Álvarez de Toledo abre un nuevo cisma en el PP tras romper la disciplina de voto
El PP cambió hace 9 meses el Reglamento del Régimen Disciplinario y de Garantías para sancionar los "desaires" de la diputada
Las declaraciones de la diputada Cayetana Álvarez de Toledo han vuelto a ‘incendiar’ el Partido Popular. Dirigentes de peso y compañeros de filas en el Congreso de los Diputados piden a la dirección su dimisión tras las críticas vertidas contra el partido.
«Desleal», «oportunista» e «ingrata», son los adjetivos que varios dirigentes lanzan en privado contra su compañera Álvarez de Toledo después de que ésta acusase al secretario general del PP, Teodoro García Egea, de hacer «bullying» y ejercer «un mando testosterónico».
Unas declaraciones que la popular realizó mientras su partido celebraba el Congreso de Castilla-La Mancha, este fin de semana pasado, para revalidar a su candidato Paco Núñez y que ella misma «deslució», siguen apuntando a Economía Digital algunos compañeros que trabajan a diario con la diputada.
Todo esto, según desvelan, se habría quedado «en un enfado interno más», sino fuera porque además se permitió airear que votó en blanco en la elección de los cuatro miembros del Tribunal Constitucional. Varios compañeros del Congreso y dirigentes del partido exigen ahora a la dirección que aplique el nuevo Reglamento del Régimen Disciplinario y de Garantías para sancionar a Álvarez de Toledo.
«Tenemos reglas que se activan para todos y funcionarán exactamente igual», informó este martes la portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra. Hasta ahora el partido no se había querido ‘mojar’ en esta cuestión asegurando que «son cuestiones internas», pero la presión de los suyos ha provocado que la dirección tome cartas en el asunto.
Señalar a Génova por «filtrar material incriminatorio» contra la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es la gota que ha colmado el vaso y la paciencia de la actual cúpula de Génova. Hasta el extremo de que altos cargos del partido digan sin reparo que Álvarez de Toledo «tendrá que dar explicaciones».
El PP cambió hace 9 meses el Reglamento para sancionar «sus desaires»
La mayoría de formaciones sanciona la disciplina de voto. La semana pasada se pudo ver en el Congreso cómo una diputada de Podemos, Meri Pita, y uno del PSOE, Odón Elorza, rompieron las normas de sus respectivas formaciones y ahora se enfrentan a sanciones de entre 700 y 1.000 euros, según marcan los estatutos de PSOE y Unidas Podemos.
En el PP también ha habido precedentes de romper la disciplina de voto. Sin ir más lejos, la exdiputada Celia Villalobos votó en contra de la Ley del Aborto y de su nómina se descontaron entre 300 y 400 euros que por aquel entonces reflejaba para dicha sanción el reglamento interno de los populares. Asimismo y en 2015 también se sancionó a cinco diputados ‘díscolos’ que se negaron a apoyar la reforma de la regulación del aborto.
Pero el tiempo pasa y las normas se actualizan, en concreto, hace nueve meses. Los grupos parlamentarios del PP en el Congreso y Senado actualizaron el pasado mes de febrero su código interno para equipararlo al del partido y recoger con claridad las infracciones graves que puedan cometerse.
Fuentes del partido recuerdan que el Reglamento del Régimen Disciplinario y de Garantías se cambió en febrero y fue, precisamente, a raíz de «los desaires» de la diputada, esgrimen.
La dirección nacional contó con la diputada para un único acto durante la campaña de las elecciones catalanas, el pasado 14 de febrero en Barcelona. Apenas unas horas después de conocer el resultado de las urnas, la exportavoz ofreció una entrevista a El Mundo donde señalaba que «Casado ha defraudado las esperanzas depositadas en él«. Todo un revés de ‘fuego amigo’ que la dirección no asumió bien en aquellos momentos con unos duros resultados para el partido en Cataluña.
Acción-reacción. Acto seguido a estas declaraciones, la cúpula comunicó el cambio en sus reglamentos incluyendo, entre otros matices, el actual punto 5 que dice así: «Cometen infracción grave quienes incurran en algunos de los siguientes supuestos: propagar, por cualquier medio, noticias que desprestigien al partido, sean descalificatorias del mismo o de cualquier de sus órganos de gobierno, representación o de los grupos institucionales o personas que los integran».
Asimismo, el partido sanciona «realizar declaraciones y manifestaciones públicas en nombre del partido que comprometan políticamente al mismo sin contar con la autorización expresa del presidente del Comité Ejecutivo que corresponda en sus diferentes ámbitos».
Ahora y tras desvelar que votó en blanco en la elección de los cuatro miembros al Tribunal Constitucional, Álvarez de Toledo se enfrenta a una sanción disciplinaria de entre 500 y 700 euros. Fuentes del grupo parlamentario explican que se ha puesto en marcha este procedimiento, que supone un expediente disciplinario para estudiar si finalmente se sanciona o no a la diputada.
A todo ello se suma durante las próximas semanas la presentación de su libro Políticamente indeseable y que, dadas las primeras pinceladas, promete volver a centrar los ataques y el malestar del resto de sus compañeros de partido.
Algunos parlamentarios ya se han pronunciado en privado asegurando que el libro «se pasa de frenada» y de ahí que seguirán insistiendo en que la exportavoz debe abandonar su acta de diputada «si rema en contra del partido».