convertir el Poder Judicial en un poder sometido al dictado del político, algo que, otra parte, quiso hacer Puigdemont con la Ley de Transitoriedad.
Cabe recordar que Puigdemont fue nombrado máxima autoridad judicial de Cataluña. Ni Putin se atrevería a tanto. La única vía para solucionar esto es la firmeza democrática y la Ley, sentarse todos juntos y, si fuera necesario, reformar juntos la ley con el mismo consenso con el que se llegó a la CE. Esa es la propuesta del PP y no nos vamos a mover. Es muy importante mantener los principios y los valores constitucionales y al final creo que el tiempo nos dará la razón.
P.- En esta dinámica, ¿Cómo se reconfigura el espacio constitucionalista? ¿Cuál es la propuesta del PP catalán para liderar este efecto?
R.- Aprendiendo de los errores cometidos y reilusionando al electorado constitucionalista que se siente catalán y español.
P.- ¿Cuáles son los errores cometidos?
R.- La historia del constitucionalismo en Cataluña es la historia de una eterna decepción. El primero en decepcionar fue Pascual Maragall que prometió ser una alternativa al ‘Pujolismo’ y cuando fue presidente, después de haber sido un buen alcalde de Barcelona, acabó siendo más nacionalista que el propio Pujol.
La segunda decepción es que mucha gente se sintió desprotegida por parte de mi partido sobre el proceso separatista y la tercera fue Ciudadanos ganando unas elecciones para marcharse a Madrid al cabo de dos días. El resultado es una desmovilización sin precedentes del electorado constitucionalista en estas últimas elecciones.
Entiendo que la gente esté decepcionada y mi labor ahora es recuperar esa ilusión perdida reconociendo los errores cometidos, haciendo propósito de enmienda y reilusionando a todo este electorado con la idea de que la convivencia entre catalanes y el resto de los españoles es posible.
P.- Y en medio de todo esto, parte del empresariado apoyando los indultos en el Cercle d’Economia. ¿Le ha sorprendido?
R.- A mí no. Tienen derecho a pensar lo que les dé la gana. Veo cierto ánimo de pelotear al Gobierno y no deja de ser comprensible porque si desde Moncloa vinculan la llegada de los fondos europeos con ciertas actitudes políticas…
P.- ¿Es de lo que piensa que tres son multitud (PP, Cs y Vox)?
R.- Es evidente que cuando el espacio de centro derecha liberal se divide la izquierda gana y cuando ese espacio se aglutina en torno al PP ese espacio gana. Donde se ha dividido ha terminado fatal y donde se ha reagrupado, como en la Comunidad de Madrid, ha sido una victoria contundente. Creo que el electorado también tiene que tomar nota de lo que es útil y operativo para evitar que el separatismo y la izquierda gobiernen.
«Tenemos que construir un instrumento en torno al PP para derrotar al separatismo en las urnas»
P.- ¿Cuáles son las tres batallas que debe dar el PP en los próximos años en Cataluña y también desde el constitucionalismo?
R.- Las élites españolas nunca se han marcado como objetivo un gobierno no nacionalista en Cataluña. Nunca. Siempre se han marcado el ‘pasteleo’ con los gobiernos nacionalistas de turno y así no se ha ido a ningún sitio. Por tanto, lo primero que hay que hacer es tener voluntad de ganar. El objetivo en su momento fue pactar con Convergencia y nunca ha habido una estrategia clara para ganarles sino para masajearse mutuamente.
La segunda cuestión para lograrlo es el fortalecimiento del Estado en Cataluña. No puede ser que el Estado haya desaparecido completamente de Cataluña, que es lo que les ha hecho verse con ánimos para volver a lanzar su desafío independentista.
Es importante el fortalecimiento del constitucionalismo como movimiento. El independentismo tiene recursos ilimitados y plataformas mediáticas ilimitadas. El constitucionalismo ahí no tiene nada. No hay ningún incentivo, salvo los principios y valores, mientras que para ser independentista sabes que te van a regar de dinero, influencia y lo que tú quieras.
Si desde la política española no hay una política de fortalecimiento del constitucionalismo va a ganar siempre el nacionalismo.
Cs estuvo a punto y les faltaron dos escaños de provocar un cambio político en Cataluña, pero no persistieron. Creo que hay que aprender la lección conjuntamente porque todos hemos cometido errores. Tenemos que construir un instrumento en torno al PP para recuperar la posibilidad de derrotar al separatismo en las urnas. Nunca se ha planteado enserio y ya toca.
P.- Este fin de semana se celebró la Convención Nacional de Cs y han decidido dejar de tener al PP como socio preferente, ¿Cuál es la relación actual del PP con Cs?
R.- Hombre, después de la moción de censura en Murcia y de todo lo demás no me esperaba que nos tuvieran como socios preferentes. Si eso es socio preferente cómo será un enemigo. (Risas) Cs es una formación política que tiene todo el derecho del mundo a cambiar de ideología en cada congreso.
P.- Cuba, Marruecos, Biden, ¿Cómo se mejora la imagen internacional de España?
R.- La política exterior española vivió una edad dorada que empieza con la UCD porque la entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE) y la entrada en la OTAN se consolidan con el Gobierno de Calvo Sotelo. Después, el Gobierno de Felipe González toma una decisión audaz y meritoria, rompiendo incluso lo que había sido la tradición de su partido, ratificando ambas decisiones haciendo caso a la socialdemocracia europea de Olof Palme y rompiendo cualquier lazo con la Unión Soviética.
También de la mano del Rey de España y esto tiene consecuencias extraordinarias que van desde la organización de los Juegos Olímpicos, de exposiciones universales, a convertir a España en la sede de las conferencias internacionales de paz más importantes del mundo.
El siguiente paso lo da Aznar con la reapertura de España hacia el atlantismo. España como la gran puerta de Europa hacia Iberoamérica y España como canal de comunicación prioritario entre Estados Unidos y Europa. Esto provoca
que vivamos a principios del S.XXI una época dorada en prestigio internacional. Pero Zapatero lo empieza a liquidar con las decisiones estrambóticas que toma.
El PP recupera este pulso y ahora lo que hace Sánchez es reincidir en una política de alianzas no occidentalistas sino bolivarianas y en la ruptura de la posición estratégica de España en temas fundamentales. Hemos hecho el ridículo con el tema de Marruecos, con nuestra relación con Estados Unidos y con una posición inmoral de defensa de un régimen dictatorial como el que hay en Cuba. Tendrá que volver el PP al Gobierno de España para recuperar los grandes hitos de la política exterior.
P.- Normalmente utiliza la ironía para hacer pensar a sus adversarios, pero ¿Qué es lo más irónico que ha visto en estos meses en el Parlament?
R.- No, irónico poco, cómico mucho. Con todo el respeto, Quim Torra era un meme andante. Se prestaba a todo tipo de bromas porque él mismo tenía una comicidad en sus expresiones. Ocurre también con Laura Borrás por la sobreactuación que tiene a veces. En un escenario así, a veces la ironía es la mejor manera de retratar a unos adversarios políticos que han hecho mucho daño pero que a la vez tienen un punto cómico.
P.- ¿Es de ensalada o chuletón?
R.- Van muy bien los dos juntos. (Risas) A mí el chuletón solo me gusta con LTC, ensalada, tomate, lechuga y cebolla. Todo junto, más que con patatas fritas y la carne, más que al punto, muy poco hecha.