Un conseller de ERC plantea otra vía para ir a elecciones
El conseller de Educación, de Esquerra, propone que, en caso de no aprobar los presupuestos, Torra se someta a una cuestión de confianza en el Parlament
El govern de la Generalitat sigue dando motivos para pensar que es una olla de grillos. Con el debate sobre el adelanto electoral en Cataluña puesto en sordina por los dos socios del ejecutivo, Junts per Catalunya (JxCat) y ERC, conjurados ahora en evitar nuevos choques para evitar que descarrile la Diada, este viernes un conseller de ERC ha lanzado una nueva idea que puede acabar siendo otra vía para acabar en las urnas.
La propuesta la ha puesto sobre la mesa Josep Bargalló, responsable de la cartera de Educación, y consiste en que el president, Quim Torra, se someta a una cuestión de confianza en el Parlament si no consigue aprobar los presupuestos de 2020, que el govern quiere empezar a negociar la semana que viene con el PSC, la CUP y los comunes.
«Si no hay presupuesto tendríamos que poner una moción de confianza en el Parlament», planteó Bargalló en una entrevista en Catalunya Ràdio, en la que advirtió que no sería viable funcionar otro año más con presupuestos prorrogados, como ha pasado en 2018 y 2019, porque habría un «colapso» en las consellerias de Educación, Interior y Salud.
Bargalló es el primer miembro del ejecutivo catalán plantear la posibilidad de que Torra se someta a la confianza de la cámara catalana, que aparece justo cuando ambos socios han aparcado hasta nuevo aviso sus diferencias sobre un eventual anticipo electoral para evitar males mayores.
El precedente de Puigdemont
La vía que plantea Torra tiene un precedente en Carles Puigdemont, que en septiembre de 2016 se sometió a una cuestión de confianza después de que el Parlament tumbara por primera vez los presupuestos de la Generalitat. Puigdemont salvó la pelota de partido gracias al apoyo de la CUP y con un programa que incluía el referéndum que acabaría celebrándose el 1 de octubre de 2018. Eso sí, no tuvo presupuestos, aunque meses más tarde sí logró sacar adelante los de 2017, los últimos aprobados hasta ahora.
En Barcelona, la alcaldesa Ada Colau solo consiguió aprobar las cuentas de 2016 y 2018 vinculándolas a la superación de sendas mociones de confianza, pero ese automatismo posible en el consistorio barcelonés no existe en el Parlament.
En el hipotético caso de que Torra acabara sometiéndose a la confianza y no la consiguiera, el Parlament tendría que nombrar un nuevo presidente. Si, agotados los plazos previstos para cualquier investidura, esta no se produjera por falta de acuerdo, habría que convocar nuevas elecciones.