Colau, atrapada en el laberinto del tranvía
ERC veta el tranvía de Ada Colau para forzar la municipalización mientras el PSC ve inviable rescatar la concesión
Catorce años en política son una eternidad. No para Alfred Bosch, líder de Esquerra en Barcelona, empeñado en que el Ayuntamiento de Ada Colau firme un convenio en 2018 para rescatar en 2032 la concesión del tranvía, en manos de dos operadores privados. Con esta exigencia, los republicanos han devuelto al cajón la extensión del tranvía por la avenida Diagonal, proyecto estrella del gobierno de BComú.
El equipo de gobierno quema los últimos cartuchos, al renunciar a su plan de conectar las dos líneas de tranvía actuales (Trambaix y Trambesòs) por el tramo central de la Diagonal y presentar una propuesta de mínimos, con apenas tres nuevas paradas del Trambesòs entre la plaza de Les Glòries y Verdaguer. La propuesta iba en el programa de ERC, pero los de Bosch se desmarcan ahora con el argumento de que beneficiaría al gestor privado de Trambesòs, y piden a BComú que retire del pleno de este viernes el protocolo del proyecto.
En el protocolo del Ayuntamiento y la Autoritat del Transport Metropolità (ATM), que solo se firmará si antes el pleno da el visto bueno, se decide «aumentar la participación de la Administración en la operación del servicio» y «ajustar la tarifa técnica para compensar la inversión pública realizada (…) y la mayor demanda». En público, Esquerra critica las prisas del gobierno de Colau por forzar una votación la prolongación del tranvía este viernes y exige que presente un convenio (de carácter vinculante) en vez de un protocolo de intenciones.
El coste de desprivatizar el tranvía
En privado, a nadie se le escapa que a quince meses de las elecciones municipales se vende caro el apoyo a la promesa más emblemática de BComú en materia de infraestructuras. En este contexto preelectoral, Bosch justifica su obstruccionismo con una defensa de la municipalización del tranvía, en busca de la complicidad de los electores que optaron por Colau por su promesa de rescatar concesiones privadas de servicios públicos.
Rescatar el Tram es «inviable» para el PSC : «Anularía la opción de tener un tranvía»
Sin embargo, municipalizar el tranvía antes del fin de la concesión en 2032 costaría cerca de 400 millones de euros a las arcas municipales, por lo que es una opción «inviable» para Daniel Mòdol, regidor del PSC. «Anularía la posibilidad de tener un tranvía», asegura a preguntas de este medio. Los socialistas apoyan la extensión del tranvía hasta Verdaguer y ven en la prolongación una oportunidad para incrementar la participación pública en la empresa de Trambesòs.
El gobierno de Colau propone que la ATM pague los 200 millones que cuesta alargar el ferrocarril en superficie. Como esta inversión correspondería a los gestores privados, si la asumiera la ATM este organismo público tendría más argumentos para reclamar un mayor peso en el gestor de la infraestructura.
Indiferencia de los votantes de Iniciativa
La última maniobra de BComú en la ofensiva para salvar el tranvía fue la filtración este domingo a varios medios de una encuesta según la cual el 48,7% de los barceloneses estaría de acuerdo en conectar las dos líneas de tranvía actuales. El sondeo, que busca convencer a ERC para que cambie de postura, indica que solo el 18% de los habitantes de la ciudad usarían este medio de transporte de forma habitual, mientras que el 37% lo emplearían a veces.
Apenas cuatro de cada cinco votantes del partido de Janet Sanz defienden la unión de tranvías
La encuesta muestra que el mayor apoyo al tranvía se halla entre los votantes de la CUP (77%), seguido por los de BComú (58,8%) y Esquerra (56,3%). También son mayoritarios los partidarios del tranvía entre los electores de Ciutadans (54,1%) y del PSC (52,1%), mientras que entre los votantes del PP (44,5%) y la antigua CiU (30,1%) son minoría los favorables al proyecto. Curiosamente, solo apoyan el tranvía el 39,9% de los votantes de Iniciativa per Catalunya, el partido integrante de BComú al que pertenece Janet Sanz, la regidora responsable del proyecto.
Un proyecto encallado
La ampliación del Tram es un proyecto envenenado para los alcaldes de Barcelona. En 2008 el socialista Jordi Hereu llevó a votación popular la unión de tranvías por la Diagonal, empujado por ERC, y la mayor parte de los electores dijeron ‘no’. El varapalo de la consulta quemó políticamente al primer edil, que en los siguientes comicios fue relevado por el convergente Xavier Trias.
Colau ha gastado ya dos millones de euros en el proyecto de la unión de tranvías
Tras el mandato de Trias, contrario a la prolongación del tranvía, Colau aterrizó en la alcaldía con la promesa de analizar la conexión en los primeros cien días en el gobierno. De esta promesa han surgido un estudio informativo y un proyecto que han costado dos millones de euros, sin contar los gastos del fichaje de Pere Macias. El expolítico de CiU cobró cerca de 119.000 euros entre 2016 y 2017 por dirigir un proyecto que —salvo sorpresa de última hora— seguirá en el limbo.