Susana Díaz se adelanta a Pedro Sánchez con el calendario electoral
La presidenta andaluza convoca elecciones el 2 de diciembre para no verse condicionada por los tiempos de Moncloa
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, concretó este lunes su decisión de adelantar la convocatoria de las elecciones autonómicas. Serán el 2 de diciembre, de tal manera que Díaz se avanza definitivamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien también tiene sobre la mesa un anticipo electoral.
«Andalucía debe seguir teniendo estabilidad y un horizonte despejado. Por eso, deben hablar los ciudadanos y ciudadanas. Acabo de firmar el decreto de disolución del Parlamento de Andalucía para convocar elecciones autonómicas el 2 de diciembre», anunció en su cuenta de Twitter.
#Andalucía debe seguir teniendo estabilidad y un horizonte despejado. Por eso, deben hablar los ciudadanos y ciudadanas. Acabo de firmar el decreto de disolución del Parlamento de Andalucía para convocar #elecciones autonómicas el 2 de diciembre. pic.twitter.com/Tbstp4RFJo
— Susana Díaz Pacheco (@susanadiaz) 8 de octubre de 2018
Andalucía inaugura de esta manera un ciclo electoral que promete continuas llamadas a las urnas (municipales, autonómicas —con la particularidad de Cataluña—, generales y europeas). Este ciclo provoca todo tipo de suspicacias entre los barones del PSOE, que no quieren ver cómo la política de sus comunidades queda contaminada por la política nacional.
Díaz ha sido la primera en marcar su propio terreno con una convocatoria electoral el 2 de diciembre, es decir, cuatro meses antes de la finalización de la legislatura en Andalucía.
El riesgo de una coincidencia con los comicios generales ha acabado siendo un factor tan decisivo como la ruptura del pacto que el PSOE andaluz mantenía con Ciudadanos. Los de Albert Rivera dieron el pacto por liquidado el acuerdo con el PSOE andaluz a principios de septiembre por incumplimiento de las medidas de regeneración democrática.
La presidenta andaluza desactiva con esta convocatoria electoral los trabajos de la comisión de investigación en el Parlamento andaluz sobre el uso de dinero público a través de las tarjetas de la extinta Fundación Andaluza para la Formación y el Empleo (Faffe) en clubes de alterne y, sobre todo, aleja la cita electoral de la sentencia del caso de los ERE, prevista para la primavera de 2019.
El peso de los barones del PSOE
Otros barones del PSOE como Emiliano García-Page (Castilla La Mancha) intentan ahora que Pedro Sánchez no precipite las elecciones generales de cara a mayo de 2019, cuando está fijada la celebración de elecciones municipales en toda España y de autonómicas en casi todo el país. García-Page quiere que Sánchez demore su convocatoria hasta, por lo menos, otoño de 2019 con el propósito indisimulado de que el pulso por Moncloa no intoxique las batallas electorales autonómicas.
El presidente extremeño no es el único que está trasladando a Sánchez la necesidad de espaciar las convocatorias electorales. Esta mismo lunes, el jefe del ejecutivo se entrevistará con el presidente de Aragón, Javier Lambán, quien tampoco quiere que las citas se solapen.
Pero Sánchez maneja sus propios cálculos y sus propios obstáculos. No lo tiene sencillo para sostenerse en el poder, pero va a intentarlo durante al menos un tiempo, tal y como ha demostrado presentando un proyecto de prespuestos. El problema es que la debilidad de su gobierno —apoyado en 84 diputados del PSOE— queda continuamente en evidencia.
Este mismo lunes, Podemos, su principal socio, ha amagado con vetar los presupuestos del Gobierno porque considera que no están a «a la altura». Al margen de Podemos, los socios soberanistas del PSOE tampoco ofrecen ningún tipo de garantía, ya que ERC, Pdecat y PNV exigen compromisos a Sánchez con lo que ellos llaman «derecho a decidir».
En realidad, los independentistas catalanes tampoco están para grandes alegrías, puesto que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, podría verse obligado a precipitar el final de la legislatura más pronto que tarde debido a las crisis internas que afectan a Junts per Catalunya y ERC.