Unió quiere impulsar la refundación de CiU
Dirigentes del partido democristiano creen que ahora sí pueden liderar un espacio de centro con los restos de Convergència
La situación ha cambiado completamente. Nadie se atreve a pronosticar escenarios de futuro, pero tras la “bomba”de Pujol los dos partidos que han formado históricamente CiU son conscientes de que deben reaccionar con urgencia si quieren mantener un mínimo espacio electoral.
El hecho es que el partido mayoritario, Convergència, difícilmente puede exigir ahora cuentas a su socio, Unió Democràtica. Sin liderazgo interno –justo ahora el coordinador general Josep Rull trata de recomponer los platos rotos– Convergència debería cambiar hasta de nombre para poder resucitar.
En cambio, Unió, un partido pequeño, que nunca ha comprobado su verdadero peso electoral, se ve capaz de refundarse y con esa refundación tratar de mantener el espacio de centro, que ha caracterizado a CiU en las últimas décadas.
Movimiento ciudadano
Uno de los dirigentes que insiste en la propia refundación de Unió es Antoni Castellà, secretario de Universidades del Govern de la Generalitat. Castellà, que aseguró este jueves en una entrevista en Catalunya Ràdio que su opción en el referéndum del 9 de noviembre es la del sí-si, claramente soberanista, defiende también que Unió debe pensar “en los mecanismos de participación ciudadana”.
La idea es que el futuro de Unió, y el de CiU, debe pasar por un “por movimientos ciudadanos que apoyen un proyecto, una ideología, con menos peso de los partidos de carnet”.
Volver a los orígenes
Es decir, Unió quiere liderar un proyecto de centro, de modelo de sociedad, al margen de la posición en el eje nacional, y de lo que pueda ocurrir tras el 9N, teniendo en cuenta que la consulta soberanista difícilmente se podrá celebrar.
Josep Antoni Duran Lleida, presidente del comité de gobierno, que busca cómo dejar el liderazgo del partido, pero sin dejarlo de forma efectiva, ha propuesto una plataforma de debate a partir de noviembre para recuperar el centro político. Y ese proyecto “no choca”, según Castellà, con la propia idea de refundación de Unió. “Hay que repensar y refundar Unió, para volver a los orígenes”, ha asegurado.
El problema es que CiU, con esas siglas o partiendo ahora de Unió, se encuentra inmersa en un debate ideológico. Sea o no una fuerza política netamente independentista, el reto es si puede o no defender un modelo de sociedad que no sea el mismo que el de Esquerra Republicana o el del PSC, con proyectos socialdemócratas.
El caos en CDC
En Convergència eso se vive mal. El coordinador general Josep Rull apuesta por políticas de proximidad, pero orientadas hacia la izquierda, con la convicción, como ha afirmado la portavoz del partido y alcaldesa de Sant Cugat, Carme Conesa, de que en los últimos años se ha decantado en exceso hacia posiciones liberales. Pero dentro de Convergència, el sector liberal presiona para mantener esas posiciones. Por ejemplo: ¿la nueva CiU, o la nueva CDC, defenderán sí o no el impuesto de Patrimonio o el de Sucesiones?
CiU arrastra diversos dilemas. ¿Puede aparecer como una nueva formación tras el proceso de “despujolización” dejando atrás su pasado con el lastre de ser una formación que ha abusado de las redes clientelares, de su labor como lobby económico, de su excesiva relación con los poderes económicos?
Posiciones liberales
Unió cree que sí, que ahora toca una refundación, con una apuesta por la regeneración democrática, sin nombramientos a dedo, con transparencia sobre sus relaciones con los actores económicos, y desde la defensa de posiciones liberales. Y se defiende, con nuevos nombres como el del propio Castellà, o con el actual conseller Ramon Espadaler, que si el espacio existe hay que acometer un esfuerzo, con lo que quede de Convergència.
¿Está Convergència en eso? Es lo que debe dirimir Josep Rull, de acuerdo, también, con el President Artur Mas.