Ada Colau hace la vista gorda con la turismofobia de la FAVB

El nuevo gobierno municipal se da de margen hasta septiembre, acabada la campaña turística, para reunirse con la Federación de Asociación de Vecinos de BCN

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“No digas a nadie que has estado en Barcelona”. Es el lema que la Federación de Asociaciones de Vecinos y Vecinas de Barcelona (FAVB) usa desde esta semana para boicotear la llegada de turistas a Barcelona. La FAVB, que fue de la mano del gobierno de Ada Colau durante casi todo el mandato anterior, disfruta ahora de la vista gorda del nuevo ayuntamiento (ahora con el PSC) tras su campaña turismofóbica, cuya conveniencia no abordará hasta septiembre.

Fuentes de la concejalía de Turismo, dirigida por el socialista Xavier Marcé, se desmarcan de las presiones contra los turistas de la FAVB, descontenta con los 30 millones de pernoctaciones que la capital catalana registró en 2018. “Hay que hacerles entender que ésta ya no es la política del Ayuntamiento, a pesar de que en los últimos años se lanzaron de forma constante varios mensajes para demonizar el turismo”, explican a Economía Digital.

Del gobierno monocolor con los concejales Agustí Colom y Gala Pin —ambos de Barcelona en Comú— se ha pasado ahora a una equipo de coalición con el PSC. Y los regidores más beligerantes con los visitantes ya no gobierno. Después de dos semanas en el poder, el nuevo equipo de gobierno ha evitado apoyar a la FAVB pero tampoco ha salido a su paso para censurar nada. Simplemente ha hecho la estatua porque consideran que es una iniciativa de poco alcance.

Nos vemos en septiembre

“Gracias a las quejas durante los últimos años hemos visto las externalidades que genera el turismo, pero es el momento de abrir el debate a nuevos actores; no sólo a los hoteleros y a los vecinos”, dicen.

Desde la concejalía se emplazan al mes de septiembre para reunirse con la FAVB y explicar el modelo de turismo que tratarán de aplicar. Una reunión que ya se celebró, por ejemplo, con Barcelona Global, que el pasado 22 de julio también presentó su modelo de gestión turística para la ciudad.

El nuevo Gobierno municipal cambia el discurso: del decrecimiento a la reordenación del turismo

Menos peso para Turismo de Barcelona y los hoteleros, que ahora deberán compartir protagonismo con el sector cultural, tecnológico, el deportivo o el científico. “Al potenciar esta otra Barcelona, el decrecimiento, si tiene que llegar, llegará solo”, auguran desde el consistorio. No obstante, ordenar las llegadas primará sobre la voluntad de hacerlo decrecer. «Esperamos que todos estemos juntos en esto», señalan fuentes socialistas.

Perdida ya la necesidad de hacerlo crecer, y descartada la opción de hacerlo caer con nuevas medidas restrictivas, la propuesta de la concejalía pasa por convertir Barcelona en un destino aspiracional, de segunda visita, más que pasivo. “El turista debe saber lo que quiere venir a hacer a Barcelona; si lo logramos podremos ordenarlo y cualificarlo”, señalan.

En poco se parece pues el discurso a las demandas de la FAVB. «Hemos querido hacer conscientes a los turistas de que tienen algo que hacer y es no explicar que han estado en la ciudad, no explicar los tesoros que han conocido», propuso la presidenta de la FAVB, Anna Menéndez, esta semana. «Es una campaña que quiere ser llamativa, amable con el turista, no culpabilizarlo pero sí hacerlo consciente de que forma parte del problema», zanjó.

Los tribunales fallan contra Colau

Y mientras el nuevo equipo de Gobierno se desmarca de las tesis más duras de sus antecesores, los tribunales optan directamente por tumbarle su medida estrella. Este mismo miércoles, el Tribunal Superior de Jusiticia de Cataluña (TSJC) anuló la totalidad del Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos (Peuat), el plan con el que en 2017 el Gobierno de Ada Colau limitó la construcción y reforma de nuevos hoteles en Barcelona.

La sentencia da la razón a más de un centenar de hoteleros que pidieron la anulación porque la evaluación financiera y económica fue insuficiente. «Creó inseguridad jurídica (…) fue un desprecio normativo», dice ahora el tribunal.

El Peuat fue una de las primeras medidas de la actual alcaldesa, que a las dos semanas de estrenarse en el gobierno municipal dictó una moratoria de licencias hoteleras. Finalmente, el plan se centró en dos ámbitos: prohibir la construcción de nuevos establecimientos en el centro de la ciudad y tratar de promoverlos en la periferia de la ciudad. 

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