14F: Cataluña mide el ‘efecto Illa’, el porcentaje de independentistas y la división del Parlament
Los ciudadanos de Cataluña acuden a las urnas en un contexto de incierto desenlace. ERC, PSC y Junts pelean por una victoria pírrica condicionada por la alta abstención
La dividida Cataluña vuelve hoy, domingo, a las urnas para renovar el Parlament y para ofrecer su veredicto político respecto a los dirigentes del trastabillado procés y respecto a los gobernantes de la crisis sanitaria.
Tan orgullosos se sienten los socialistas de la labor que han hecho contra la pandemia que Salvador Illa dejó el cargo de ministro de Sanidad hace apenas dos semanas para intentar el asalto a la presidencia de la Generalitat. Llega el momento, al fin, de saber qué hay de cierto del efecto Illa.
Los socialistas aspiran, nada más y nada menos, que a la victoria, la cual se sitúa en torno a los 35 escaños. Ése el objetivo que se ha marcado el PSC después de atravesar toda una década con un máximo de 20 escaños en un Parlament con 135 diputados. De la cuarta fila del hemiciclo a la primera; ese el viaje que se ha propuesto el PSC y que, según el CIS, es posible.
Lo será si los grandes partidos independentistas, ERC y Junts, pierden fuerza después de varios meses pidiendo a los catalanes una hegemonía ampliada, con más del 50% de los votos, para reconducir un procés que transita sobre un camino sin asfalto.
Los duelos del 14-F
Pugnan ERC y Junts con el PSC, por un lado, pero pugnar sobre todo entre ellos por ser la primera fuerza del independentismo en una reedición del duelo de 2017.
En aquella última ocasión, Junts adelantó a ERC en la última curva. ¿Ocurrirá lo mismo ahora? Es una de las grandes incógnitas de esta noche electoral, que vuelve a medir los liderazgos de Oriol Junqueras y de Carles Puigdemont.
Aunque el escenario es incierto, no todo serán sorpresas. No lo será, por ejemplo, que de estas elecciones surja el Parlament más fragmentado de la historia, ni que el resultado final arroje un mapa de difícil gobernabilidad y sin pactos claros.
Hasta nueve partidos tienen opciones reales de obtener representación en el Parlament de Cataluña, puesto que a los grupos ya instalados (Ciudadanos, Junts, ERC, PSC, Comuns, PP y CUP) se añaden dos probables irrupciones, una segura —la de Vox— y otra no tanto —la del Pdecat—.
Cataluña y el horizonte del bloqueo
A lo largo de la campaña se han cruzado los vetos entre los partidos, ninguno tan sonado como el de los partidos independentistas sobre el PSC.
La lógica soberanista ya ha demostrado en los últimos años su capacidad de dirigir a Cataluña hacia el bloqueo, así que la repetición de elecciones ni puede ni debe descartarse después de estas elecciones, por mucho que los partidos insistan en que la crisis sanitaria impone la formación de gobierno.
Antes habrá que ver el resultado que deja un ciclo político en Cataluña sin apenas obra de gobierno y una campaña electoral completamente atípica en la que llegó a estar en el aire la propia fecha de las elecciones.
Sentenció finalmente el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que no debían aplazarse las elecciones por la crisis sanitaria, tal y como planteaban los independentistas, y, al poco, salieron los presos del 1-O de la cárcel en tercer grado para protagonizar un acto tras otro de la campaña.
Pero ni el golpe de efecto de los presos, ni tampoco la frecuente presencia de líderes nacionales en Cataluña llevan a pensar que estas elecciones acaben pasando a la historia con una participación en mínimos históricos.
El factor de la abstención ha sido un enorme quebradero de cabeza para todos los partidos, puesto que ha roto la brújula de muchos. «Con una caída de la participación de 25 puntos no hay encuestas, solo hay brujería», ha comentado irónicamente algún dirigente. Llega la hora de romper el hechizo.