Un estudio recomienda fugarse al pueblo para protegerse del coronavirus
Un estudio sugiere que permitir algunos movimientos unidireccionales a pueblos poco poblados puede dificultar la propagación del coronavirus
Las restricciones de viajes para frenar pandemias no siempre son la mejor estrategia. En los últimos meses se ha prohibido en varias ocasiones la movilidad entre ciudades o incluso se ha decretado la drástica medida del confinamiento domiciliario para frenar el coronavirus. Pero algunos estudios recientes sugieren que permitir algunos movimientos puede dificultar la propagación de la enfermedad. Y es que huir de la ciudad abarrotada a zonas menos pobladas con más espacio puede contribuir a frenar la Covid-19.
Estas son las conclusiones de un artículo publicado en la revista Chaos. “Bajo ciertas condiciones, permitir que las personas se muevan de regiones con tasas de infección altas a bajas puede tener un efecto positivo en el agregado”, asegura el documento. “Esto resalta la importancia de considerar políticas de restricción de viajes alternativas a las clásicas”, añade.
Los autores de la investigación compararon los efectos de medidas como las prohibiciones de viajes y los encerramientos en casas con los que tendría el movimiento de personas de las ciudades más grandes a las más pequeñas. La conclusión fue que una “migración unidireccional” a pueblos menos poblados resultaría más efectivo que los cierres de fronteras.
De Madrid a las zonas costeras
“Suponemos que la gente intenta salir de la ciudad para ir a una segunda residencia en una zona rural, con la idea de permanecer allí hasta que la situación se controle”, explican los autores. Y en concreto, el comportamiento observado en España durante la pandemia de Covid-19 fue su motivación. “Vimos como existía un movimiento desde Madrid hacia las pequeñas localidades costeras”, agregan.
“Usando un modelo simple de caminante aleatorio, aquí mostramos que las restricciones de viaje son beneficiosas para las regiones con bajas tasas de infección, ya que de hecho los nuevos casos importados son limitados; sin embargo, esto va en contra del interés del sistema en su conjunto”, indican en el documento Massimiliano Zanin y David Papo, firmantes del estudio.
Para la elaboración de esta investigación, los científicos situaron en su simulación a un grupo de personas en dos lugares diferentes. Llevaron a cabo 10.000 interacciones para determinar cómo era la propagación de la enfermedad entre las personas de los dos lugares cuando la migración era unidireccional de ciudades a pueblos.
En pandemia es preferible vivir en zonas menos pobladas
Los resultados mostraron que, aunque el desplazamiento desde las urbes a las zonas rurales resultaba peligroso para los habitantes de los pueblos, en una situación de pandemia global, la reducción de la densidad de personas en las áreas más densamente pobladas era mucho mejor para la mayoría.
«La colaboración entre diferentes gobiernos y administraciones es un ingrediente esencial para controlar una pandemia, y se debe considerar la posibilidad de hacer sacrificios a pequeña escala para alcanzar un beneficio global».
Por lo tanto, Zanin y Papo proponen que, para controlar la pandemia, se realicen pruebas en las fronteras y se permita la reubicación únicamente de personas sanas, limitando la movilidad de las personas reubicadas, así como también la colaboración entre diferentes gobiernos y administraciones. “El beneficio global se reduce si se permite que las personas regresen a su residencia principal; la clave para contener las pandemias reside, por tanto, en los flujos unidireccionales”, concluyen.