La desaparición de las abejas arruinará a la agricultura española
La población de abejas ha desaparecido un 20% en los últimos años, y su extinción ocasionaría un perjuicio de más de 2.400 millones de euros
A principios de febrero los campos de Cañada de Gallego (Murcia) amanecieron con una capa oscura. Eran abejas, millones de ellas, que yacían muertas por la fumigación de unos sembradíos cercanos.
Los insecticidas están aniquilando las poblaciones de abejas, no sólo del país, sino de todo el mundo. En España es un problema grave, porque el 70% de los principales cultivos para consumo humano dependen de la polinización de insectos. Las cifras de la mortalidad de las abejas asusta: en los últimos años la población de este insecto ha desaparecido entre un 20% y un 25%.
Pero no son las únicas víctimas. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente el 24% de los abejorros está en vías de extinción y la mitad de la población de mariposas en las praderas ha desaparecido.
La desaparición de las abejas colapsaría varios cultivos líderes en España
Sólo la polinización de las abejas ya representa un volumen económico muy importante para dejarlo librado a su suerte: Greenpeace calculó que el valor de este insecto en los cultivos es de 2.400 millones de euros en España, y de 265.000 millones de euros en todo el mundo.
España es el principal productor europeo de miel, y el sector emplea a 20.000 personas
En el informe “Alimentos bajo amenaza”, la ONG ecologista precisó que las cinco comunidades autónomas con mayor beneficio económico por la polinización son Andalucía (878 millones de euros), Cataluña (más de 321 millones), Murcia (249 millones), Aragón (194 millones) y Extremadura (183 millones).
La desaparición de las abejas colapsaría la producción de miel. España es el principal productor europeo, y más de 20.000 personas trabajan en el sector.
Pero no es el único campo que tendría repercusiones: el país es el segundo productor mundial de almendras, el cuarto de melocotones y nectarinas y el tercero de fresas. Todos ellos son cultivos que pertenecen a los sectores más frágiles a la falta de polinización por insectos: el de los frutos secos tiene una vulnerabilidad del 34%, el sector frutícola un 18% y el hortícola un 17%.
La UE pone límites a los plaguicidas más peligrosos
Entre los agentes más letales están los neonicotinoides, un grupo de plaguicidas que no sólo afectan a los insectos, sino también al desarrollo del sistema nervioso en los humanos.
La semana pasada la Comisión Europea propuso la prohibición del neonicotinoides, y que otros plaguicidas peligrosos para las abejas como el imidacloprid, la clotianidina y el tiametoxam sólo se usen en invernaderos permanentes, según precisa el documento que ha filtrado The Guardian. Todavía no está dicha la última palabra: este proyecto tiene que aprobarse en la próxima reunión de la Comisión, prevista para el 17 y 18 de mayo.
“La evidencia de que los neonicotinoides dañan a las abejas ha ido aumentando en los últimos años y es incuestionable que los polinizadores son vitales para los ecosistemas y la producción de alimentos”, dice Luis Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace España.
¿Es posible el cambio a la agricultura ecológica?
El uso de los neonicotinoides había sido limitado gradualmente por Bruselas en diciembre de 2013, pero para Greenpeace no es suficiente, y solicita que el ministerio de Agricultura, a cargo de Isabel García Tejerina, plantee la prohibición absoluta de este pesticida, incluso en invernaderos.
Greenpeace plantea que para el 2050 el 100% de la agricultura española sea ecológica
“Si estos peligrosos insecticidas son prohibidos, otras sustancias químicas similares seguirán estando permitidas. La ministra Tejerina debe asegurar que se apliquen estas mismas exigencias a todos los plaguicidas y apoyar decididamente la transición a la agricultura ecológica”, ha añadido Ferreirim
Todavía los altos costes desisten a los consumidores de comprar productos ecológicos, pero para evitar que los plaguicidas sigan aniquilando la población de insectos polinizadores, esta organización ha solicitado al Gobierno que establezca una hoja de ruta para incrementar a 7,6 millones de hectáreas (el 30% de la superficie agrícola española) la superficie dedicada a la agricultura ecológica en 2020, y que antes del 2050 llegue al 100% de los cultivos.