Vuelve el peor temor de la primera ola: los brotes acechan a las residencias
En la última semana se han registrado 134 brotes en residencias de mayores, un 27% más que en la anterior, que afectan a un total de 2.326 personas
La expansión del coronavirus descontrolado por las residencias de mayores en la primera ola de contagios arrasó con las vidas de más de 27.000 ancianos. Ahora, en la segunda, la Covid-19 vuelven a amenazar: en la última semana se han registrado 134 brotes con una media de 17,4 casos cada uno, es decir, 2.326 contagiados en total que suponen un 27% por ciento más que hace una semana.
Las organizaciones empresariales de centros residenciales reconocen que, aunque esas cifras están aún lejos de las registradas en marzo, se vive una «tensa calma». «Aunque pueda surgir algún rebrote puntual, están muy localizados y se están tomando medidas de inmediato y de forma coordinada con los servicios sanitarios», explica a Efe Jesús Cubero, secretario general de la Asociación de Empresas para la Dependencia (Aeste).
«Aunque pueda surgir algún rebrote puntual, están muy localizados y se están tomando medidas de inmediato»
En esta ocasión disponen de material de protección, pero expresan su preocupación por la falta de criterios comunes. Y sobre todo, reclaman test de antígenos y cribajes frecuentes para sus trabajadores. «No hay problema en el acceso a EPI, eso debería reducir el impacto en residencias, pero eso no es suficiente; nos preocupa muchísimo que no hay criterios claros en la realización de pruebas de detección», apunta el secretario general de Lares, Juan José García Ferrer.
Pero en algunos de los centros la situación sí se asemeja al escenario de marzo y abril, como es el caso de algunos geriátricos de Talavera de la Reina, Olías del Rey o Bargas, en Castilla-La Mancha. En concreto, en la residencia Prado de San Gregorio de Sonseca han fallecido seis personas y más de medio centenar están afectados.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, reconoció este viernes la preocupación del Gobierno: «Hemos tenido que hacer más de diez desinfecciones diarias en algunas residencias de toda España. No nos puede volver a pasar lo mismo. Los mayores tienen que ser un punto de preocupación muy especial», aseguró.
Las residencias exigen pruebas periódicas y cribajes para los trabajadores
Tanto las patronales de las residencias privadas (Ceaps y Aeste) como la organización que agrupa a entidades sin ánimo de lucro (Lares) plantean la urgencia de realizar pruebas de detección periódicas en los centros, hacer test de antígenos y cribajes cada semana o diez días a sus trabajadores.
Para el Círculo Empresarial de Atención a las Personas (Ceaps) debe ponerse en marcha de «manera urgente» un programa que ofrezca esos test a las residencias, porque son una herramienta que da «autogestión y rapidez» para detectar casos positivos. Su presidenta, Cinta Pascual, opina que dentro de un mes o dos ya no tendrá sentido. Y propone establecer un sistema, como hacen algunos hospitales, “en los que los lunes todo el personal pase el test y en 15 minutos lo tienes».
«No se puede perder más tiempo en hablar, deben suministrarlos ya, en plena segunda oleada de la pandemia es cuando se necesitan”, insiste.
Efectos secundarios de la pandemia: no mata la covid, mata la soledad
Los responsables de las residencias también advierten de los terribles efectos del aislamiento en la salud de los mayores, y es que los ancianos necesitan la caricia y el contacto del cuidador.
«Con las medidas de aislamiento, la gente no morirá por Covid, pero sí por soledad o por desnutrición; van perdiendo el apetito y con las situaciones de deterioro cognitivo y demencia que padecen el 60 por ciento de los residentes, no puedes encerrarlas en una habitación de 15 metros», afirma el responsable de los centros gestionados por ONG y entidades sociales.
Destaca que «la salud no es solo prevención sanitaria; los mayores siguen siendo los más sacrificados por encima de otros grupos y colectivos y estamos perjudicando su equilibrio emocional». En muchos casos, «somos su familia cuando la familia no está a su lado».
Por el momento, aseguran que no hay problemas de acceso al ámbito hospitalario. «El gran drama que se produjo en las residencias hace unos meses fue que lo sanitario arrolló a lo social, el sistema público sanitario no fue capaz de prestar la atención a los más frágiles, porque priorizó por edad, no llegaron las ambulancias y no hubo una coordinación suficiente; hoy por hoy esto no está pasando», afirma García Ferrer.
Las comunidades reclaman ayuda
Desde Andalucía, organizaciones de mayores han denunciado la situación «crítica» de las residencias, donde solo este martes fallecieron 22 personas por coronavirus, alcanzando el pico diario de fallecidos en esta segunda ola de la pandemia.
En Castilla-La Mancha asciende a 80 las residencias con brotes de covid-19 activos en este momento, en su mayoría en la provincia de Toledo.
En cambio, se estabiliza la situación en la Comunidad Valenciana, donde bajan a 48 (una menos que el día anterior) y se mantiene la cifra de las que están bajo vigilancia, siete. También en Baleares, con casi medio centenar de residentes positivos activos, 21 menos que hace una semana, y cerca de cuarenta hospitalizados.
En Asturias se han detectado casos en 39 residencias de ancianos de las 270 existentes en Asturias -públicas y privadas- en la última semana, con 235 positivos entre residentes y trabajadores.
Se mantiene las visitas de familiares en Castilla y León, que está cerrada perimetralmente. La Junta calcula que los residentes fallecidos rozan ya los 3.000 y hay 59 residentes aislados con síntomas compatibles con la Covid-19.